La ciencia responde a la primera gran elección de la vida: ¿Charmander, Squirtle o Bulbasaur?

Elegir a Charmander, Squirtle o Bulbasaur no era solo una decisión dentro de un juego: era la primera gran elección de unos niños que aún no sabían atarse bien los cordones. Una elección que marcaba el rumbo en un mundo nuevo, lleno de combates, cuevas y criaturas que aprendían ataques por nivel.
Era el momento cero, la casilla de salida, pero con consecuencias que duraban todo el viaje. Había tres opciones y solo una podía acompañarte. No importaba si el cartucho era prestado o tuyo: la decisión tenía que tomarse.
El caparazón más eficiente
Muchos años después, Kyle Hill convirtió aquella encrucijada infantil en una cuestión de datos. Lo hizo desde la base de Pokémon añadida a WolframAlpha, cruzando estadísticas, habilidades y enfrentamientos para saber cuál era, matemáticamente, la mejor elección de entre los tres Pokémon iniciales de la primera generación. Su conclusión fue tan clara como polémica: Squirtle gana. Y no por poco margen, precisamente.
El estudio no solo tenía en cuenta las estadísticas base o cuánto mejoraban al evolucionar. Hill analizó con detalle cómo se comportaban los tres Pokémon y sus formas evolucionadas frente a los líderes de gimnasio y la Liga Pokémon de Kanto. “Bulbasaur puede hacerlo muy bien al principio del juego, pero también es el que lo tendrá más difícil frente al resto de líderes”, escribió en Scientific American. “Squirtle, en cambio, tiene a la vez más ventajas y menos desventajas frente a los líderes. Una vez más, Squirtle se impone”, aseguró.

A pesar de que Charmander es más popular y de que su evolución final tiene forma de dragón con alas - el aclamado Charizard -, los datos dejaron poco espacio a las dudas. Squirtle, el pequeño Pokémon tipo agua con forma de tortuga azulada, resistía mejor, aprendía movimientos útiles antes y se adaptaba a más combates.
Por si eso fuera poco, era el único capaz de aprender Surf, un movimiento vital para avanzar en la historia. También era el más usado por los jugadores que completaban el juego en tiempo récord. Lo elegían no por nostalgia ni por estética, sino por pura eficiencia.
La tabla que elaboró Hill mostraba que Bulbasaur tenía ventaja en los dos primeros gimnasios, pero esa superioridad se desvanecía pronto. Charmander sufría en las primeras etapas del juego, especialmente contra los tipos roca y agua. Squirtle, sin embargo, mantenía un rendimiento estable, con un equilibrio entre ataque, defensa y eficacia frente a los rivales más exigentes. En total, fue el que acumuló más enfrentamientos favorables y menos desventajas.
El pez más incomprendido
Aun así, Hill también exploró otro dilema eterno: ¿Magikarp es el peor Pokémon? “La respuesta corta es no”, explicó. Su análisis revelaba que, aunque el pez naranja no aprende movimientos ofensivos útiles hasta bien entrado el juego, su evolución en Gyarados ofrece el mayor salto de estadísticas de toda la primera generación. Según Hill, “su velocidad infla la media, pero no aporta ventaja real hasta que evoluciona”.
Hill señaló que otros Pokémon como Sunkern, Azurill, Kricketot, Ralts, Caterpie, Weedle y Wurmple tienen movimientos ofensivos desde niveles tempranos y evolucionan rápidamente, lo que les otorga una ventaja inicial sobre Magikarp.Sin embargo, ninguno de ellos experimenta una mejora tan significativa al evolucionar.

Con los datos sobre la mesa, la conclusión se dibuja con claridad: Squirtle fue siempre la mejor elección para superar el juego de forma eficaz. Aunque el recuerdo de aquella primera elección siga teñido de emociones y favoritismos, el análisis de Hill dejó poco margen a la discusión.
Y en el fondo, da igual si se elegía por los números, por la forma o por el cariño. Lo importante es que ese momento marcaba el inicio de algo. Porque antes de que una flauta despejara una ruta bloqueada o de que alguien supiera qué era un tipo fantasma, hubo una decisión que nos hizo sentir que empezaba una aventura. Y el que eligió a Squirtle, sin saberlo, ya llevaba ventaja.
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