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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

De aliados a rivales: las grandes tecnológicas comen terreno a los bancos

A partir de la próxima primavera, los nuevos iPhone se podrán utilizar como terminales TPV, también conocidos como datáfonos. Apple habilitará la posibilidad para que los comercios reciban pagos a través de sus teléfonos, de manera que se pueda completar una transacción acercando la tarjeta de crédito o el móvil del comprador. De momento esta herramienta estará disponible en EEUU y para los negocios clientes de Stripe, incluyendo los que usen la app de Shopify, pero Apple ha anunciado que irá extendiéndola en los siguientes meses.

El servicio se denomina Tap to Pay (Toca para Pagar, en castellano). “Cada vez más consumidores están utilizando el pago sin contacto con carteras digitales y tarjetas de crédito”, recuerda Jennifer Bailey, vicepresidente de Apple Pay. “Estamos haciendo que sea más fácil que nunca para los negocios de todos los tamaños —desde autónomos hasta grandes superficies— aceptar sin problemas este tipo de pagos y seguir haciendo crecer su negocio”, indica.

Evolucionar la tecnología de pago con el móvil para que también permita recibirlos no solo es el paso natural para los fabricantes de dispositivos. También es un empujón más en la estrategia a largo plazo con la que las grandes tecnológicas están comiendo terreno a los bancos. Después de ser aliados durante años con acuerdos que han permitido a las entidades digitalizarse y utilizar la computación en la nube de las tecnológicas, ambos sectores se miran ahora como rivales.

El proceso es mucho más radical en China, donde los Alibaba, Tencent o Baidu han ocupado rápidamente casi todos los espacios del sistema bancario tradicional. La tendencia no ha gustado nada al Gobierno chino, que ha llegado a intervenir a Ant Group, una compañía que gestiona el sistema de pago online más importante del país y ofrece microcréditos, seguros y miles de productos de inversión, después de que su fundador criticara a los bancos por ser “demasiado dependientes de las autoridades centrales”. Apple, Google o Amazon avanzan de manera más conservadora, desarrollando cada vez más servicios financieros pero sin renunciar a su relación con los bancos.

Los reguladores occidentales no ven la irrupción de las grandes tecnológicas en las finanzas como una amenaza. Al contrario, instituciones como el Banco de España apuntan que “las bigtech pueden contribuir a ampliar la oferta disponible, reducir los costes de búsqueda y corregir asimetrías de información”. “Como competidores directos de la banca, pueden apoyarse en la tecnología para aumentar la eficiencia con la que se prestan los servicios, presionando a la baja el coste de la intermediación financiera e incentivando la innovación”, destaca en un reciente informe centrado en este proceso.

El regulador bancario español dice que las grandes tecnológicas son “un revulsivo mayor para el sistema financiero” que las empresas fintech. Las firmas que ofrecen servicios financieros basándose en nuevas tecnologías habían sido el último invitado al sector bancario. Hace apenas dos semanas desembarcó en España la fintech del fundador de Twitter, Square, cuyo negocio es vender un 'todo en uno' (pago físico y digital, página web, comercio electrónico, gestión del stock, facturación electrónica, análisis de datos, etc.).

Las grandes tecnológicas pueden ser beneficiosas para la inclusión financiera

Cuando aún no está claro el impacto que las fintech tendrán en su negocio, los bancos deberán enfrentarse a un nuevo y mucho mayor competidor, al que además le será más fácil captar a clientes jóvenes. “Por una parte, ofrecen soluciones para efectuar pagos y mejorar la capacidad de ahorro sin depender de una cuenta corriente. Por otra, facilitan financiación a usuarios que carecen de historial crediticio”, destaca el Banco de España. “Las grandes tecnológicas pueden ser beneficiosas para la inclusión financiera”, apunta.

Pero la institución también señala riesgos. Uno de ellos es que estas multinacionales cierren su tecnología a los bancos cuando les interese, y cita específicamente lo que está ocurriendo con la que facilita los pagos sin contacto (llamada NTF): “Las bigtech controlan las condiciones técnicas y/o comerciales bajo las que los proveedores pueden emplear sus infraestructuras. Las restricciones de algunos fabricantes para acceder a las antenas NFC de los móviles son buena muestra de ello e impiden a los bancos complementar la cartera de productos disponible”.

Los grandes bancos, críticos con la falta de regulación

El Banco de España advierte que el peso de las grandes tecnológicas en el sistema bancario occidental es todavía “moderado”. Ana Botín también lo reconoce, pero no por ello ha dejado de criticar que estas multinacionales no tengan una regulación específica para sus servicios financieros. “Las grandes empresas de tecnología se están convirtiendo en plataformas de préstamos sin tener que cumplir con la mayoría de las regulaciones bancarias”, ha manifestado en más de una ocasión la presidenta del Santander.

Los grandes bancos y fondos de inversión no comparten el optimismo de los reguladores sobre “el revulsivo” que pueden suponer las bigtech para su sector y llaman a “nivelar el campo de juego” (desregulando su actividad). “A nosotros un paso nuevo nos lleva varios meses más que a los que llegan nuevos porque estamos sujetos a la regulación bancaria”, se quejó en un acto junto a Botín el CEO de Blackrock, Larry Fink, el mayor inversionista del mundo. “Necesitamos una única regulación, más justa, tanto para los que estamos como para los nuevos”, dijo.

Necesitamos una única regulación, más justa, tanto para los que estamos como para los nuevos

Este tipo de reclamaciones son muy similares a las que hacen abiertamente las teleoperadoras, que también asisten con inquietud al avance de las grandes tecnológicas. Recientemente las cuatro mayores empresas de telecomunicaciones del continente enviaron una carta de queja a la Comisión Europea por una nueva herramienta de privacidad de Apple que les impide acceder a datos personales de los usuarios. “Consolida el dominio de unas pocas plataformas”, denuncian.

Los datos, habitualmente denominados el petróleo del siglo XXI, están en el centro de la batalla entre las bigtech, los bancos y las teleoperadoras. La posición de las multinacionales de tecnología como gestores de la infraestructura digital les da la capacidad de controlar los flujos de información que llegan a las demás, tanto otras tecnológicas (como sufre Facebook) como a bancos u operadoras. En este sentido, Apple asegura que los datos que se generen en su nuevo servicio Tap to Pay estarán encriptados y ni tan siquiera la propia Apple sabrá qué se está comprando o quién lo está comprando.