La principal feria tecnológica de EEUU retira un premio de robótica a un juguete sexual “por inmoral”
La sexualidad femenina sigue siendo un problema hasta para los sectores que trabajan de la mano de la innovación y el desarrollo, como el tecnológico. La feria de electrónica más conocida de EEUU ha decidido retirarle un premio de innovación en robótica a un juguete sexual para mujeres. El vibrador (que en realidad no vibra) fue seleccionado pero luego fue descalificado por “inmoral”, según recogen varios medios especializados en tecnología como The Verge, Motherboard o The Next Web.
El masajeador Osé ganó el premio honorífico en la categoría de Robótica y Drones que cada año concede el Consumer Electronic Show (CES), basado en la innovación y la funcionalidad de los productos participantes. Entre sus particularidades se encuentra el hecho de que es un dispositivo remoto, es decir, que no requiere un control manual para manejarlo y que simula la textura de distintas partes del cuerpo, como los dedos, los labios y la lengua.
Unas semanas después, llegó la negativa de la convención con una serie de condiciones que no habían sido una traba en las primeras fases de clasificación, como el de que sea un artículo “para adultos” y por ello no sea “apto”, según declaró una portavoz de la CTA al medio BuzzFeed. “No encaja en ninguna categoría existente y, por tanto, no debería haber sido seleccionado”, añadió
Es una consideración que ya han denunciado las ingenieras de Lora DiCarlo, que han publicado en su página web otro de los argumentos con los que la CES y la organizadora de la convención, la Asociación de Consumo de Tecnología (CTA, por sus siglas en inglés) han justificado la retirada del galardón: “Las propuestas consideradas a la mera discreción de la CTA como inmorales, obscenas, indecentes, profanas o que no vayan acorde con la imagen de la CTA serán descalificadas”, dice la fundadora de la empresa, Lora Haddock, que les contestaron.
Haddock no entiende como su producto pudo pasar siquiera la primera ronda de clasificación si no estaba dentro de las exigencias de la distinción. “Un panel de jueces expertos independientes [al CES] nos dio la máxima puntuación valorando todos los criterios”, escribe la directiva, en lo que acusa a la asociación de tecnológica de jugar con un “doble rasero”.
“La CTA se reserva el derecho, a su mera discreción, de descalificar en cualquier momento aquella propuesta que, en opinión de la CTA, ponga en peligro la seguridad o el bienestar de cualquier individual o que no cumpla con las reglas oficiales”, expone la organizadora. Una serie de declaraciones sin más fundamento que la propia consideración de la organizadora de lo que puede afectar a la moralidad del concurso o lo que no.
La negativa de la CES a otorgar el premio al Osé ha sido el incentivo para que la compañía de Haddock haya aprovechado para darle a su invento la visibilización que debería haber obtenido en la feria de Las Vegas. A finales del año pasado, plasmaron en una página web el problema que han experimentado con la CTA y también se han lanzado a las redes sociales, donde han recibido un gran apoyo por parte de periodistas y activistas.
Temática sexual sí, pero como ellos digan
Son numerosas las voces las que critican ya que todo el escenario del CES es sexista. Algunas publicaciones del sector denunciaron en los días previos a la celebración de la conferencia que esta no contase con oradoras mujeres en el evento principal y en relación con el premio, que no es el primer juguete sexual que se expone.
“Claramente, la CTA no tiene problema en permitir la exhibición explícita de la sexualidad y el placer masculino. Otros juguetes sexuales han sido expuestos en la CES e incluso han ganado premios, pero parece que Osé, un producto creado para empoderar a las mujeres por las propias mujeres, es amenazante y diferente”, denuncia Haddock en su escrito.
Otra de las excusas que la CTA les transmitió a las ingenieras de Lora DiCarlo es que el vibrador no encajaba en la categoría adecuada para ser galardonado. La organización de este evento no ha tenido ningún problema en dedicarle espacios a proyectos como “Naughty America” (la América picante) con el lema: “El futuro del entretenimiento adulto ya ha llegado”, ni para presentar androides y robots virtuales femeninos con los que interactuar de forma sexual.
Y entre los dispositivos nominados al premio que debería haber recibido Lora DiCarlo, se presentaron también dos aspiradoras, una tabla de skateboard robótica, cuatro juguetes infantiles y una asistente de compras. “Están todos los intereses de las mujeres representados, ¿a qué sí?”, ironiza Haddock.
“Todo lo que hacemos en Lora DiCarlo está basado en la inclusión y la positividad del sexo. No escondemos lo que hacemos y creemos firmemente que las mujeres, las personas no binarias o no conformistas con su género y el colectivo LGTBIQ deberían reclamar su espacio en el placer la tecnología, dos parámetros que siguen dominados por ejecutivos masculinos”, asevera Haddock.