En 1968, Pablo VI publicó la Humanae Vitae, probablemente la encíclica más polémica escrita por un Papa en el último siglo. En ella, arremetía contra el aborto, el uso de anticonceptivos y las relaciones sexuales no orientadas exclusivamente hacia el sexo. Una puerta que parecía cerrada a cualquier reforma en el interior de la Iglesia, hasta que el Papa Francisco convocó un Sínodo de la Familia para debatir sobre estos y otros temas.
“Algunos piensan que, para ser buenos católicos, hay que tener hijos como conejos”, contestó Bergoglio el pasado año, durante una conferencia de prensa a bordo del vuelo papal. Y el debate sobre la paternidad responsable y el uso de preservativos volvió a abrirse. Ahora, un grupo de 150 teólogos, expertos en Bioética y profesores católicos de todo el mundo ha emitido una declaración en la que piden que la Iglesia dé marcha atrás en su prohibición de los métodos anticonceptivos “artificiales”.
El texto va más allá aún, exigiendo un “documento magisterial” del Papa que modifique la doctrina tradicional de la Iglesia acerca de la sexualidad. Una encíclica que sustituya a la ultraconservadora Humanae Vitae.
“La opción del uso de anticonceptivos para la planificación de la familia o con propósitos profilácticos puede ser una decisión responsable y ética e incluso un imperativo moral”, subrayan los expertos, entre los que se encuentran seis españoles (Juan Barreto Betancort, Benjamín Forcano, Juan Masiá, Jesús Peláez del Rosal, José María Vigil y Evaristo Villar). El documento, denominado 'Declaración Wijngaards', fue presentado esta semana en Naciones Unidas.
En el mismo, sostienen que “no hay fundamentos ni en la Biblia ni en la naturaleza que soporten la actual enseñanza oficial católica... [que] el uso de anticonceptivos ”artificiales“ ... es siempre incorrecto”.
Los firmantes hacen un análisis crítico de las tesis de la encíclica Humanae Vitae, y demuestran que el uso de anticonceptivos puede hacer disminuir a la morbilidad y la mortalidad materna, la mortalidad infantil y el aborto –además de facilitar la planificación de una familia–, por lo que su utilización ha de ser considerada “ética y moralmente correcta”.
Las respuesta ultra
Las reacciones en el sector más ultraconservador de la Iglesia no se han hecho esperar. Así, la Universidad Católica de América ha auspiciado otro documento que, aunque aún no ha sido presentado, recoge la firma de medio millar de profesores de centros docentes norteamericanos y europeos.
En el mismo se afirma que “las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre el don de la sexualidad, sobre el matrimonio y sobre la anticoncepción son verdaderas y defendibles desde muchos campos, entre ellos las verdades de la razón y la revelación concerniente a la dignidad de la persona humana”, al tiempo que denuncia que “la 'Declaración Wijngaards' representa seriamente mal la auténtica posición de la Iglesia Católica”.