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De vivir en la calle a publicar un libro: la historia de Aridane le pone poesía a la labor de las entidades sociales

Paula del Toro

24 de noviembre de 2023 22:49 h

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Aridane tiene 44 años y vive en Las Palmas de Gran Canaria. Desde hace tres años duerme, come y trabaja en una residencia de la fundación Obra Social de Acogida y Desarrollo. Pero durante mucho tiempo lo hizo en la calle. Padece de un trastorno mental esquizoafectivo y, si no toma una medicación diaria, sufre de delirios combinados con depresión. “Mi vida era muy dura: pasaba frío, hambre, sufrimiento y soledad. Lloraba mucho”, recuerda.

“Estar solo, viendo pasar personas que tienen su vida, su familia, su casa… es muy duro. Sentía mucho dolor, mucha angustia… Se te pasan muchas cosas por la cabeza, hay malos pensamientos que te invaden constantemente y, aunque sabes que tienes que tomar fuerzas, estás estancado”, prosigue.

Pero eso se acabó el mismo día que un chico le preguntó si quería ir con él a la fundación. “Esa misma noche me quedé. Ahora es mi compañero, y yo solo puedo pensar que estoy viviendo un sueño”, se emociona. Aridane es uno de los miembros del programa Integra_Mente, un proyecto en el que la entidad ayuda a reinsertarse en la sociedad a aquellas personas que se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad por padecer un trastorno mental no tratado. Es “un problema al que la administración no llega”, interviene Alba, psicóloga y acompañante de Aridane en todo su recorrido. La Obra Social de Acogida y Desarrollo de Las Palmas es la única entidad de la isla que tiene acogida directa de personas sin hogar, por lo que cada año atienden a una media de 170 personas en situación de vulnerabilidad.

Dentro del proyecto Integra_Mente colaboran diferentes unidades sociales y de salud mental. Es por ello por lo que la entidad Obra Social de Acogida y Desarrollo ha sido una de las seleccionadas en el marco de las Convocatorias de Proyectos Sociales que impulsan desde Fundación La Caixa en los que, con diferentes programas especializados, atienden a personas durante distintos procesos vitales, como una infancia condicionada por la exclusión social, el final de la vida o una enfermedad degenerativa.

El Observatorio Social de la Fundación La Caixa ha hecho públicos datos de un estudio inédito que constata la cronificación de la exclusión en nuestro país y concluye que “los programas de política social, si están bien coordinados, pueden desempeñar un papel fundamental para ayudar a superarla”. Algunos datos clave de esta investigación señalan que las personas que son multidimensionalmente pobres –que presentan varias carencias tanto de salud, como educativas o económicas en su día a día– tienen un 10% más de probabilidad de entrar en una privación o necesidad adicional y hasta un 20% menos de salir de una que ya sufren, en comparación con las personas que no son pobres en situaciones similares.

Por esto es fundamental atender a estas vulnerabilidades específicas. “Aparte de tratarlos para mejorar su salud mental mediante una medicación –algo que en la calle no tenían– y una enseñanza individual sobre la patología que presentan para que sepan qué es lo que está pasando en su cabeza, les ayudamos a entrenar habilidades de la vida diaria, emocionales y sociales”, explica Alba, la psicóloga de Aridane.

Ocupamos el cuarto lugar a la cola en desigualdad de la UE. Estamos en un momento crítico, hace falta un modelo que erradique la pobreza centrado en avances laborales y una educación de calidad. Las entidades sociales son clave para crear redes sólidas.

El informe del Observatorio describe la incidencia de la pobreza multidimensional en España, que asciende al 15%, un porcentaje que apenas varió durante el periodo de observación, entre los años 2016 y 2020. Otros países europeos con incidencias más altas, como Portugal o Grecia, o con incidencias inicialmente similares –por ejemplo, Polonia y Hungría– experimentaron una reducción de esta incidencia de hasta 5 puntos porcentuales en el mismo tiempo. Los autores subrayan la importancia de la coordinación de programas y medidas en todos los campos de la política para poder prevenir futuras necesidades: “Combatir la pobreza requiere acciones conjuntas y bien orquestadas”.

Ocupamos el cuarto lugar a la cola en desigualdad de la UE. Estamos en un momento crítico, hace falta un modelo que erradique la pobreza centrado en avances laborales y una educación de calidad. Las entidades sociales son clave para crear redes sólidas“, explica Elisa Durán, directora general de la Fundación La Caixa.

El aprendizaje y la poesía

El proyecto documental ‘Vidas contadas: 14 historias de superación’, una creación del fotógrafo Xavier Menós, da voz a personas en riesgo de exclusión que comparten sus aprendizajes con el fin de sensibilizar y concienciar a la ciudadanía. Una de estas historias es la de Aridane.

A Aridane le gustaría en el futuro –algo en lo que ahora se atreve a pensar– montar una empresa de hosting web. Tiene conocimientos de informática y antes de quedarse en la calle se dedicaba a ello de forma autónoma en blogs y redes sociales. Se define como una persona trabajadora, constante y entregada. Sin embargo, en este momento, sus fuerzas están guiadas por el arte, la poesía y los sentimientos. “El amor es el motor de la vida”, reflexiona.

En la fundación pretenden que, pasado un tiempo de adaptación, las personas a las que atienden no necesiten volver, porque ya hayan sido capaces de acomodarse en su nueva vida. “Lo más importante es que aprendan a gestionar su trastorno mental para que puedan vivir en sociedad y no vuelvan a caer en la calle y la drogodependencia”, sostiene la psicóloga. 

Tienen que salir a la calle, buscarnos y ayudarnos. Muchos no tienen acceso a Internet o a una llamada, por lo que no saben dónde ir ni quién les puede ayudar. Debería haber personas pagadas por la administración que se dedicasen a darnos información

De momento, la poesía es la energía que alimenta los días de Aridane. Ha escrito un poemario llamado ‘Sentimientos al desnudo’ que se publicará en 2024 y en el que lleva trabajando desde hace más de 20 años, cuando falleció su madre. Ya está escribiendo otro y dice que también le gustaría probar con la novela y la gran pantalla, aunque confiesa que su mayor sueño es ser cantante. “Me gusta la poesía desde pequeño. Había leído y escrito muchos versos, pero en ese momento de tanta vulnerabilidad la poesía fue mi gran salvadora, me daba fuerza”, resume.

“Con la poesía me enfrento a mis miedos –continúa–. A través de ella pude canalizar y aún canalizo y plasmo mis sentimientos, me pongo como protagonista y reflejo todo lo que necesito y hay dentro de mí. Siempre son rimas en las que miro hacia el futuro poniendo el amor como núcleo de todo”. Detiene su testimonio para recitar unos versos que creó en sus momentos más difíciles y que ahora son parte de su historia:

“Cuando vivía en la calle, lloraba.

Cuando vivía en la calle, sufría.

Mi alma se apenaba.

Noches de luna fría,

callejones vacíos,

ojos mirándome sin amor,

durmiendo en suelos fríos.

Cada noche era un temor.“

Las entidades sociales, principales motores para erradicar la exclusión

Para Aridane, el poder estar en la fundación Obra Social de Acogida y Desarrollo es algo “extraordinario”. Allí trabaja haciendo camas, recados, recogiendo salas y organizando diferentes eventos. Le pide a su ayudante y amiga Alba poder quedarse allí cuando pase al siguiente nivel, una casa de semi-autonomía en la que los usuarios tienen más libertad y pueden empezar a buscar un trabajo y una casa fuera de la entidad. Pero él no se quiere ir, ya que dice tener “a los mejores amigos que siempre quiso dentro de esas paredes”.

Necesitaba sentirse acogido, respetado y querido, algo que ha encontrado, que valora y no quiere perder: “Al principio estaba un poco retraído. Al pasar tanto tiempo solo y en esa situación de tanta vulnerabilidad, me costó un poco entablar relaciones normales con la gente. Poco a poco me fui adaptando e integrando y ahora soy uno más”, reflexiona.

“Ahora en mi día a día me río mucho, hago muchas actividades con las que me siento realizado y me gusta conversar de muchas cosas que necesitaba compartir con mis compañeros. Ellos, más que amigos, ya los considero mi familia. Estar en un ambiente en el que puedo sentirme a gusto y querido y a la vez poder expresarlo mediante la poesía es impresionante, es como un sueño”.

Alba, que trabaja día a día con él, señala la bondad como una característica a destacar del canario, y le define como una persona positiva y brillante: “Cuando una persona ha vivido tantas dificultades y recibe tanta indiferencia por parte de la población, la recuperación de confianza en el otro es difícil. Son personas que han vivido que todo el mundo les mire pero nadie les ayude. Sin embargo, Aridane no ha tenido ningún sentimiento de rencor, sino todo lo contrario. Solo tiene amor, y eso es de tener una fortaleza muy, muy grande”, concluye emocionada.

Ahora Aridane no quiere parar de crecer. Dice que conformarse con lo que ha conseguido no es una opción para él y que, cada día, da un paso más para seguir su camino de nuevos proyectos. Para que otros puedan llegar a superar una historia como la suya y la de sus compañeros pide “más ayuda por parte de la administración”.

“Tienen que salir a la calle, buscarnos y ayudarnos. Muchos no tienen acceso a Internet, ni siquiera a una llamada. No saben dónde ir ni quién les puede ayudar, y es muy complicado. Debería haber grupos de personas pagadas por la administración que se dedicasen simplemente a dar información sobre cuáles son nuestras alternativas a la calle”, reivindica.

“Hasta en los momentos más difíciles viviendo en la calle pensaba en el amor que recibía de mi familia en la infancia, en el de un amigo o en el de Dios. Aunque no leía, mi cabeza no paraba de crear poesía sobre diferentes sentimientos, sobre un barrio de mi cuidad o sobre los parques, que eran sitios donde me sentía a gusto, entre otros temas. Cuando peor estás es cuando más puedes dar de ti, y en ese momento pensar en verso me llenaba el alma de buenos sentimientos”, recuerda Aridane. Pero las musas no le han abandonado, y ya está pensando y escribiendo nuevos poemas: “Tengo miles de ellos en mi cabeza”.