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Teresa Romero: “Tenemos la mejor sanidad del mundo pese a la nefasta dirección política”

Teresa Romero miraba hacía arriba para contener la emoción antes de leer un comunicado tras su alta hospitalaria. La auxiliar de enfermería, que contrajo el ébola en el hospital Carlos III de Madrid, ha dedicado unas palabras de agradecimiento a todo el personal que la ha atendido durante este mes de ingreso hospitalario. “Gracias a mis compañeros. El personal ha demostrado que tenemos la mejor sanidad del mundo. Profesionales abnegados que pese a la nefasta dirección política son capaces de obrar milagros. Yo soy uno de ellos”.

Teresa Romero accedía a la sala de prensa del hospital Carlos III de Madrid precedida de un gran aplauso que resonaba en los pasillos del centro sanitario. El personal del centro –celadores, trabajadores de la limpieza, enfermeros, auxiliares y médicos...– ha contado con el agradecimiento de Romero. También los trabajadores del hospital de Alcorcón, a donde se llevó a la auxiliar en un primer momento sin atender al protocolo.

Romero ha destacado su profesionalidad y su cariño, en unos momentos en los que temía por su vida. “Cuando me veía morir, me aferraba a mis recuerdos. A mi familia, a mi marido, al que adoro”.

La sanitaria ha reiterado su voluntad de ayudar, la que hizo que se presentara voluntaria para tratar a los misioneros Miguel Pajares y Manuel García Viejo. Ahora, ofrece su experiencia y su sangre para tratar a otros enfermos de ébola. “Si mi sangre sirve para curar a otras personas, aquí estoy hasta quedarme seca”, ha añadido Romero. Dedicó también unas palabras a la hermana Paciencia, con cuya sangre han tratado a la paciente: “Nunca le estaré suficientemente agradecida”.

Teresa ha vuelto a reiterar que desconoce las causas del contagio: “Yo no sé lo que falló, ni siquiera si falló algo. Sólo sé que no guardo rencor”. La versión del posible error humano, difundida por las autoridades sanitarias cuando Romero se encontraba grave, procedía de una declaración que ella hizo supuestamente a un médico. El personal sanitario afirma que estas palabras quedaron grabadas, pero en ese momento la mujer se encontraba muy medicada. Tras la recuperación, la sanitaria asegura que no recuerda haberse tocado la cara con un guante, como se dijo.

El marido de Romero, Javier Limón, ha leído las palabras que ella deseaba dedicar a su perro Excálibur, pero que no ha pronunciado debido a lo mucho que le emociona el tema. “Fue el hijo que nunca tuvimos” –destacó Limón–. “A nadie le importó lo importante que era para nosotros Excálibur”. Además, ha apuntado que “hemos perdido una gran oportunidad científica para estudiar la enfermedad”.

La pareja ha pedido tranquilidad para poder recuperarse y retomar su vida antes de que Teresa contrajera la enfermedad. Teresa Romero se ha referido a las acciones legales que su marido anunció contra el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, sobre las que remite a sus abogados a partir de ahora. “Hemos sido nosotros, sin presiones, los que hemos decidido esta vía y confiamos ciegamente en su profesionalidad”.

Teresa Romero se ha despedido dando las gracias. Pedía también perdón a sus vecinos, “ellos saben que no somos gente a la que le guste el jaleo”. “Ahora creo que llega el tiempo de descansar”.