Pedro Duque ante el reto de llevar la inversión en ciencia a niveles europeos sin competencias de universidades

Separados en el nuevo gobierno los ministerios de Ciencia y Universidad, Pedro Duque (Madrid, 1963) podrá centrarse en la legislatura en una sola tarea: elevar la inversión en I+D+i a niveles homologables con Europa, recuperar el sistema productivo científico y atraer de vuelta el talento emigrado y aprobar un Estatuto del Personal Docente e Investigador de la universidad. Para esto último tendrá que trabajar con el nuevo ministro de Universidades, Manuel Castells, quien tiene el encargo de sacar adelante una nueva ley de universidades.

La pérdida de competencias para Duque podría interpretarse como una degradación; sin embargo, nunca pareció muy cómodo con la responsabilidad sobre Universidad. Su mandato en esta área ha sido básicamente infructuoso desde que tomó posesión. Otro de los puntos negros de su mandato tiene que ver con su condición de propietario de una sociedad patrimonial a la que pertenecía su propia vivienda familiar. Duque tuvo que dar explicaciones, aunque no acabó de aclarar algunas cuestiones.

Sin las competencias de Universidades, Pedro Duque podrá centrarse en su área de especialidad. Porque Duque es un hombre de Ciencia. Como explicaba José Cervera en este perfil, el ministro estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid (con brillantez, se licenció con Matrícula de Honor) y tras obtener su título se incorporó inmediatamente a la Agencia Espacial Europea, donde pronto entró a formar parte del grupo de formación de futuros astronautas. Desde entonces su carrera ha estado fundamentalmente vinculada a la ESA con un par de excepciones: colaboraciones con su Escuela de Ingeniería Aeronáutica y un periodo en el que se incorporó y acabó dirigiendo la empresa española de microsatélites Deimos Imaging que puso en órbita el Deimos-1, diseñado para recoger y analizar datos de la cobertura vegetal terrestre. Conoce por tanto muy bien el ámbito de la cooperación científica y tecnológica internacional.

Pero lo que más destaca en su currículum son sin duda sus dos misiones espaciales como astronauta de la ESA: la STS-95 en 1998 en la lanzadera espacial Discovery estadounidense y la misión Cervantes en la Estación Espacial Internacional en 2003, a la que llegó en el Soyuz TM-2 ruso; esto y sus años de trabajo en oficinas de la ESO en Alemania implica que habla no sólo inglés, sino alemán y ruso.

El pacto de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos tiene un subapartado exclusivo para la Ciencia, con siete puntos. El primero de ellos, probablemente el mayor reto que afrontará Duque esta legislatura, es “aumentar la inversión pública en I+D+i civil por encima del incremento del límite de gasto no financiero del Estado y avanzaremos hacia los objetivos comunitarios de inversión total pública y privada”.

Traducido: hay que gastar más en ciencia. España, que gasta aproximadamente el 1% de su PIB en I+D+i, necesitaría duplicar su inversión para llegar a la media europea a la que aspira el nuevo Gobierno. Como explicaba uno de los científicos más prestigiosos del país, Francisco Mojica, en esta entrevista, buena parte del reto es elevar la inversión de las empresas.

Esta subida en la inversión debe traducirse, según los planes del nuevo Ejecutivo, en contratar más personal investigador y en mejores condiciones. Para ello, el acuerdo de Gobierno contempla aumentar las “becas predoctorales” (el texto del pacto las llama “becas” aunque hace tiempo que pasaron a ser contratos) y los contratos postdoctorales.

Por último, y en colaboración con el que será su compañero Castells, en Universidades, PSOE y UP quieren aprobar el largamente deseado Estatuto del Personal Docente e Investigador, que debe poner orden entre los docentes universitarios, un cuerpo que se ha precarizado a marchas forzadas durante la crisis. Precisamente la comunidad científica y los rectores han expresado su preocupación por la separación de las dos áreas en dos ministerios distintos. Temen que la división provoque que una pérdida de recursos.

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