El nuevo gobierno socialista será el más paritario y femenino de la democracia. El goteo de nombres que se han ido conociendo desde el pasado lunes, ya confirmados por Pedro Sánchez, configura un Ejecutivo integrado por once ministras y seis ministros, sin contar al presidente. Además, deposita ministerios considerados de peso en manos de ellas, como la Vicepresidencia –en la que recae también el Ministerio de Igualdad–, Economía, Hacienda, Empleo, Defensa o Justicia.
Tras una presencia mínima de mujeres en los gobiernos populares –el porcentaje nunca superó el 35,7%– de los últimos años, Sánchez recupera el equilibrio que inauguró José Luis Rodríguez Zapatero y lo supera. Diez años después del inicio de la legislatura de 2008, que contó con nueve ministras y ocho ministros, el PSOE de Sánchez ha diseñado un gobierno que tiene un 61,1% de mujeres.
El reparto de carteras también es significativo. La fiscala Dolores Delgado será la segunda ministra de Justicia que ha tenido España –Margarita Mariscal lo fue en la primera legislatura de José María Aznar– y al mismo tiempo recaen en mujeres los ministerios económicos: Economía (Nadia Calviño), Hacienda (María Jesús Montero), Trabajo (Magdalena Valerio), también Defensa (Margarita Robles) y la vicepresidencia (Carmen Calvo).
Algunas de estas carteras ya fueron ocupadas por mujeres en anteriores gobiernos, pero nunca habían acumulado tantas de peso a la vez. Eso sí, Interior, el único ministerio que nunca ha sido ocupado por una mujer, sigue masculinizado al haber sido nombrado como titular el juez Fernando Grande-Marlaska.
De dónde venimos
La elección de las y los dirigentes socialistas se produce diez años después de la legislatura con mayor cifra de mujeres hasta ahora, la segunda legislatura de Zapatero. Contando con el presidente socialista, entonces eran nueve mujeres y nueve hombres. Sin embargo, a pesar de esta configuración inicial, la reestructuración de los ministerios acabó por inclinar la balanza al lado masculino y Zapatero culminó su estancia en La Moncloa con ocho hombres y siete mujeres a su lado.
Lo mismo ocurrió en su primera legislatura, que dio comienzo con ocho ministros, ocho ministras y el presidente, pero tras los cambios de 2010 la perdió y llegó a tener nueve y siete respectivamente. Entonces era 2004 y catorce años después Sánchez ha recuperado el equilibrio en un escenario de empuje feminista –“este país cambió ese día”, ha dicho el nuevo presidente refiriéndose a las movilizaciones del 8 de marzo– y tras haber dado al Ministerio de Igualdad una mayor relevancia al ser parte de la competencias de la vicepresidenta.
El antecedente popular había dibujado un panorama de presencia femenina que en el mejor de los casos igualó al último gobierno de José María Aznar –cinco mujeres– y no llegó a superar en más de dos ministras al último gobierno de Felipe González (1993-1996), que tuvo tres. Mariano Rajoy configuró nada más llegar a La Moncloa en 2011 un gobierno con cuatro mujeres y nueve hombres y el PP ha abandonado la presidencia con cinco ministras y ocho ministros.
Eso, nueve años después de que el Congreso aprobara la Ley de Igualdad de 2007, que establece que “los poderes públicos procurarán atender al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en los nombramientos y designaciones de los cargos de responsabilidad que les correspondan”.