Silvia Navarro: “No puede ser que otros decidan sobre qué debemos hacer con nuestros muertos”
Así dicho, en pleno 2022 y en un país democrático, suena a otro tiempo y a otro lugar, pero está ocurriendo hoy en España: solo piden tener en sus manos los restos de sus seres queridos, padres, tíos o abuelos que fueron asesinados por el franquismo y enterrados en la que fue la mayor obra del dictador, el Valle de los Caídos. Pero, de momento, no pueden recuperarlos. La decisión del Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial de paralizar las obras ha sumado una piedra más en el camino de esta larga pelea que protagonizan más de un centenar de familias.
Una treintena de ellas, organizadas en la Asociación de Familiares Pro Exhumación de los Republicanos enterrados en el Valle, han decidido demandar por prevaricación a la alcaldesa del municipio, del Partido Popular, por incumplir la sentencia que autoriza que los trabajos pueden llevarse a cabo. “Llevamos mucho tiempo con esta herida abierta”, lamenta su presidenta, Silvia Navarro. Ella pertenece a una de las familias afectadas y busca junto a su madre a su tío abuelo José Antonio Marco Viedma, asesinado por los franquistas en septiembre de 1936.
¿Qué supone esta nueva paralización de los trabajos?
Estamos muy decepcionados. Es un nuevo obstáculo innecesario, cuando la licencia ya estaba concedida desde junio del año pasado. Esta se recurrió y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid resolvió que se podían llevar a cabo las obras. El hecho de que sea algo recurrible, que es a lo que se agarra la alcaldesa, es una excusa. No tiene sentido y no debería estar pasando a estas alturas. Llevamos mucho tiempo luchando y ya nos merecemos que nos devuelvan a nuestros familiares.
¿A qué creen que responde?
Pensamos que se puede inscribir en la lógica del ambiente preelectoral que existe actualmente y de las alianzas en el seno del Ayuntamiento de El Escorial, con el PP condicionado por Vox. Pero no debería ser un tema de derechas o izquierdas, sería impensable en otros países como Alemania con el nazismo. Esto es un asunto de derechos humanos.
Creemos que todo esto está encaminado a obstaculizar los trabajos hasta que haya un vuelco político que impida que las exhumaciones se lleven a término
A esta injusticia histórica se le han sumado en los últimos años varias trabas. Desde la dilación hasta la actuación de asociaciones profranquistas y ahora esta del consistorio. ¿Teméis que no lleguen a producirse las exhumaciones?
Creemos que todo esto está encaminado a obstaculizar los trabajos hasta que en un momento dado haya un vuelco político que impida que las exhumaciones se lleven a término, efectivamente. Eso es lo que nos estamos temiendo desde hace mucho tiempo, porque es un impedimento tras otro y no le encontramos sentido ya. Es un riesgo que está ahí. De hecho, ya la derecha dice que derogará la Ley de Memoria Democrática. Aún así tampoco tendría mucho sentido porque sigue existiendo una sentencia firme, la de los hermanos Lapeña, y las resoluciones judiciales hay que cumplirlas.
Precisamente va a cumplirse un año del fallecimiento de Manuel Lapeña sin haber conseguido sacar a su padre y a su tío del Valle. ¿Puede agotársele el tiempo a muchos familiares?
Hay muchas personas que son mayores y tenemos actualmente varios familiares que rozan los 90 años y uno que va a cumplir 100 que nos tememos que no puedan nunca llegar a recuperar a sus padres y seres queridos. Están esperando y tienen esperanza, pero claro, sí seguimos así... Esperar un año para una persona mayor no es lo mismo que para otras más jóvenes.
¿Qué supone para las familias no poder recuperarles?
Es un sufrimiento y un daño prolongado en el tiempo y que se vuelve una y otra vez a repetir. Y supone no poder cerrar un capítulo de nuestra vida y unas heridas que llevan mucho tiempo abiertas. Hay historias terribles detrás, de hijos que perdieron a sus padres muy pequeños, que han tenido vidas muy duras. Muchas madres lo último que les han dicho a ellos antes de morir es 'pelea para recuperar a tu padre y entiérralo conmigo'. Es una herencia un poco dura, pero ni siquiera tras 47 años de democracia somos capaces de llevarla a cabo.
No cabe que otros decidan sobre qué debemos hacer los demás con nuestros muertos
Es algo que resulta anacrónico...
Es ilógico. No cabe que otros decidan sobre qué debemos hacer los demás con nuestros muertos. Estamos hablando de poder enterrar a tus seres queridos donde tu quieras. Es un abuso absoluto de la maquinaria legal para obstaculizar el cumplimiento del derecho a exhumar que hemos peleado las propias familias.
¿Cuántas familias estáis esperando por esto?
En la asociación somos 35 familias. En total, hay 110 que han solicitado las exhumaciones.
En su caso, busca a su tío abuelo. ¿Qué le ocurrió?
Tenía 33 años cuando lo asesinaron. Lo secuestraron de su domicilio el 2 de septiembre de 1936 y a las pocas horas lo habían asesinado en la tapia del cementerio de Calatayud. Era republicano, masón y empresario, tenía una fábrica, pero era una persona consecuente con sus ideas y aplicó las leyes laborales de la República. En cuanto ocurrió la sublevación fueron a por él, lo detuvieron varias veces, aunque las primeras no le mataron porque la familia llegó pagar mucho dinero para evitarlo, pero finalmente lo asesinaron junto a otras 15 personas. Después la familia soportó una persecución económica y judicial, hubo un expediente de incautaciones y de responsabilidades políticas. Primero los llevaron a la fosa común del cementerio de Calatayud y cuando construyeron el Valle de los Caídos decidieron trasladarlos allí.
Ha pasado mucho tiempo y las criptas del mausoleo están en mal estado. Existe el riesgo de que entren y no se puedan recuperar todos los restos. ¿Esto os da miedo?
Somos conscientes de que hay dificultades, por supuesto. Han pasado muchos años, en contra de nuestra voluntad. Muchas familias llevan décadas intentándolo. Sabemos que puede haber restos que no se puedan recuperar, pero también todos decimos siempre que mientras podamos recuperar a uno de nuestros familiares, los demás ya vamos a sentir como que hemos hecho también nuestros deberes. Y, sobre todo, creemos que lo que deben hacer es entrar e intentarlo, lo que no podemos hacer es quedarnos siempre a las puertas.
La cascada de recursos que finalmente ha traído el proceso hasta aquí parte de asociaciones profranquistas y del mismo abogado que ya intentó paralizar la exhumación de Franco. ¿Qué les diría a quienes se oponen?
Pues que deberían estar en nuestro lugar. Simplemente. ¿Qué pensarían ellos si estuvieran en nuestro lugar? ¿Y qué harían? Nada más.
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