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Teresa Romero tuvo que llamar dos veces a Urgencias para convencerles de que fueran a atenderla

La enferma de ébola ingresó en el hospital de Alcorcón.

Raúl Rejón

Teresa Romero, la sanitaria infectada de ébola, tuvo que insistir con una segunda llamada a las urgencias telefónicas de la Comunidad de Madrid antes de que la enviaran un médico, al menos, para revisarla. Su primer aviso había concluido con un consejo médico telefónico. En ambas ocasiones quedó consignado que había estado en contacto con un enfermo por el virus y que presentaba fiebre superior a los 38 grados, según ha podido saber eldiario.es.

El primer aviso que reflejan las fichas del Summa 112 entró en el centro coordinador de Urgencias a las 3.30 de la madrugada del domingo al lunes. Entre la información aportada se consigna la condición de riesgo de la sanitaria: “Refiere que estuvo en contacto con los pacientes de ébola atendidos en Madrid”. La causa de la llamada es catalogada como “enfermedad” y queda constancia de que tenía “fiebre >38”; es decir, por encima de los 38 grados.

La versión oficial ofrecida por el Ministerio y la Consejería de Sanidad habló siempre de décimas y, en todo caso, “por debajo de los 38,6º” recogidos en el protocolo ministerial de 15 de septiembre. El mismo documento, en abril de 2014, hablaba de 38,3º. Igual temperatura que la que indica la guía del hospital de La Paz-Carlos III. El viernes pasado, la ministra Ana Mato dijo que se rebajaría a 37,7º.

Aquella primera llamada termina con una resolución de “consejo médico”. Es decir, se le indica por teléfono qué hacer y finaliza el servicio.

El estado de salud de la mujer hizo que sólo media hora más tarde los servicios de emergencia recibieran una segunda llamada. A las 4.01 horas el marido de Teresa decide insistir, insatisfecho con que solventaran el asunto con un consejo telefónico. De hecho, el doctor que atendió sólo cuatro horas después a la contagiada en el hospital Fundación Alcorcón, Juan Manuel Parra, contó al día siguiente que se encontró con un cuadro en el que aparecían vómitos, diarreas y manchas en la piel.

Los epidemiólogos descartan la alarma

Este segundo aviso también indica como “motivo de la consulta” una fiebre por encima de los 38 grados. Aquí es cuando entran en acción los denominados “epidemiólogos”, según maneja el Summa 112 y han confirmado fuentes del servicio. Las notas así lo reflejan: “descartada caso de ébola, indica la epidemióloga”. Tampoco se ve necesario el traje especial: “No deben acudir con EPI” [equipo de protección individual]. Las mismas anotaciones vuelven a repetir: “fiebre >38º”.

Cuestionada sobre este episodio, la Consejería de Sanidad ha contestado que “Epidemiología del SERMAS [Servicio Madrileño de Salud] estableció que, siguiendo los protocolos, no se consideraba posible caso”. Preguntada acerca del personal que constituye ese equipo de Epidemiología –formación de los profesionales, lugar de trabajo o tipo de atención–, un portavoz respondió: “El servicio lo forman principalmente médicos especializados en Medicina Preventiva y Salud Pública”.

Así que la cosa queda en “síndrome febril” y se concluye que “precisa valoración en su domicilio”. A la casa de Teresa acudió un médico –sin ninguna protección especial–, que es quien finalmente pide una ambulancia. Una ambulancia normal, no las indicadas para enfermos contagiosos.

El transporte ordinario (soporte vital básico) llegó al domicilio a las 6.25 y a las Urgencias del hospital de Alcorcón a las 7.04. El destino de la ambulancia lo deciden las instrucciones del servicio. Como se trata de un caso tramitado como normal, se la lleva a las urgencias del centro más cercano.

El traslado ha sido justificado internamente en el Summa 112 ante la situación de “nerviosismo y ansiedad” de la paciente, no porque hubiera ningún riesgo relacionado con el ébola. Sin embargo, fuentes de este servicio sanitario refieren que “es muy raro que se pida una ambulancia y se lleve a las urgencias de un hospital a alguien por esos motivos”. En cualquier caso, ante el cuadro médico que se encuentra el sanitario que atiende a Teresa Romero en casa, decide enviarla al servicio de Urgencias.

Desde su primera llamada hasta su ingreso en Urgencias pasan tres horas y media. Y hasta que llega al hospital Carlos III, referencia para casos de ébola, más de 20 horas.

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