Los niños de San Idelfonso han cantado el segundo quinto premio: se repartirán 60.000 (300 euros por cada euro jugado).
“La probabilidad de que te toque el Gordo es de uno entre 100.000”, me dice Raúl Ibáñez, profesor del departamento de Matemáticas de la Universidad del País Vasco y divulgador. Pero, seamos sinceros, ¿a quién le importa la probabilidad cuando se tiene fe?
Quienes se dedican a contar historias en cine o literatura manejan un término conocido como “suspensión de la incredulidad”. Se basa en la voluntaria e imprescindible decisión del espectador de dejar pasar ciertas cosas, de ser benévolo con el guionista. Todos lo hacemos, de manera más o menos consciente, cuando nos enfrentamos a una historia. Aceptamos con naturalidad, por ejemplo, que un profesor universitario coja un látigo, se calce un sombrero de ala y se vaya por ahí en busca del arca de Noé. Aceptamos que un adolescente con gafas de pasta se monte en una escoba y sobrevuele Londres. Tenemos que aceptarlo para disfrutar de la película.
Ese mismo efecto, a gran escala, se produce cada año con la lotería. Millones de personas anulan su capacidad crítica, su sentido de la más evidente y sencilla realidad estadística para dejarse llevar por el mantra del ¿y si este año sí?
“Te diré lo que tienes que hacer para que te toque el Gordo”, me dice Raúl, que, por su labor divulgativa, tiene bien estudiado el tema. “Pásate 2.000 años comprando 50 décimos de números distintos cada año”.
Dice el dicho que para que te toque la lotería hay que jugar. Pero con salvedades. De sobra es conocido por el fisco que muchos españoles que no se han arriesgado a invertir los 20 euros en el azar, luego invierten 480.000 en un décimo que ya saben que está premiado con el gordo. También hay a quién le ha tocado hasta siete veces la lotería, sin que esté claro que se la ha jugado realmente.
Por eso muchos han apuntado a que el nuevo impuesto sobre los premios de lotería, que entra en vigor el próximo 1 de enero y que gravará con un 20% los premios superiores a 2.500 euros, puede contribuir a disuadir a su uso defraudatorio. Los expertos consultados discrepan, y creen que aunque en un primer momento puede encarecer esta práctica este mercado, negro pero mercado, se autoregulará y continuará haciéndose el negocio como hasta ahora. Entonces, ¿cómo funciona y en qué cambia el blanqueo de los premios?
El Gordo de la Lotería de Navidad no se ha repartido en su totalidad, ya que 36 de las 180 series del 76.058 no se han vendido, lo que convierte a Hacienda en otro agraciado más, pues se embolsará los 144 millones de euros de esta parte.
Según los datos facilitados por Loterías y Apuestas del Estado, quedaron en “reserva”, es decir, sin vender, todas esas series, por lo que de los 720 millones que podría haber repartido el Gordo finalmente irán a los bolsillos de los que lo han jugado 576 millones de euros.
El exconcejal de urbanismo en Marbella, José Antonio Roca, ganó en 15 años un total de 50 grandes premios de lotería. Sin embargo, lo que parece imposible, pudo haber sucedido. Así lo señalan los investigadores que, a las órdenes del juez Miguel Ángel Torres, cifraron en términos de probabilidad las opciones de Roca.
Según sus análisis, el principal imputado en la operación Malaya tenía una posibilidad entre 43 cuatrillones de haber tenido la suerte en el juego que declaró haber tenido. Una posibilidad entre 43 cuatrillones de estar diciendo la verdad. Roca acabó confesando ante el juez al cargo de la operación Malaya y declaró lo evidente: que había comprado boletos de lotería premiados con 646.000 euros entre marzo y septiembre de 2005.
Uno de los quintos premios del sorteo de Navidad, el “50.769”, ha sido vendido íntegro a un abonado en un despacho de la ciudad de Elche, lo que arroja una cuantía de 10.800.000 euros.
Este año se han vendido décimos de la Lotería de Navidad a través de terminales informáticos (TPV), además de los tradicionales billetes en papel. Muchos han sido los décimos agraciados con el primer premio expedidos a través de este nuevo sistema, por ejemplo en administraciones de Baeza (Jaén), Priego y Nueva Carteya (Córdoba), Chiclana (Cádiz), A Coruña, Derio y Bilbao (Vizcaya), Albacete, Burgo de Osma (Soria), Aranda de Duero (Burgos), La Robla (León), etc.
Según Europa Press, las máquinas a través de las cuales se puede comprar un número de lotería al azar han vendido 80 décimos del Gordo de Navidad por lo que se han repartido 32 millones de euros a través de este sistema que todavía se utiliza muy poco.
Los agraciados con el Gordo por esta vía no tuvieron que elegir el número con el que hoy se han visto premiados: la máquina decide por ellos, y en cada ocasión saca, al azar, un número distinto.
El número 24.616 ha sido el último premio en salir en este sorteo de la Lotería de Navidad. Se trata de un quinto premio que repartirá 60.000 euros (300 euros por cada euro jugado).
El “Gordo” de la lotería de Navidad no ha querido pasar sin dejarse sentir en la localidad que lleva su nombre, El Gordo (Cáceres), donde varias personas han sido agraciadas con un décimo del 76.058 que les ha repartido un familiar suyo de Alcalá de Henares (Madrid).
A falta de que salga un premio, dos de las administraciones de lotería que más venden en España, la de Doña Manolita, en Madrid, y La Bruixa d’Or, en Sort (Lleida), no han repartido ningún premio importante.