Después de dieciséis días de huelga y varias reuniones infructuosas con la Comunidad de Madrid, los taxistas madrileños han decidido este martes poner fin a los paros en una consulta, sin que el Gobierno regional haya atendido ninguna de sus exigencias sobre la regulación de los vehículos de alquiler con conductor (VTC).
Los alrededor de 20.000 taxistas que trabajan en Madrid han sido convocados a votar en referéndum si continuaban o no con la huelga indefinida, después de que fracasaran los intentos del sector para lograr un acuerdo con la Comunidad en esta materia.
Como las dificultades económicas ya apremiaban a muchos de estos profesionales, unido a la sensación generalizada del colectivo de que la Comunidad de Madrid no atenderá a sus reivindicaciones, las principales asociaciones del sector decidieron someter a consulta si continuaban con los paros.
Un total de 4.223 taxistas, el 53,9 % de los 7.843 que han participado en la consulta, se han decantado por interrumpir la huelga, mientras que 3.522 (el 44,9 %) han votado a favor de continuar los paros.
A las 06.00 horas de este miércoles, los taxis volverán a circular por las calles de Madrid después de dieciséis días de paros, pero han advertido de que el sector “no se rendirá”, ha dicho Julio Sanz, presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, en cuya sede se ha realizado el recuento de la consulta.
“Esto no ha hecho mas que empezar: primavera caliente hasta las elecciones”, ha advertido Sanz, que ha avanzado que el sector continuará convocando “manifestaciones, concentraciones y medidas de presión” por “dignidad” y por “orgullo”.
En su última propuesta, la cuarta desde que comenzó la huelga y que volvió a rechazar el Gobierno regional, los taxistas habían rebajado sus demandas y renunciaron a fijar un tiempo mínimo de precontratación de los servicios de VTC, dejándolo a criterio de la Comunidad o, en su defecto, de los ayuntamientos, lo que el presidente regional, Ángel Garrido, denominó “vía Colau”.
Asimismo, eliminaban la exigencia de una distancia mínima en los trayectos de VTC y abrían la puerta que se incrementaran las competencias de las corporaciones locales en este ámbito.
El sector pasó de querer establecer el requisito de que estos servicios se contrataran como mínimo con una hora de antelación, a reclamar que fueran quince minutos, para finalmente dejar abierta esa posibilidad.
Tampoco aceptaron los taxistas el principio de acuerdo entre la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital, en el que pactaron una distancia de 300 metros entre el usuario y un VTC para poder prestar su servicio.
Por otro lado, en la Comunidad Valenciana ambos sectores han rechazado la propuesta del Gobierno regional de articular una nueva regulación que obliga a precontratar los VTC con 15 minutos de antelación y restringe su circulación por la vía pública en busca de clientes y limita la geolocalización.
Para el taxi, esos planteamientos son insuficientes para solucionar el problema, mientras que Unauto advierte de que si le normativa sale adelante se perderán 500 puestos de trabajo en Valencia y Alicante.
Actualmente hay en la región 4.685 licencias de taxi por 323 licencias de VTC, lo que equivale a un VTC por cada catorce taxis.
Finalizada la huelga, la Comunidad de Madrid invita ahora que aporten sus demandas en la futura reforma del Reglamento del taxi en la región porque, advirtió ayer la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, no regularán los VTC “sin consenso”.
Además, se comprometió a convocar el próximo lunes una reunión extraordinaria del Comité Madrileño de Transportes para alcanzar un consenso en la regulación de los VTC, que en ningún caso será exprés.
La última reunión entre la Consejería de Transportes puso el acento en la regulación del sector del taxi en lugar de los VTC, al hablar de medidas como el taxi compartido o tarifas máximas de referencia, aspectos que se incluirían en ese reglamento para hacerlos “más competitivos”.
En esta línea, el presidente de la Comunidad se ha comprometido este martes a que trabajará en la mejora de ese reglamento, al tiempo que ha insistido en que solo defiende “los intereses generales” frente a la pretensión de los taxistas, que querían acabar con los VTC como en Cataluña.
Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, cree que este conflicto se habría resuelto mejor si en la Comunidad gobernase la izquierda en lugar del PP, que en su opinión ha tenido “un problema político importante en esta negociación con los taxistas”.
Ni las cuatro propuestas presentadas por el sector ni un principio de acuerdo entre ambas administraciones -regional y municipal- logró acabar con este conflicto, en el que han resultado heridos 10 manifestantes durante las protestas -los taxistas los cifran en cien-, 3 policías y un periodista.
Además, seis taxistas han sido detenidos a lo largo de estos días, algunos de ellos por acometer daños contra VTC, desde rotura de lunas hasta ruedas rajadas. Un conductor de estos vehículos denunció que le dispararon con una escopeta de perdigones desde un coche rojo.
El único herido grave durante la huelga fue un taxista que se abalanzó contra un VTC el segundo día de los paros, cuando cortaron el tráfico en la A-2 para bloquear el acceso a Ifema, coincidiendo con la celebración de Fitur.
En estos dieciséis días de huelga, los taxistas de Madrid comenzaron cortando las carreteras de acceso al aeropuerto y a Ifema, acamparon frente al recinto ferial y después trasladaron sus protestas al centro de la capital, bloqueando el paseo de la Castellana.
La semana pasada ya rebajaron su vehemencia, aunque mantuvieron concentraciones prácticamente diarias frente a la sede del PP en Madrid, y del Gobierno regional para después cortar la Gran Vía en varias ocasiones. Además, siete personas han permanecido doce días en huelga de hambre.