¿Por qué la primera constitución española se llamó La Pepa?

El 19 de marzo de 1812 se aprobada la que está considerada como la primera constitución española de la historia, conocida como ‘La Pepa’. Una carta magna que influyó en la política posterior tanto nacional como internacional debido a su carácter liberal, y que tuvo su nacimiento en medio de la Guerra de la independencia ante la invasión de Napoleón, que había creado una monarquía satélite bajo su hermano José.
Los antecedentes del contexto de La Pepa
En 1795, las tropas españolas y portuguesas fueron derrotadas en los Pirineos dentro de lo llamado como Guerra de la Convención, que era uno de los frentes de lucha contra la Francia revolucionaria. Este llegó a su fin con el Tratado de Basilea, por el que España cedió parte de La Española a cambio de poder mantener Guipúzcoa.Este conflicto bélico había reforzado la imagen de la monarquía, como defensora de los intereses del Estado y como valedora del Antiguo Régimen. Sin embargo, esta tendría un período de inestabilidad cuando los deseos de reinado del entonces príncipe Fernando haría entrar a Francia en España.
Fernando había organizado el 1808 el motín de Aranjuez con el fin de derrocar a su padre Carlos IV y a su secretario de Estado, Manuel Godoy. Este había firmado un año antes, en 1807, el Tratado de Fontainebleau para dejar pasar a los franceses para invadir Portugal y bloquear así el comercio británico, y se había ligado a los intereses napoleónicos.
Así, se apoyaron en los franceses para pedir ayuda tras el motín de Aranjuez, y esto dio lugar a que fueran citados en Bayona, donde Napoleón dio una solución al conflicto: Fernando VII devolvía la corona a su padre, y este, abdicaba en el hermano del francés, con lo que José Bonaparte era proclamado rey como José I. De aquí surgió el Estatuto de Bayona, una “carta otorgada” por el sello napoleónico que sería un antecedente de constitución.
Nace La Pepa, la primera Constitución Española
Con la llegada de José I al trono español, la sociedad se dividió entre afrancesados, que eran ilustradores que apoyaban las reformas y apoyaban al nuevo rey, en absolutistas y defensores de la monarquía y en ilustrados que como patriotas rechazaron a la nueva monarquía. La invasión de las tropas francesas en España provocó el levantamiento del 2 de mayo en Madrid y con ello el comienzo de la Guerra de la Independencia.
En la Guerra de la Independencia, la resistencia se organizaría en juntas de defensa, que darían lugar a una Junta Central, que sería la que convocaría a Cortes e 1810, en la Bahía de Cádiz. Aprovecharon la coyuntura para hacer algo que era exclusivo de la corona, y así el 19 de marzo en 1812 aprobaban la primera Constitución Española, que se llamaría cariñosamente ‘La Pepa’.
Este apodo que recibió la primera Constitución se debe a que fue promulgada en la festividad de San José, y del nombre de José deriva Pepe, de donde se tomó el sobrenombre adaptándolo a un término femenino.
La influencia de la Constitución ‘La Pepa’ de 1812
‘La Pepa’ tuvo un carácter liberal para su época, con algunos adelantos como la abolición de la Inquisición, reconocimiento de la libertad de imprenta o la desamortización a la Iglesia. En ella, además, también participaron representantes de las colonias americanas, a las que se reconoció como provincias de un nuevo estado.
Dos puntos importantes de la constitución de 1812 eran la soberanía nacional y la separación de poderes, lo que daba lugar a una monarquía constitucional reconociendo a Fernando VII como rey de España. Este, sin embargo, tras el final de la guerra y en su vuelta en 1814, implantó de nuevo el absolutismo.
Su vigencia sería corta, en tres etapas que van de 1812 a 1814, en el Trienio Liberal de 1820 a 1823 y durante 1836 y 1837. Sin embargo, la influencia de ‘La Pepa’ marcaría la política nacional del siglo XIX, sobre todo de la primera mitad, así como la internacional, en diferentes territorios, entre ellos los americanos, que conseguían su independencia en las próximas décadas.
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