El VIH aprovecha la COVID-19 para recuperar terreno en el mundo
La pandemia de COVID-19 ha permitido a la pandemia de VIH contraatacar. La reducción de nuevas infecciones con el virus de la inmunodeficiencia humana entre 2020 y 2021 fue la menor de los últimos cinco años, según el último informe de la ONU presentado este miércoles en la previa de la Conferencia internacional del sida que se celebrará en Canadá.
“El progreso en la prevención y el tratamiento se tambalea en todo el mundo y pone en riesgo la vida de millones de personas”, dice el análisis de ONU-sida. Solo el año pasado, unas 650.000 personas fallecieron por enfermedades relacionadas con el sida. “Una vida cada minuto”, subraya el trabajo. Y 1,5 millones contrajeron el VIH. Eso es un millón por encima de las compromisos contraídos por los estados para ese curso.
La peor situación la presentan Europa oriental y Asia central, Oriente Medio, el norte de África y América Latina donde llevan “varios años experimentado un aumento de casos anuales”.
En el caso de la pandemia de VIH, no avanzar significa retroceder: “Estos datos muestran que la respuesta mundial al sida peligra seriamente. El hecho de no estar progresando rápidamente significa que estamos perdiendo terreno”, analiza la directora de ONU-sida, Winnie Byanyima.
La cuestión es que, a diciembre de 2021, el mundo no estaba en el camino para alcanzar los objetivos de prevención marcados para 2025: los 1,5 millones de nuevos infectados en 2021 implican 4.000 al día. Un ritmo que, según la ONU, hace imposible que los contagios en 2025 se hayan dejado en 370.000 al año. Las proyecciones indican que, para ese horizonte, los nuevos infectados serán 1,2 millones ese año. Muy lejos.
Desigualdades
Las curvas de contagio reflejan la desigualdad mundial. En primer lugar entre regiones y países. Pero, además, los nuevos casos se cebaron especialmente entre las mujeres adolescentes y jóvenes. “En este grupo se produjo una nueva infección cada dos minutos durante el año pasado”. En el África subsahariana, estas chicas tienen tres veces más posibilidades de infectarse que los chicos.
En Asia y el Pacífico, la región más poblada del mundo, los datos recopilados por ONU-sida muestran que hay un aumento de casos en zonas donde se había conseguido doblegar la curva epidémica y rebajar las nuevas infecciones. “El incremento en el número de nuevas infecciones en estas zonas es, sin duda, alarmante”, sentencia el informe. En África oriental y meridional, los rápidos avances de años anteriores se ralentizaron significativamente en 2021, avisa.
Acceso a los tratamientos.
El VIH –y el sida– dejan muy patentes las inequidades a la hora de acceder a tratamientos que han conseguido parar el flujo de muertes que trajo la pandemia. El pico de fallecimientos asociados al sida se marcó en 2004 con tres millones.
“Se están debilitando los esfuerzos para garantizar que todas las personas que viven con el VIH accedan al tratamiento antirretroviral que salva vidas” afirma ONU-sida. El número de personas en terapia tuvo el crecimiento más lento en una década. El 25% de los que conviven con el VIH no tienen tratamiento. Hay 10 millones de personas que no disponen de ellos. Y la mitad de los niños infectados se queda fuera.
“Estas cifras revelan una voluntad política. ¿Nos preocupa capacitar y proteger a nuestras niñas? ¿Queremos detener las muertes por sida entre los niños?”, ha preguntado Byanyima al conocer los datos.
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