La app que el PP promociona entre sus bases no respeta la ley de protección de datos y tiene la sede en Delaware
El PP promociona entre sus militantes y seguidores el uso de Freedom App, una aplicación para móviles que permite establecer una red social propia, pensada para que los cargos de un partido político puedan interactuar con sus simpatizantes en un entorno cerrado y controlado. Descargarla es gratis. Ahora bien, “si se desea hacer comentarios propios, subir vídeos, fotografías o ver la lista de miembros activos” el usuario debe pagar 2,99 dólares (3,19 euros, desde España) y ascender al nivel “premium”, como especifican sus Términos y Condiciones de Uso. Dinero que va directo al estado de Delaware, en EEUU, un oasis fiscal para empresas de todo el mundo, donde está radicada legalmente la empresa, como se indica en el mismo documento.
Freedom Social Technology Inc, la empresa matriz de Freedom App, también cuenta con oficinas en Miami (EEUU). Allí está afincado su fundador y CEO, Ricardo de la Blanca. Este empresario venezolano ladesarrolló dentro de un programa de la Universidad de Harvard en 2017. Desde entonces la ha extendido por numerosos partidos de la derecha latinoamericana.
Con esta app, cada uno de estos partidos puede crear una especie de club privado para sus seguidores. Para entrar es necesario una invitación proporcionada por algún miembro del PP o elevar una solicitud de entrada y esperar a que sea aceptada. Según ha podido comprobar eldiario.es, la autorización llega en cuestión de minutos.
Varios juristas consultados por este medio han expresado que la política de privacidad de la aplicación contiene “deficiencias graves” y que “no respeta para nada” la actual regulación española y europea en la materia. “Prácticamente todo lo que dice en el apartado de protección de datos es contrario a la ley. Es muy vago, casi nulo. Dice tres cosas y las tres las dice mal”, asevera Samuel Parra, jurista experto en protección de datos y consultor en ePrivacidad.
A pesar de que la última actualización de la app se hizo en diciembre de 2018, sus Términos y Condiciones citan como norma de referencia una ley española de Protección de Datos que quedó derogada un mes antes, en noviembre de 2018.
Los defectos no quedan ahí. El documento ni siquiera cita el Reglamento General de Protección de Datos europeo, que entró en vigor el 25 de mayo de 2018. Este cambió radicalmente las obligaciones de aplicaciones como Freedom App en el tratamiento de la información personal de sus usuarios, añadiendo un gran número de salvaguardas adicionales.
Al no tener en cuenta las nuevas protecciones que estableció esta legislación europea, las prácticas a las que la app adelanta que someterá los datos personales de los simpatizantes del PP no son legales. Por ejemplo, establece que compartirá información con otras empresas del grupo de Freedom Social Technology, sin especificar cuáles ni qué información. Dice que los partidos políticos recibirán parte de esos datos, sin dar más detalles. Se reserva el derecho a enviar comunicaciones comerciales. “Para cada una de esas cosas necesitas el consentimiento expreso, ahora ya no lo puedes esconder en tus políticas y obligar a los usuarios a aceptarlo en bloque”, explica Parra.
Jorge Morell, experto de la consultora Términos y Condiciones, recalca que al aceptar las condiciones de Freedom Technology, el usuario acepta que ésta haga “estudios e informes sobre sus usuarios”. Al contener información ideológica, ese tratamiento también obligaría a informar a cada miembro y recabar su aprobación individualizada. Además, alerta que la app avisa de que “los datos compartidos por los usuarios pueden acabar haciéndose públicos (pero no detalla nada)”.
“No me parece bien que un partido fomente el uso de una aplicación que a todas luces no cumple con la normativa de protección de datos y que no se sabe qué van a hacer con los datos personales que los ciudadanos vuelquen ahí instados por el partido. Hay mucha oscuridad ahí”, concluye por su parte Parra: “Si los partidos quieren usar este tipo de herramientas, que hagan su propia aplicación o que busquen una herramienta que al menos cumpla con la ley. Que un partido como el PP fomente este tipo de aplicaciones me parece muy temerario”.
Además del PP, uno de sus últimos fichajes de Freedom App es el ex acalde de Caracas, Antonio Ledesma. El propio Ricardo De la Blanca, CEO de la empresa, es activo en su crítica al chavismo y ha apoyado la intervención militar extranjera contra el Gobierno de Nicolás Maduro en la presente crisis.
Freedom App no es ajena a la polémica entre los múltiples partidos conservadores latinoamericanos que la utilizan. El pasado junio, el Partido Humanista de Chile anunció que emprendería acciones legales contra Sebastián Piñera, presidente del país, por haber aceptado la donación gratuita de la app, lo que el partido consideró una “grave irregularidad” en la fianciación de su campaña.
Este medio ha elevado una batería del preguntas al Partido Popular sobre la naturaleza de la relación comercial que ha establecido con Freedom App, a qué datos personales de los usuarios tiene acceso, o si conocía que la sociedad que sustenta la app está radicada en un paraíso fiscal. “El Partido Popular emplea, dentro de sus actividades políticas, muchas redes sociales y servicios digitales. El uso de la aplicación se enmarca en esa dinámica de exploración y prueba de las diferentes tecnologías y soluciones del mercado”, han contestado los de Pablo Casado.
“Difundir las propuestas y los mensajes del Partido Popular, buscar canales para estar más próximos a los afiliados y simpatizantes y aumentar la interacción con los ciudadanos son las actividades emprendidas por el PP en sus diferentes redes y canales de comunicación. El PP actúa como usuario en las redes y aplicaciones, siendo las diferentes compañías quienes fijan sus condiciones, tarifas y términos de uso”, concluyen las mismas fuentes, sin aclarar las cuestiones planteadas por este medio.
eldiario.es se ha puesto en contacto con Ricardo de la Blanca y Freedom Social Technology, que por el momento no han respondido a las preguntas planteadas.
¿Para qué sirve realmente la Freedom App?
La aplicación expone que su objetivo es permitir a sus usuarios “comunicarse con sus dirigentes, participar en debates, iniciativas y encuestas del partido y compartir opiniones” en la plataforma. “En general, permitir una relación online con el partido”, abunda.
Esa relación deja un rastro de datos ideológicos y sobre el perfil de cada simpatizante que acaba en manos de Freedom y que esta comparte con los partidos políticos. Una información resulta de gran interés para que estos puedan “segmentar” a sus bases, revela Ignacio M. Granados, politólogo, profesor universitario y miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Comunicación Política. El PP podrá asociar el perfil político de cada usuario con la información que solicita la app durante el registro, como la ciudad de residencia, profesión, o nivel de estudios.
Otra de las utilidades de una app como esta es dar argumentos a los militantes y simpatizantes para que luego puedan lanzarlos fuera del entorno controlado de la app, continúa Granados. “Es una red social de retroalimentación, de exaltación de las ideas comunes. Es una herramienta poderosa a nivel informativo, aunque no deja de ser lo que puedes encontrar en la página web del partido, pero en tu móvil. El siguiente paso es invitar al activismo digital, a movilizar a tu electorado”, resume.
La app reforzará a los simpatizantes del PP que la instalen con un cámara de eco favorable al partido en plena batalla política por la preponderancia en la derecha. Es el primer partido que lanza una iniciativa así este 2019, aunque ya cuenta con cierta experiencia: en 2011 Mariano Rajoy lanzó una aplicación, de la que se olvidó tan pronto como dejó atrás las elecciones.