'Fea', 'gorda', 'zorra', 'puta', 'ojalá te violen'. Ser mujer, abrir la pestaña de menciones en redes sociales y encontrarse con amenazas e insultos sexistas no es una excepción. Así lo documenta una nueva investigación de Amnistía Internacional, que a través de encuestas en ocho países ha revelado el impacto del acoso contra las mujeres en Internet. Casi la cuarta parte de las entrevistadas, un 23%, reveló haber sufrido abusos al menos una vez. En España el porcentaje es ligeramente inferior, un 19%, es decir, una de cada cinco. La cifra fluctúa entre el 16% de Italia y el 33% de Estados Unidos.
“Internet puede ser un lugar temible y tóxico para las mujeres. No es ningún secreto que la misoginia y los abusos prosperan en las plataformas de redes sociales, pero este estudio muestra lo perjudiciales que son las consecuencias de los abusos en Internet para las mujeres que los han sufrido”, explica Azmina Dhrodia, investigadora de Tecnología y Derechos Humanos en Amnistía Internacional en el comunicado Cuando usas las redes sociales y te amenazan con violarte hecho público este lunes.
La investigación hace hincapié en que la rapidez con la que los contenidos se divulgan en Internet entraña un “peligro especial” en el caso del acoso a las mujeres en la red porque “un tuit insultante puede convertirse en ”minutos en un aluvión de odio focalizado“. Son muchas las mujeres especialmente activas en Internet las que han relatado sufrir estos abusos de manera ”masiva“ y ”constante“, para lo que algunos colectivos han comenzado a organizarse. El grupo #AkelarreCiberfeminista ha diseñado un kit de autodefensa en la red para responder a los ataques machistas.
Amnistía Internacional ha realizado encuestas a 4.000 mujeres de Dinamarca, España, Estados Unidos, Italia, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido y Suecia. De las que declararon haber sido víctimas de este acoso, un 41% dijo que al menos en una ocasión estas experiencias habían hecho sentir su integridad física amenazada. De hecho, la investigación detalla cuáles son los efectos que estos ataques tienen en las mujeres y califica de “devastador” el impacto que pueden tener.
El 61% de las mujeres que dijeron haberlos sufrido (el 52% en España), afirmaron tener la autoestima más baja y menos confianza en sí mismas. Más de la mitad, el 55% y el 51% en nuestro país, ha experimentado ansiedad, estrés o ataques de pánico y el 63% reveló haber tenido dificultades para dormir después del abuso. La cifra se incrementa hasta el 75% en el caso de Nueva Zelanda y en España se sitúa en el 55%.
La naturaleza del acoso
El tipo de abuso recibido por las mujeres encuestadas fue calificado por ellas de naturaleza misógina o sexista. Lo hizo un 46% (un 49% en España). El dato se eleva hasta un 58% y un 64% en nuestro país cuando son preguntadas por si las amenazas y los ataques incluían racismo, sexismo, homofobia o transfobia. Por otro lado, entre una quinta parte y una cuarta parte (el 27% en España) trasladó que habían sido amenazas de agresión física o sexual.
Una parte de las mujeres (un 26%) también relataron haber sufrido la divulgación de datos personales o que las identificaban (práctica conocida como doxxing) y más de la mitad (el 59%) reveló que los abusos venían de parte de personas desconocidas.
El efecto silenciador
La organización asegura que el acoso que viven las mujeres en Internet es un traslado de lo que viven fuera y revela que, entre las consecuencias, también se encuentra la autocensura o lo que llaman “el efecto silenciador”: “Las redes sociales han contribuido a aumentar la libertad de expresión, incluido el acceso a la información, de muchas maneras. Pero con la migración al mundo digital de la discriminación y la violencia contra las mujeres de fuera de Internet, muchas mujeres se alejan de conversaciones públicas o se autocensuran por temor por su privacidad o su seguridad”, dice Azmina Dhrodia.
Aunque admite que las redes sociales son espacios fundamentales para el ejercicio de la libertad de expresión, al mismo tiempo la organización también hace hincapié en que la violencia que se vive en este espacio “es una amenaza directa a esta libertad de expresión”.
En este sentido, una mayoría de las mujeres encuestadas, más del 70%, afirmaron que habían hecho cambios en la forma en que usaban estas plataformas, entre ellos, limitar los contenidos publicados –el 32% dijo que había dejado de publicar contenidos que expresaban su opinión sobre ciertos temas–.
Por último, Amnistía Internacional califica de “insuficiente” lo que hacen las empresas de redes sociales para hacer frente a estos ataques y reclaman que todos los tipos “exigen respuestas de los gobiernos, de las empresas o de ambos, dependiendo de su clase y gravedad”. “En todos los países encuestados, el número de mujeres que dijo que las medidas del gobierno para responder a los abusos eran inadecuadas fue significativamente mayor que el de quienes pensaban que eran adecuadas”, remarca el estudio.
El derecho a la libertad de expresión, dice Amnistía, “protege expresiones que podrían ser ofensivas, profundamente perturbadoras y sexistas”, pero esta libertad, prosigue, “no incluye la apología del odio o de la violencia”. “Es más: el derecho a la libertad de expresión debe ser disfrutado por igual por todas las personas e incluye el derecho de las mujeres a expresarse y a vivir sin violencia y abusos, tanto dentro como fuera de Internet”.