Como los amigos que se reencuentran tras un tiempo sin reunirse, el 15M ha regresado a la Puerta del Sol cinco años después con una mezcla de alegría por el reencuentro, orgullo de pertenencia y cierta nostalgia. “Es una nostalgia distinta, no por algo que ya no está, sino más bien por algo que se ha transformado en otras luchas necesarias que están cambiando las cosas”, cuenta Isabel, cerca de la cabecera de la marcha que ha vuelto al escenario en el que prendió la mecha del descontento.
Como Isabel, y como hace cinco años, miles de personas han recorrido Madrid entre batucadas, pancartas y cánticos para recordar que los problemas que encendieron la protesta no se han resuelto, pero con la satisfacción de que su mensaje ha calado. “La sociedad está más organizada y vigilante. Y la política se ha transformado fuera y dentro de las instituciones”, explica mientras sujeta a un bebé que vive su primer 15M.
La llegada de nuevos partidos y nuevas caras a las instituciones ha protagonizado los corrillos en Sol y también la marcha que ha arrancado junto a la sede de un Ayuntamiento que hoy dirige Ahora Madrid. Entre los asistentes, algunos de sus concejales, como Pablo Soto, que participó desde el principio en las protestas.
“En muchas de las agrupaciones municipales, como en Ahora Madrid, hay activistas que estaban en la calle”, comenta Jaime en Sol. “Otra cosa es la llegada al Congreso o los parlamentos autonómicos, donde es más complicado que se noten los cambios. También es verdad que los nuevos solo llevan unos meses”, añade.
A su lado, Rubén, que participó activamente en el 15M y los movimientos por la educación pública, destaca las novedades: “Por ejemplo, en la Comunitat Valenciana, donde hay un nuevo equilibrio de fuerzas en las Cortes, se está haciendo una lectura crítica de los colegios concertados y una apuesta más clara por la educación pública, que era algo que defendíamos en las plazas”.
Nuevos desafíos y nuevas luchas
Junto a Isabel, Mariana apunta a un temor extendido entre los movimientos sociales. “Esperamos que la lucha institucional no se coma lo otro, la lucha colectiva en la calle, que es muy importante”. Jaime no lo duda: “Tras el proceso electoral, habrá que volver a activar las calles, desde Bruselas nos están imponiendo ya más recortes y habrá que volver a articular los movimientos sociales que actuaron entonces”.
Los hijos del 15M ya caminan solos y sus miembros se han reencontrado en la plaza cinco años después con camisetas de la PAH, la marea verde por la educación pública, banderas arcoiris o petos de los yayoflautas. Junto a ellos, protagonistas de nuevas luchas: refugiados, colectivos como 'No somos delito' contrarios a la ley mordaza o críticos con el TTIP. “No, si motivos para protestar no nos van a faltar”, concluye Ana, pancarta en mano, poco antes de que comience la asamblea que ha reunido a todos ellos. Cinco años después, la plaza ha vuelto a llenarse.