Vida y muerte de un alcalde republicano: de un pueblo leonés a los campos de exterminio nazi
Un español acaba en los campos de exterminio nazi. Y fueron miles. Como el caso de Elpidio González, el último alcalde republicano de Palacios del Sil (León), que murió en Gusen (subcampo de Mauthausen) en 1941. El político es el hilo conductor del libro Anatomía de una discordia, de Víctor del Reguero, un texto que desgrana el recorrido histórico desde un pueblo leonés hasta el campo de concentración austríaco y aporta, además, el perfil de otras 50 víctimas que penaron en cárceles franquistas.
Anatomía de una discordia es “un libro en el que la microhistoria se engarza con la historia del mundo”, dice el autor. El retrato de una época a través de los retazos vitales de un rincón leonés y que extiende el testimonio a Laciana y El Bierzo, Asturias, Cataluña, Francia. Y el horror nazi.
Más de 9.000 españoles pasaron por campos de concentración nazis entre 1940 y 1945. Quedan para la memoria nombres como el del último superviviente de Mauthausen, Juan Romero, por primera vez homenajeado por el Gobierno de España. O los de 4.427 que murieron en centros de exterminio con la complicidad del régimen de Francisco Franco y que publicó hace un año el Boletín Oficial del Estado (BOE). Y, para la ignominia, están denominaciones como Auschwitz o Buchenwald.
La “microhistoria” que retrata una época
Elpidio González González (Palacios del Sil, León, 1905 - Mauthausen-Gusen, Austria, 1941) “a la altura de 1931 asumió el papel de líder de los republicanos de la zona”, apunta Víctor del Reguero. El “desencanto” con la monarquía de Alfonso XIII le hizo entrar de lleno en la vida política.
Pero el hijo del secretario municipal acabó así convertido “en enemigo de un grupo de vecinos de tendencia derechista y monárquica”, según el autor. Algunos “encontronazos” con el médico José Sabugo dan fe de estos episodios que acaban hilando la desventura de Elpidio hasta los campos nazis, donde será el preso “número 4.180, con el triángulo azul de los apátridas con la ”S“ con que se distinguía a los españoles”.
Unas “desavenencias incubadas en la etapa final de la dictadura de Primo de Rivera”. Con “especial detenimiento” en un “conflicto” asociado a una realidad que marcaba la vida de Palacios del Sil: la caza. “Los montes de la zona albergaban una de las reservas cinegéticas más importantes de la cordillera Cantábrica, lo que era un objeto codiciado”, dice.
La “microhistoria” asociada a la cacería retrata una época, y sus conflictos sociales, desde la vida cotidiana y política de un rincón leonés. Los “encontronazos” surgían “al calor de la evolución de los acontecimientos y, al final, los episodios de violencia que se vivieron entre los antagonistas políticos durante el año previo al estallido de la guerra”.
Del exilio francés a Mauthausen
Los republicanos podían “embadurnar de excrementos de vaca los carteles de Acción Popular días antes de las elecciones de febrero de 1936”, como escribe Víctor del Reguero. Del otro lado, “los derechistas se organizaron en torno a la Juventud de Acción Popular, que tuvo en Palacios del Sil una de sus organizaciones más importantes en la provincia”.
La victoria del Frente Popular convirtió a Elpidio González en alcalde. El último alcalde republicano del pueblo. Apenas cuatro meses en el cargo, “entre el 25 de marzo y la sublevación del 18 de julio de 1936”. En apenas dos semanas los golpistas imponían su fuerza en León, apunta el autor.
Elpidio y su familia, junto a otros republicanos, “se refugiaron en los montes para escapar desde allí a Asturias”. El relato sigue sus pasos con el derrumbamiento del frente asturiano en el otoño de 1937, la huida por mar a Francia y de allí a Cataluña, de donde en 1939 alcanza a cruzar la frontera. Con la familia diezmada, como cuenta el libro, que ofrece “un perfil de medio centenar de detenidos, paseados, ejecutados, desaparecidos, condenados y muertos en las cárceles del régimen, muchos de los cuales aparecen con su fotografía”.
Anatomía de una discordia, convertido en una “geografía humana” que “retrata a toda la sociedad local y sus protagonistas”. Una realidad que deriva en “contexto de muerte” al que no escapa Elpidio González, que pasa por campos de refugiados en Francia como Cognac y Angulema y, tras la invasión alemana, termina convertido “en uno de los 927 ocupantes del famoso convoy que, en agosto de 1940, condujo hasta el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, a los que fueron primeros españoles deportados al régimen nazi”.
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