Sólo un 5% de las personas con enfermedad mental crónica tienen trabajo estable
Las cifras son contundentes: una de cada cinco personas en España tendrá algún problema de salud mental a lo largo de su vida y sólo el 5% de las personas con enfermedad mental crónica tienen trabajo estable. Son datos de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES).
Sin embargo, la sociedad sigue tratando a las personas que sufren una enfermedad mental bajo la lupa del estigma y con adjetivos como locos o extraños. Esta mirada llena de prejuicios se agudiza en la época de la infancia y la adolescencia debido, sobre todo, a que la salud mental no está presente ni en la educación de las escuelas ni tampoco dentro del entorno familiar.
“La mayoría de los trastornos mentales graves se inician en la adolescencia y, además, esta franja de edad presenta riesgos respecto a la salud mental por el consumo de drogas y alcohol”, explica Rocío Revilla, psicóloga en Feafes-Castilla León. Esta organización tiene en marcha una campaña, Mentalízate, de información y sensibilización para jóvenes de entre 14 y 20 años. “El ámbito educativo es fundamental para el desarrollo de estas actuaciones, pero hay muy pocas acciones concretas de promoción de la salud mental”, denuncian desde la organización.
Ángel Urbina es ingeniero industrial y trabaja en Repsol Tarragona. “Soy voluntario de la Asociación La Muralla de Tarragona –donde colaboro dando charlas a familiares– y activista de Obertament, el proyecto de lucha contra el estigma en salud mental de Cataluña”, explica Ángel que, a pesar de que tiene una enfermedad mental, ello no le ha impedido realizar una vida laboral plena. “Tengo un problema de salud mental, pero considero que no es un hecho que defina a nadie como persona”, señala.
Según la Estrategia en Salud Mental, entre el 2,5 y el 3% de la población adulta tiene una enfermedad mental crónica. Esto representa más de un millón de personas. Marga, de 33 años, sufre trastorno de personalidad. “Siempre he tenido cuidado a la hora de hablar sobre ello con personas desconocidas, no porque crea que me van a rechazar sino porque se pueden asustar y a menudo no saben qué es un trastorno de personalidad”, explica. Esta mujer quiere ser la protagonista de su vida, algo en lo que coincide José Luis Méndez, trabajador social. “Me gustaría que los profesionales de la sanidad y los trabajadores sociales diésemos un paso hacia adelante para dar protagonismo a las personas con problemas de salud mental; que hagamos posible que participen en su proceso de recuperación, que se les pregunte, que se les consulte, que tomen la decisión que tengan que tomar. Es una reivindicación en la que no tenemos que mirar nuestro propio ombligo para evitar caer en la receta”
Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de la Salud Mental, Feafes ha lanzado una campaña de sensibilización para luchar contra los estereotipos. Su nombre lo dice todo: “No nos conformamos con ser normales, queremos ser felices”.
En clave de humor, y para salirse de los tópicos, el vídeo ofrece otro tipo de estadísticas de las que se suelen dar sobre este colectivo. Por ejemplo: “El 89% de las personas que pasan por una depresión piensan que esta temporada la liga es cosa de dos”. O “El 87% de las personas diagnosticadas de esquizofrenia reconocen que cocinan peor que su madre”.
“A veces los prejuicios sociales son más dañinos que la propia propia enfermedad mental”, asegura el presidente de Feafes, José María Sánchez Monge. La falta de información en la sociedad sobre este aspecto básico de la salud “dificulta la integración social de las personas diagnosticadas y provoca una fuerte discriminación a la hora de desarrollar su proyecto de vida o conseguir un empleo”, concluyen desde Feafes.
