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Los ultracatólicos abren una exposición que compara el aborto con el genocidio de Pol Pot y Hitler

A pocos metros de Congreso de los Diputados, un local pequeño situado en una esquina podría confundirse en una mirada rápida con una sucursal bancaria por los colores de la cartelería. Pero enseguida las grandes fotos de una tripa de embarazada con un feto completamente visible y los mensajes “Abortar es matar” captan la atención.

En la puerta se recibe al visitante con una foto de unas manos que sostienen por los pies a un bebé mientras un cocodrilo trata de engullirlo. Es el saludo para entrar a Expovida. Expoaborto, una exposición que hace apenas una semana abrieron en Madrid las organizaciones ultracatólicas Hazte Oír y Derecho a Vivir, y que, entre otras cosas, compara el aborto con el genocido camboyano, el de Hitler y el de Stalin juntos.

La muestra consta de dos parte bien diferenciadas repartidas en dos pisos. En el primero, que se encuentra nada más entrar en el local, situado a pie de calle, unos grandes paneles explican las distintas fases de lo que califican “vida humana”. En varias fotos se muestra desde la fecundación dación, la implatación del óvulo fecundado en el útero hasta las distintas fases de la gestación, asi como la expliación de los diferentes tamaños que va tomando el embrión y el feto en los diversos momentos del embarazo.

Junto a los paneles, una vitrina muestra siete reproducciones de un feto en los diferentes tamaños que va tomando desde el primer hasta el séptimo mes de gestación. Junto a estas miniaturas un gran panel dice: “La mujer embarazada no debe ser abortada”. Este primer piso está perfectamente iluminado y predomina el color blanco.

A los pies de la escalera, el color de las paredes cambia de blanco a negro, y un gran cartel advierte al visitante: “¡Advertencia! La verdad del aborto. Si bajas no querrás que esto vuelva a pasar”. Si se continúa bajando, el fondo de las paredes ya es completamente negro, otra enorme cartel lleno de calaveras hace un repaso a lo que califican como “Los mayores genocidios de la historia”. Hablan de “Pol Pot [en Camboya], 2 millones de muertos; Primera Guerra Mundial, 20 millones de muertos; Stalin, 40 millones de muertos, Segunda Guerra Mundial, 60 millones de muertos, y aborto, 440 millones de muertos”.

El piso de abajo permanece completamente a oscuras a excepción de las dos pantallas de televisión que van mostrando distintas imágenes de sanguinolentos métodos para abortar, y que poco tienen que ver con la realidad de las técnicas que a diario se práctican, como han señalado varios especialistas al diario. Entre los métodos para abortar, incluyen además el DIU, un método anticonceptivo intrauterino. También califican de “aborto de laboratorio” los embriones usados en técnicas de reproducción asistidas o investigaciones científicas.

En otra de las pantallas, van mostrando “las consecuencias psicopatológicas que, aseguran, sufren las mujeres que abortan, y que van desde ”los impulsos suicidas“, ”a la pérdida de interés en el sexo“ hasta ”el abuso de los niños“. La exposición se completa con la venta de productos publicitarios de las organizaciones, como camisetas y viseras, así como de mini embriones de goma.