El proyecto «Life+ Urogallo Cantábrico», coordinado por la Fundación Biodiversidad, al que se ha dedicado seis años y una financiación de seis millones de euros, no ha dado los resultados esperados, pues la población no se ha recuperado y es tildado de “engaño” por muchos colectivos ecologistas y la comunidad científica.
La población de urogallos ha perdido el 70% de sus ejemplares en las últimas cuatro décadas y el Ministerio de Medioambiente la ha declarado este año en “situación crítica”. En unos meses se iniciará un nuevo proyecto censal, con involucración de todas las Administraciones, además de varias fundaciones y ONG, entre ellas SEO/ BirdLife para tratar de definir líneas de actuación para que se perpetúe esta especie
El urogallo cantábrico (Tetraourogallus cantabricus) es una rareza biológica al borde de la desaparición. A diferencia de sus congéneres en otras poblaciones europeas, esta subespecie, quedó aclimatada en los bosques más fríos y remotos de la Cordillera Cantábrica tras la última glaciación, dotándola de clan singularidad, hasta convertirse en una reliquia biológica; pero muy sensible a las alteraciones de su hábitat, que están ocasionando su extinción.
La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, formada por comunidades autónomas y Gobierno central, aprobó, hace unos meses, declarar esta especie en “situación crítica”. Varias ONG conservacionistas, entre ellas, SEO/BirdLife, llevaban años detrás de esta medida proteccionista, ya que la considera una especie seriamente amenazada y «próxima a la extinción». El gobierno del Principado de Asturias ya la catalogó, en 2005, como especie en riesgo de extinción.
Según una reciente investigación de la Universidad Católica de Ávila, el ave perdió en los últimos veinte o treinta años el 50% de su área de distribución. Actualmente, ocupa solo 1.700 kilómetros de la Cordillera Cantábrica, entre Asturias y León. En el censo de 2005, se contabilizaba en esta área menos de 500 ejemplares, una cifra que previsiblemente ha descendido de forma radical en los últimos años, hasta menos de 300 y la mayoría son machos. Nuevos estudios vinculados también a la Universidad de Oviedo acentúan que el desequilibrio sexual de esta especie acentúa aún más su desaparición.
Para tratar de determinar un número más exacto de ejemplares, el próximo año, a partir de febrero/marzo, se pondrá en marcha un nuevo proyecto censal. Un estudio conjunto que implicará a todas las Administraciones, Gobierno central y autonómicos con presencia de esta especie de la fauna salvaje, Asturias, Cantabria, Castilla León y Galicia, además de la Fundación Oso Pardo y Tierra Ibérica.
Según el responsable del programa de Conservación de Especies Amenazadas SEO/BirdLife en Asturias, Nicolás López, este estudio incluirá un censo completo de la especie, con análisis genéticos de excrementos y plumas, para diferenciar individuos, con especial atención también a las hembras y a al número de ejemplares jóvenes, con confección de itinerario, aún por determinar, y protocolos de muestreo. Si son viables en su hábitat y con propuestas de centros de cría en cautividad que perpetúen la especie, similares a los desarrollados en otros países como Polonia, que están dando buenos resultados.
Proyecto «Life+ Urogallo Cantábrico»
La pasada primavera se difundieron los resultados del proyecto 'Life+ Urogallo Cantábrico', en un congreso sobre aves amenazadas, tras seis años de ejecución y una inversión pública cercana a los seis millones de euros sin resultados claros que logren frenar el declive de población de esta especie.
Se presentó un decálogo con los diez principales resultados donde se sientan las bases para la futura conservación de la especie, con mejoras en su hábitat y cría en cautividad, pero sin datos concretos sobre si se ha hecho algo para aumentar el numero de ejemplares.
En este sentido, desde la Coordinadora Ecologista de Asturias muy críticos desde el principio con el proyecto Life+, entienden que el balance de resultados es “una tomadura de pelo”. Y señalan que dicho trabajo, con “cero de retorno” está siendo muy cuestionado por los grupos ecologistas y por la comunidad científica, porque “el planteamiento debía haber sido mucho más ambicioso y acorde al presupuesto destinado”, comenta Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora.
En este sentido, hace unas semanas, la revista Crouse News publicaba una replica al artículo publicado en mayor por el subdirector de la Fundación Biodiversidad, Ignacio Torres, donde daba a conocer los principales resultados del proyecto Life+ Urogallo Cantábrico. Según Rolando Rodríguez Muñóz, uno de los cinco autores de la réplica, e investigador de la Universidad Exeter y miembro de la asociación de biólogos de Geotrupes, el proyecto Life+“ no ha contribuido en nada a la recuperación de esta especie”. Al tiempo que menciona que se puede todavía hacer mucho por la recuperación del urogallo, pero “las medidas deben plantearse bien fundamentadas y con base científica. Hasta ahora se ha invertido mucho pero no se ha hecho nada en la dirección adecuada y en pro de recuperar ejemplares”. Aunque, también destacó que es un “un problema muy complejo y un desafío muy importante”.
Las amenazas del urogallo
Según los investigadores, entre las principales amenazas de esta especie y que explican su pérdida están el furtivismo, su alta depredación, anida a ras de suelo, lo que aumenta el riesgo de que sea víctima de otros animales como el zorro o el jabalí; competencia con otros herbívoros y su sensibilidad al cambio climático, ya que está acostumbrada a vivir en espacio gélidos. Asimismo, cualquier cambio o modificación de su hábitat también es nefasto para la especie “Nuevas de pista forestal, tendido eléctrico, parque eólico o explotación minera a cielo abierto que se levante en su territorio también le puede afectar”, advierten desde la Coordinadora Ecologista de Asturias.
De ahí que una de los mecanismos de defensa de protección fuese la puesta en funcionamiento de un centro de cría en cautividad, en Sobrescobio (Asturias), donde se han criado 23 pollos. Pero a la hora de devolverlos nuevamente a la naturaleza, el éxito de su supervivencia ha sido escaso. No obstante, desde el Gobierno regional se seguirá apostando por la cría en cautividad y para el próximo año han destinado una partida económica para las instalaciones existentes a tal fin.