La vicepresidenta tercera Teresa Ribera se queja de que, en sus cinco años al frente del Ministerio para la Transición Ecológica, “ha sido muy difícil hallar a alguien, algún representante del PP para hablar de cuestiones medioambientales o energéticas”. Ribera, que ha participado en las III jornadas sobre Fondos Europeos organizadas por elDiario.es, ha subrayado, además, que “no veo una visión concreta en la derecha sobre qué modelo quieren, qué impactos tendrá en el modelo industrial, en el empleo o en el recorte de desigualdades” en lo que llama “desafío de la derecha al New Green Deal europeo”.
La vicepresidenta, en una conversación con el director de elDiario.es, Ignacio Escolar, ha querido dejar claro que, de cara a las elecciones del próximo 23 de julio, “la agenda ambiental es una agenda ganadora porque es una agenda de libertad y de empoderamiento de los ciudadanos y las empresas, de respeto al medio ambiente”. Y por eso, ha insistido, “es capital escuchar lo que propone cada uno. Qué proponemos en materia de medio ambiente, de agua o de energía”. Y es allí donde “no he encontrado un interlocutor porque no se trata solo de censurar sino, además, de proponer”.
En respuesta a las cuestiones planteadas por Ignacio Escolar, Teresa Ribera ha recordado que “hubo quienes se mofaron ante medidas para no derrochar energía como la luz en escaparates a cerrar puertas para la refrigeración. Hubo quien, de forma inmediata, prefirió dinamitar. Y no se trata de cosas de broma”.
En este sentido, la vicepresidenta ha mostrado preocupación por un deterioro de la imagen exterior de España en materia de renovables “si nos encontramos con un parón, sin saber qué modelo o con la apuesta partidista de recuperar cosas que necesitan ingentes inversiones. Por eso se requiere una respuesta y, o no he oído nada, o son cosas disonantes como volver al carbón, volver a la nuclear o al fracking”.
¿Más fuerte el negacionismo en la política que en la sociedad?
“Es preocupante escuchar a representantes que dicen que el cambio climático es un cuento chino o que no existe porque ese negacionismo, y el retardismo, es lo último que se puede permitir la economía española. Debemos aprovechar ese tren para la modernización no colocarnos a la inversa y esperar que otros vengan a resolverlo dentro de diez años porque entonces será tarde”, ha reflexionado la política.
Sin embargo, según su criterio, “la industria ha entendido que hay que ir a la descarbonización. Ahora tienen que interiorizarlo en sus cadenas de producción y de distribución. Hay algunos sectores que son muy intensivos que deben acabar de diseñar esas estrategias y necesitan revisarlo”.
En este sentido la vicepresidenta tercera ha asegurado que “España va a revisar, al alza, sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y enviaremos esa revisión a Bruselas aunque sea en formato de borrador”. ¿En qué plazo? ha inquirido el director de elDiario.es, “antes de las elecciones”.
Ribera ha apostado por una vía netamente europeísta. “Tenemos el diagnóstico correcto. Ir unidos y complementándonos. Con una regulación común temprana y con alianzas con terceros”. Aunque, evidentemente, “siga habiendo tensiones como en Alemania que tenía unas necesidades muy grandes de importaciones de carbón, gas y petróleo de Rusia o en Francia cuyo sector industrial considera que no ha sido tenido en cuenta suficientemente”. En todo caso, ha ampliado, “esas son las cuestiones que están en juego: una Europa unida con soluciones con una visión compartida o ponerlo en riesgo haciendo cada uno lo que quiera sin reglas. Y eso arriesga muchas décadas de construcción europea”. Porque “o hay prosperidad para todos o vamos a una batalla por conseguir cada uno los recursos que son escasos sin mirar al otro lado... y el mundo es solo uno. Eso es ir a una guerra en la que nadie va a ganar”.
Preocupación por Doñana
Este lunes, una delegación de diputados alemanes inicia un periplo de consultas a cuenta de la producción de frutos rojos en el entorno de Doñana. Están preocupados por la sostenibilidad del cultivo que se consume mucho en su país. A este respecto, Teresa Ribera ha afirmado que “es una historia enormemente triste y un ejemplo de cómo no se debe hacer política. Porque se trata de forzar la parte emocional de los ciudadanos en un asunto que se sabe de antemano que no es la solución”.
“Y es un riesgo reputacional. Si se identifica un problema de índole social, hablamos de eso.... si en ese contexto se promete algo falso, eso abre muchos problemas: agua, reputación de quienes cumplen con la normativa que es muy exigente.. Yo siempre he defendido el compromiso y la corrección de los que producen los frutos y ahora se ven ensuciados por algo que no tiene sentido ni legalidad y que ha generado una enorme alerta en todas partes”.