“Vamos a Madrid a enfrentarnos al paro y la injusticia”
Vídeo: Gabriel Pecot
Los relatos vitales de algunas de las personas que participan en las marchas son un retrato de lo que está pasando en este país. No llegar a fin de mes, tener la nevera vacía, acostarse a las siete de la tarde por ausencia de luz eléctrica, tiritar de frío por falta de calefacción en la casa o haber recibido una orden de desahucio son experiencias que nos cuentan algunos participantes de la llamada columna sur de las Marchas de la Dignidad, la más numerosa, procedente de Andalucía y a la que se ha unido ya la columna de Castilla.
Integrada por cientos de personas, ha llegado ya a los pueblos de Madrid. En ella participa el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), con su portavoz, Diego Cañamero, al frente.
“Aquí hay de todo, tanto a nivel político como sindical, esto es un arco iris de todos los colores, están presentes todo tipo de sensibilidades, participamos más de 300 organizaciones en total. Hay campesinos, autónomos, pensionistas, jóvenes desempleados. Encabezando la marcha tenemos a dos personas de 75 años”, explica Cañamero ante nuestra cámara.
En cuanto se pone a hablar, se forma un círculo en torno a él. “Muy bien, Cañamero”, le grita una vecina, Amalia del Castillo, que se ha acercado para saludarle. Él continúa:
“Con estas marchas queremos movilizar a lo que el PP llama la mayoría silenciosa. Que la gente le diga al Gobierno que se le han terminado los plazos, que el voto no le da derecho a abusar de la gente. Queremos unir a la mayoría de la población. Queremos que la gente no llore detrás de sus puertas, que su grito lo ponga en la calle. Queremos una sociedad donde la gente no sufra, donde todos tengamos derecho al trabajo, a la vivienda, al futuro, a la dignidad”.
“Lo importante es que Madrid se levante”
“Lo importante es que Madrid se levante”De fondo, por megafonía, alguien grita: “Tenemos derecho a tener un techo”, y varios repiten el lema coreándolo. Cañamero prosigue:
“Nosotros no venimos a enfrentarnos a nada físicamente, sino a enfrentarnos a la injusticia, al paro, a la precariedad. Nadie ha autorizado con su voto que haya seis millones de parados, ni la reforma laboral. El pueblo tiene que unirse para que no nos pasen por encima, tiene que convertirse en un gran tribunal popular, democrático, para echar a un Gobierno que se ha convertido en un maltratador, maltrata a la gente”.
En cuanto a las expectativas que tienen de cara a la manifestación de Madrid, el portavoz del SAT contesta:
“Lo importante es que Madrid se levante. Hace falta un Madrid que abra sus puertas a las marchas y no sólo toque las palmas, sino que se incorpore a esta gran movilización. El Gobierno usa el Boletín Oficial del Estado como si fuera un puñal que clava en el corazón del pueblo, y hace falta quitárselo ya”.
“Muy bien”, le gritan varias mujeres, vecinas de Pinto, que se han acercado hasta aquí para mostrar su simpatía con la marcha. Cañamero no las oye bien. “Es que tengo sordera”, explica. “Yo no tengo estudios, pero la experiencia y las injusticias te enseñan mucho”, confiesa mientras se quita el micrófono tras la entrevista.
A unos pasos de Cañamero camina María Jesús de León, profesora de secundaria en Cádiz, e integrante del SAT. Como una de las coordinadoras de esta marcha, va indicando a los participantes que avancen de dos en dos. La disciplina es tal, que la columna, vista de lejos, parece casi una línea recta. Entre los caminantes está el actor Willy Toledo, que se acaba de incorporar a la marcha.
Aún en Pinto, con destino a Parla, un vehículo irrumpe en la marcha sin respetar el carril señalizado y reservado a los caminantes. Sin paciencia para esperar a que pase la columna, el conductor la atraviesa dando un volantazo, casi rozando a varios viandantes (Vídeo). Algunos le increpan, y María Jesús interviene rápidamente: “No caigamos en provocaciones, se le ha cogido la matrícula y tenemos la grabación, así que prosigamos”.
“El oso va a salir corriendo del madroño”
“El oso va a salir corriendo del madroño”“Me he cogido diez días libres para participar en la marcha”, nos explica María Jesús.
“Soy profesora de instituto y, a pesar de que no está la cosa como para perder dinero, no podía no estar aquí. Vamos a Madrid porque no podemos ir a Berlín, pero esto es un problema internacional. Es emocionante, la gente en los pueblos nos recibe incluso con lágrimas. Estamos cansados pero cada vez con más fuerza y muy unidos. Que se prepare Madrid, porque sólo de Andalucía van a salir más de setecientos autobuses para participar en la manifestación. El oso va a salir corriendo del madroño”, dice entre risas.
Y añade: “Le digo a la gente que se sume a la manifestación del sábado, que no tenga miedo, que no va a pasar nada; que cuantos más seamos, menos pasará, porque no se atreverán a hacernos daño siendo muchos”.
María, una joven andaluza, trabajadora social, se suma a la conversación: “Tenemos que luchar por nuestros derechos, no podemos quedarnos en casa en silencio y con miedo, sólo luchando podremos evitar mayores recortes. Y además, es muy bonito esto, tanta gente junta, unida, es una gran experiencia”.
Al anochecer, la columna del sur llega a Parla, procedente de Pinto. Sus participantes saben que ya están a las puertas de Madrid y se preguntan cuánta gente participará en la manifestación del sábado. “Va a ser multitudinaria, algo histórico”, dice alguien. “Ojalá”, responde otro. “No hay que tener miedo, hay que estar unidos”, comentan un par de chicos.
De fondo, la megafonía sigue irrumpiendo de vez en cuando para mantener el ánimo alto:
“No importa a quién hayas votado ni de qué partido eres, todos tenemos derecho a la libertad, a la justicia, a la dignidad”, se oye a través de los altavoces.