Si hay una imagen que se atribuye al feminismo y se distribuye en muchos lados con la llegada cada año del 8 de marzo es la de un cartel que dice ‘We can do it’ (podemos hacerlo, en inglés) que representa a una mujer con el pelo recogido en un pañuelo, haciendo el símbolo de fuerza con su brazo, un atributo que normalmente se referenciaba a los hombres.
El fondo amarillo y la camisa azul que la visten, así como la imagen en sí, son de sobra conocidas por distintas generaciones como un símbolo feminista y uno de los iconos asociados para celebrar el Día de la Mujer Trabajadora. Lo que pocos saben es que ese no fue su cometido real, y que la historia detrás no fue tampoco conocida por su propia protagonista.
De propaganda de guerra a icono feminista
El cartel que nos ocupa fue creado por J. Howard Miller en 1942 tras un encargo de la compañía Westinghouse Electric, perteneciente a la industria pesada, y que precisaba de más mano de obra femenina en plena Segunda Guerra Mundial y con la gran parte de los hombres luchando en el frente.
Las mujeres, mientras sus maridos e hijos luchaban en el frente, ocuparon los puestos de la industria pesada y armamentística para mantener la producción, y su papel cobraba importancia, por lo que se ideó el cartel propagandístico para que más se animaran a trabajar en un sector que hasta entonces les habría cerrado las puertas.
En principio, el cartel solo tenía fines propagandísticos, sin estar vinculado al movimiento feminista. No sería, de hecho, hasta la década de los 80 cuando se adaptó como una reivindicación de la mujer, y ha pasado a ser el icono que es hoy en día.
Las mujeres que trabajaron en la industria durante la guerra se les conoció como rosies precisamente en referencia a ‘Rosie, the Riveter’ (la remachadora), el nombre que recibió la protagonista de la famosa propaganda, cuya identidad, sin embargo, permaneció desconocida hasta 2015 tras una batalla de la modelo.
Naomi Parker Fraley, la mujer detrás del ‘We can do it’
Naomi Parker Fraley era la mujer en la que se inspiró J. Howard Miller cuando creo su cartel con el lema ‘We can do it’. Ella fue una de las ‘rosies’, concretamente trabajó en la industria armamentística en una base aeronaval de California, y su pose sacando el músculo que había adquirido con su trabajo fue el que le dio al artista la idea para su famosa obra.
A pesar de ser una cara que ha traspasado generaciones, la propia Naomi Parker Fraley no sabía que protagonizaba el cartel hasta que acudió a una exposición en 2009. Desde entonces, luchó para ser reconocida y sería en 2015 cuando gracias al profesor James J. Kimble, de la Universidad de Seton Hall, que reconoció su identidad gracias a haber visto una fotografía en un periódico tomada a ella en la que vestía similar y tenía las mismas facciones. Pocos años después fallecería a los 96 años.