Bienvenidos al mundo del Índice del Rendimiento Judicial, el algoritmo que clasifica en un ranking a los “mejores” abogados de España y que intenta no hacer sangre, por ahora, con los “peores”. La web Emérita Legal introduce técnicas de análisis de Big Data para que cualquier persona pueda consultar los datos que definen las carrera profesional o la especialización de cualquier abogado o procurador, incluida una estadística de casos ganados y perdidos que conduce a una “tasa de éxito”.
Acaban de recibir el I Premio Startups Abogacía que concede el Consejo General de la Abogacía Española y solo llevan tres años en el negocio de la “analítica de datos judiciales con Inteligencia Artificial”, como explica Antonio J. Padín, CEO y fundador de Emérita Legal. Padín y su equipo han construido una máquina que lee, clasifica y valora el trabajo de más de 110.000 abogados en nuestro país. Sin embargo, en la web este número se reduce hasta los 25.000 abogados, ya que solo están clasificados “los que tienen buenos resultados”, según el fundador. El resto, aunque también aparecen en el ranking, está anonimizados.
Los que están anonimizados son los que no tienen tan buenos resultados. De ocultarlos se encarga la Inteligencia Artificial, que en palabras de Padín cumple dos funciones: “Por un lado se utiliza para la parte de procesamiento de textos, de lectura y compresión. Por otro, el machine learning [aprendizaje automático] lo usamos para tareas de clasificación y predicción”. En caso de que un abogado quiera revertir este anonimato, tiene que entrar en su perfil en la web de Emérita Legal y acceder con su certificado ACA (Autoridad de Certificación de la Abogacía).
“Hay unos abogados a los que afectamos de manera positiva en su reputación, de los que publicamos los datos, y hay otros abogados a los que anonimizamos o disociamos de esa información”, continúa Padín. Al entrar y registrarse, los profesionales de la Justicia pueden “decidir si les interesa el perfil, si les interesa mostrarlo o mantenerlo oculto”, dice el empresario, que añade: “Cualquier abogado que no desee participar puede ocultar su perfil o incluso pedir la baja”.
“No por ganar tienes éxito”
Para recabar las sentencias, al menos al principio, Emérita Legal construyó una “araña” que rastreaba los motores de búsqueda hambrienta de resoluciones, la mayoría de segunda instancia. Pero eso ahora ha cambiado. Padín explica que tienen “un sistema que permite que abogados y procuradores puedan enviar resoluciones judiciales cumpliendo con la normativa de protección de datos”.
Jorge Morell, abogado en Términos y Condiciones y consultor en Legaltechies, compara la web con los buscadores de hoteles y restaurantes: “La particularidad es que en lugar de basar esa puntuación en opiniones de clientes, se hace teniendo en cuenta la actuación en tribunales del profesional, midiendo sus 'victorias y derrotas'”, explica.
“La herramienta no funciona exactamente así”, se defiende Padín, que rechaza la afirmación de que Emérita Legal solo tenga en cuenta si un profesional gana o pierde los juicios. “No por ganar tienes éxito y no por perder has fracasado”, continúa. El algoritmo utiliza hasta seis variables para calcular el IRJ (Índice de Rendimiento Judicial), el número que determina la valoración de un abogado en la plataforma.
Entre esas variables están los resultados (una ponderación entre la tasa de éxito del abogado y el promedio de éxito de sus compañeros en su especialidad y en casos similares), la experiencia, la progresión (si mejora o no), la actualización (si va al día con la legislación) y la especialización. Hay una última variable, la relevancia del caso, que según Padín “tiene menos peso”.
Un algoritmo te puntúa: ¿Eres bueno o no?
Emérita Legal ofrece el IRJ de cada abogado tras calcular los seis criterios arriba mencionados. Algo que, desde la perspectiva de Morell “podría dificultar la visibilidad de nuevos profesionales, ya que el tiempo que les llevaría generar su perfil y puntuación podría ser excesivo”. Añade que puntuar a los profesionales de la Justicia “no es nada fácil porque esto no es una cuestión de blanco o negro”.
El de Legaltechies también se pregunta si, por ejemplo, un acuerdo entre las partes sería considerado como positivo o negativo por la herramienta. Otro problema derivado del uso de Emérita Legal según el abogado es que la gente se fije solo en el IRJ sin atender a nada más: “El consumidor puede simplemente quedarse con la puntuación más alta, sin tener en cuenta otros elementos que pudieran ser igual o más importantes, como la capacidad de negociación, el trato o el coste, por ejemplo”.
El creador de la herramienta, que recalca que “un abogado tiene que balancearse entre los cinco indicadores principales para tener buena nota”, asegura que su algoritmo es justo. A pesar de que Morell no cree que sea la panacea definitiva, sí concede que “el sistema ofrece un nivel de transparencia extremo sobre la labor de un abogado o firma”.