La 'fuga' de dos centros privados abre un nuevo agujero económico a la Universidad Complutense
La Universidad Complutense, la más grande de España, hace frente a la petición de desvinculación de dos centros privados asociados y, de esta manera, afrontará un nuevo agujero económico: la universidad pública perdería la matrícula de los 2.400 alumnos que estudian en sus aulas. El Centro Universitario Villanueva y el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) han iniciado los trámites para dejar de estar adscritos a la Complutense y aguardan el visto bueno final de la Asamblea de Madrid.
Según confirman fuentes del rectorado de la universidad pública, el reconocimiento como universidad privada de CUNEF, una de las escuelas de negocios más populares en Madrid, se está redactando como anteproyecto de ley para seguir adelante con su tramitación en el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Si finalmente se ratifica esta decisión, la Complutense se encontraría con un competidor 'en casa', ya que este centro se asienta en un terreno de 18.000 metros cuadrados, propiedad de la universidad pública, con una cesión que expirará en el año 2060 y situado en la Ciudad Universitaria. Tras un pago inicial de siete millones de euros, el alquiler anual del suelo oscila entre 200.000 y 350.000 euros.
CUNEF, escuela de la asociación de banca
CUNEF está gestionado por la Fundación de la Asociación Española de Banca, constituida por la Asociación Española de Banca (AEB). A esta organización pertenecen “la práctica mayoría de los bancos en España”, aseguran en su página web. Por los pasillos de CUNEF han pasado conocidos economistas, abogados y políticos del Partido Popular como Luis de Guindos, ministro de Economía; Lucía Figar, exconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid o Jaime García Legaz, presidente de Aena. Actualmente sus aulas han acogido a una nueva generación de alumnos, como Alonso Aznar, hijo del expresidente de Gobierno y Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el pequeño Nicolás.
El otro centro, Villanueva, está promovido por Fomento de Centros de Enseñanza, una organización educativa vinculada a la prelatura del Opus Dei y que también gestiona colegios concertados que segregan por sexos.
Este modelo de centros adscritos está extendido en los campus españoles. Suelen tener una gestión privada, pero a todos los efectos, sus alumnos son estudiantes de una universidad pública y reciben una titulación oficial. La vinculación que mantienen es académica.
Estas escuelas tienen sus propias instalaciones, su claustro docente e imparten el currículum de grados y posgrados estipulado por los centros financiados por la administración. En ellas, el importe total de la matrícula es elevado, se incluyen las tasas públicas y privadas. Por ejemplo, en CUNEF el alumno paga 9.500 euros de media por un grado. En esa cantidad estarían incluidos los 1.500 euros que también abona a la Complutense.
A cambio, desde el centro público tienen que controlar y aprobar los planes de estudios, además de supervisar a los profesores que imparten las asignaturas del título oficial a través de la “venia docenci”. Por lo tanto, para las universidades públicas, que han acusado los recortes en los últimos años, este modelo supone una inyección económica, ya que un alumno de un centro adscrito es “más rentable” que el de una facultad de la Complutense, tal y como reconocen fuentes del rectorado.
Ambos centros han iniciado el proceso para ser reconocidos como universidades privadas y, una vez que lo consigan, continuar con su desadscripción de la Complutense. Desde la Comunidad de Madrid no aclaran en qué punto se encuentran estas solicitudes porque los informes de evaluación “no son públicos” y los centros aseguran que tampoco tienen información actualizada.
Cuatro millones de euros de pérdida
Ni los centros ni la Complutense aclaran la cantidad que aportan a las arcas públicas. Teniendo en cuenta el número de alumnos, podría ascender a cuatro millones de euros. CUNEF cuenta actualmente con 1.542 estudiantes vinculados a la universidad pública (209 de posgrado y 1.333 de grado) e imparten actualmente cinco programas de la Complutense, vinculados a la Administración y Dirección de Empresas (ADE) y al Derecho. Por su parte, en Villanueva estudian 837 alumnos (195 máster y 643 de grado) que cursan Periodismo, Publicidad y carreras relacionadas con el Magisterio.
Fuentes del rectorado de la universidad pública confirman a eldiario.es que actualmente solo tienen constancia de que CUNEF ha conseguido que se siga tramitando la normativa que reconocería su conversión a universidad privada. La última palabra la tendrá la Asamblea de Madrid, una vez que el Consejo de Gobierno presente el anteproyecto de ley, los grupos políticos tendrán que votar sobre él.
Entre los informes elaborado por organismos públicos para evaluar su solicitud, a CUNEF le ponen pegas en su programa de investigación. La Comisión Delegada de la Conferencia General de Política Universitaria aseguró en un documento emitido el pasado 7 de febrero que no se detallaba en la memoria presentada las “estrategias” a seguir “para la incorporación de talento científico” o “para la participación en proyectos de investigación competitivos”.
Este organismo, en el que están representadas las comunidades autónomas y el Ministerio de Educación, también se pronunció sobre Villanueva. Con relación a su proyecto educativo valoraba su “larga experiencia en docencia universitaria” pero añadió que “el expediente no aporta garantías que aseguren la financiación del proyecto” y por lo tanto en este caso “postulan la emisión de informe desfavorable”. Sobre esta postura, el director de Relaciones Institucionales de este centro educativo, Lorenzo Bermejo, recuerda que estos documentos no son vinculantes y que han presentado alegaciones.
Desde la dirección de estos dos centros reseñan que la solicitud de desvinculación de la Complutense no se debe solo a motivos económicos. Pablo Vázquez, director de esta escuela de negocios, reconoce que estos modelos llegan a ser “muy rentables” para la universidad pública y asegura que promueven esta decisión para “ganar autonomía”. “CUNEF tiene un proyecto de excelencia, hemos notado que el mercado de trabajo nos pide muchas cosas y que al estar atados a la Complutense no lo podemos hacer”, incide Vázquez, que hasta hace un año fue el mayor responsable de Renfe.
Futura universidad privada en suelo público
Por su parte, los responsables del complejo educativo público no acogen de forma positiva estas peticiones, consideran que si la Asamblea de Madrid da luz verde a este proyecto avalará como universidad a centros que “no apuestan por la investigación”.
Podemos critica esta conversión y la semana que viene llevará esta cuestión a la Cámara regional. Eduardo Fernández Rubiño, diputado del partido morado, asegura que el proyecto de Ley del Espacio Madrileño de Educación Superior (LEMES) presentado por el Gobierno de Cristina Cifuentes “está poniendo la alfombra roja para la apertura de universidades privadas” en la Comunidad de Madrid y quien “sale dañada” es la universidad pública.
El equipo de Gobierno de la Complutense también tendrá que hacer frente a que CUNEF se asiente como centro privado en un terreno de 18.000 metros cuadrados cedido por la Complutense. El acuerdo se suscribió en 2010 entre Carlos Berzosa, rector en aquella época; el director de CUNEF y el presidente de la Fundación Española de Banca para Estudios Financieros. En él se ratificó un acuerdo a través de un pago inicial de siete millones de euros y un alquiler anual que oscila entre 200.000 y 350.000 euros. La adjudicación se realizó mediante una “concesión demanial” destinada “al servicio público de la educación superior”.
En julio del 2016, Carlos Andradas, el rector actual, suscribió una adenda al contrato de concesión cambiando así el nombre del adjudicatario. Con esta decisión el beneficiario del suelo pasó a ser Cunef S.L. en detrimento de la Fundación Española de Banca para Estudios Financieros. Esta nueva sociedad será la que dote de personalidad jurídica propia a la universidad privada impulsada por la asociación de la banca, tal y como explican en el informe de la Comisión Delegada de la Conferencia General de Política Universitaria.
Fuentes de la Complutense consultadas por eldiario.es explican que el pago inicial de siete millones de euros “respondía a la necesidad de liquidez” que tenían desde el rectorado. Además, estas mismas fuentes aseguran que cuando se suscribió el acuerdo “no estaba en mente que CUNEF se convirtiese en universidad privada”. Desde la dirección de la universidad pública reseñan que por ahora “no se contempla” la posibilidad de revertir el convenio si se desvincula.
Por su parte, la dirección de la escuela de negocios defiende el acuerdo y recuerda que cuando expire tendrán que “dejar libre a disposición de la UCM” los edificios construidos y que la finalidad del acuerdo es la “utilización para el servicio público de la Educación Superior”. “Que CUNEF pretenda quedarse con esos terrenos es un verdadero atraco a la universidad pública y por tanto a todos los madrileños”, lamenta el diputado de Podemos, Fernández Rubiño.