El pasado lunes, la noticia caía como una bomba en el Obispado de Solsona. Su titular, Xavier Novell, una de las estrellas mediáticas del episcopado catalán, dejaba su puesto después de haber pedido “libremente” su renuncia tras un proceso de discernimiento y “por razones estrictamente personales”. Pocos sabían de la petición que había hecho al Papa y muchos se sorprendieron por la celeridad con la que el pontífice aceptó su dimisión.
Novell, (Montfalcó de Ossó, Lleida, 1969) se convirtió en 2010 en el obispo más joven de España, y era uno de los prelados con mayor futuro, sobre el papel, de nuestro país. Pero la llegada de Francisco y una serie de decisiones polémicas le granjearon la oposición de los sectores progresistas de la Iglesia –por su defensa de las terapias de conversión de homosexuales, por considerar el aborto o la eutanasia como “genocidios” o por oponerse al matrimonio igualitario– y también de algunos sectores conservadores, por su apoyo a la causa independentista catalana.
Antes de entrar en el sacerdocio, Novell se licenció en Ingeniería Técnica Agrícola por la Universidad de Lleida. Fue ordenado sacerdote en 1997 y se doctoró en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Hizo toda su carrera eclesiástica en Solsona, donde fue nombrado obispo por el Papa hace una década, con 41 años.
De hecho, tras su cese, las pocas reacciones favorables a Novell vinieron de dos de los presos condenados por el 1-O, Josep Rull y Jordi Turull, quienes agradecieron al ya ex obispo de Solsona sus visitas en Lledoners y su acompañamiento espiritual. De hecho, Novell –el único prelado catalán que se fotografió votando durante el referéndum de independencia y que había pedido el voto para algún partido democristiano que defendiera la causa catalana y que no fuera ERC ni el PSC– tenía prohibido por el Nuncio expresarse en público o en privado sobre la situación catalana. Algo que, apuntan en su entorno, terminó de romper psicológicamente al prelado.
“Un hombre psicológicamente inestable”
Pero, ¿por qué se marcha Novell? “Simplemente, se ha cansado de ser obispo, de no poder ser libre”, afirma a elDiario.es una de sus colaboradoras. “Es un hombre difícil, psicológicamente inestable”, sostiene uno de los curas de Solsona. Las respuestas a la aceptación de su renuncia por parte del Papa son muy pocas, en parte debido a la ausencia total de explicaciones por parte de la jerarquía, que ha dejado el terreno abonado a las distintas teorías, desde la cuestión económica a líos de faldas. Sin embargo, todo parece deberse, simplemente, a un “no puedo más” del obispo.
Algunos, incluso, han acusado al cardenal Omella de haber urdido su cese por sus diferencias en materia nacionalista. Fuentes oficiales aseguran a elDiario.es que esta tesis es “radicalmente falsa”, y el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal –uno de los pocos que conocía la decisión de Novell– ha puesto a su disposición toda la ayuda psicológica, material y personal que el prelado necesite hasta que decida qué hará en el futuro. Esa es la otra incógnita: ¿Seguirá siendo obispo? ¿Se irá de misiones? ¿Se secularizará?
Cursos para “dejar de ser gay”
Una de las tesis que más proliferan en estos días es la de un informe, llegado a las más altas instancias del Vaticano, en el que se acusa a varios obispos españoles, entre ellos, Novell, de participar activamente en grupos que defienden las terapias de conversión gay, aglutinadas en torno a la asociación Verdad y Libertad, que opera en Granada con el consentimiento (aseguran algunas fuentes) de su arzobispo, Javier Martínez.
“Soy una de las víctimas de esas terapias”, afirma Pau (nombre ficticio), un joven catalán que acusa a Novell y a otros obispos –Munilla, Arturo Ros (auxiliar de Valencia) o al mismísimo cardenal Cañizares– de defender abiertamente las “reuniones” en las que se incita a jóvenes a “descubrir su verdadera sexualidad”. “Te aseguran que es posible 'dejar de ser gay’, una locura”, apunta este chico, quien asegura que en el seminario de Solsona hay dos aspirantes a sacerdote “que hicieron la terapia, acompañados por Novell”.
Esta polémica, que saltó a la luz pública después de que elDiario.es destapara las prácticas de “reconversión sexual” llevadas a cabo en Alcalá de Henares con el beneplácito de su obispo, Juan Antonio Reig, fue debatida por la Conferencia Episcopal en noviembre de 2019. En ese momento, una mayoría de obispos se mostraron en contra de estas falsas terapias, pero la entrada de un grupo de jóvenes LGTBI en la catedral de Alcalá de Henares (lo que fue denominado como 'escrache' por el portavoz de la CEE, Luis Argüello), hizo que el sector ultraconservador del Episcopado obligara a tomar partido en defensa del obispo ante los “ataques” recibidos. Novell fue uno de los más beligerantes de ese grupo.
De hecho, el pasado mes de junio, el ya obispo emérito de Solsona acudió a una parroquia en Torrent (Valencia) a un encuentro en el que se promocionaban las “terapias” para “curar” la homosexualidad. Según uno de los presentes en esas reuniones, “con la ayuda de varios sacerdotes valencianos, del Camino Neocatecumenal y del Opus Dei”. Esta persona, que prefiere no revelar su identidad, asegura que “Novell ha acogido en su casa del obispado a chavales que están en este proceso, y no sólo eso: hace un año y medio se trasladó a Madrid para celebrar la boda con una chica de uno de los jóvenes que se había sometido a estos 'tratamientos', sin el apoyo ni el consentimiento del párroco del lugar ni de los padres de la novia”.
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