El exministro franquista Utrera Molina hace apología y escribe a favor de “una España grande y limpia”
José Utrera Molina se declara “en pública rebeldía” contra la ley de Memoria Histórica. Y el exministro con Franco, y suegro de Alberto Ruiz Gallardón, no duda en hacer apología del franquismo para subrayar este objetivo como garante, dice, de quienes guardan “el recuerdo de una España grande y limpia”.
Esa “labor de limpieza” era el eufemismo usado por los golpistas para animar al exterminio del adversario ideológico y social. Una tarea que sembró el país de fosas comunes y definió la matanza fundacional del franquismo. El alto cargo franquista es uno de los 19 imputados por la jueza Servini en la denominada querella argentina.
Utrera Molina asocia además la situación política actual de España con la que movilizó a “la media España que no se resignó a ser pisoteada por el comunismo en 1936”. Escribe: “Hoy vuelven a estar de moda las corrientes más criminales y más canallescas de nuestra historia”, en un artículo publicado en Arriba (blog homónimo al periódico falangista) y reproducido en la web de la Fundación Franco, un espacio que ya usó para amenazar con denuncias a las víctimas de la represión fascista.
“Vuelven orgullosos y desafiantes los puños en alto y las banderas rojas se despliegan ufanas”, subraya. Ante “la cómoda indiferencia” de “los hijos y los nietos de tantos miles de españoles que dieron su vida por Dios y por España”. Una “mayoría silenciosa”, refiere el exministro franquista, que permanece “agazapados, silentes, consintiendo que se injurie públicamente la memoria de sus antepasados, que profanen sus tumbas y borren su recuerdo de la memoria colectiva”.
Un Franco decapitado para “alborozo” de “cobardes”
El propósito de la tribuna de José Utrera Molina, titulada El odio cabalga sin bridas, es cargar las tintas contra una ley que considera “sectaria”. Y uno de los detonantes de la diatriba es la “figura de un Franco decapitado” expuesta en Barcelona “para público aquelarre”, entiende, y “alborozo de unos pocos cobardes que dan rienda suelta a sus más bajas pasiones”.
“Todo esto tiene lugar ante la indiferencia de la mayoría”, dice, Una situación que resulta del “daño histórico y moral” que produce “todavía” la ley memorialista “alumbrada por (José Luis) Rodríguez Zapatero y mantenida por (Mariano) Rajoy”. Como los “cientos de monumentos o placas” alusivas a la España golpista que han sido retiradas u otros lugares, precisa, donde “se amenaza expresamente a ayuntamientos con la retirada de subvenciones haciendo oídos sordos a la voluntad de los vecinos de mantener su identidad y su historia”.
El suegro del exministro del PP Alberto Ruiz Gallardón dibuja un escenario casi apocalíptico que contrarresta con una decidida apuesta por la apología del franquismo. “Yo tengo ya demasiada edad para luchar solo contra esta tremenda injusticia”, declara.
“Pero mientras el pozo de odio está completo y vierte sus excrementos sobre la Historia, los que guardamos todavía el recuerdo de una España grande y limpia preferimos morir a contemplar con indiferencia y cobardía la victoria de la mentira y la escandalosa manipulación de nuestro pasado más reciente”. Por eso, concluye: “Yo me declaro en pública rebeldía contra esta ley sectaria que levanta muros entre hermanos y aventa (sic) de nuevo las arenas ensangrentadas de otro tiempo”.