“Poco después de las explosiones las redes sociales fueron bloqueadas, nadie podía contactar con amigos o familiares, no podían acceder a últimas noticias... Vimos el impacto traumático que tiene la censura de internet en los momentos siguientes a un atentado”, explica Alp Toker, coordinador Turkey Blocks a eldiario.es.
Toker recuerda cómo el ataque terrorista en Ankara durante una marcha por la paz en 2015 -el más cruento de los atentados hasta hoy en Turquía- y el caos posterior en el lugar, donde él mismo estaba presente, fueron los revulsivos para convertir lo que comenzó siendo un proyecto de periodismo de investigación en una herramienta de mapeo en tiempo real de la censura en Internet.
El proyecto nace hace un par de años, cuando empiezan a ser más notorias las restricciones en el país, como un perfil de Twitter en el que sus administradores iban publicando principalmente incidentes de bloqueos de contenido en redes sociales tuit a tuit. Ahora han sumado otro foco de monitorización en tiempo real a la plataforma: los apagones completos de red a nivel regional o nacional, ya que no solo es censura restringir el acceso a una web o vetar un contenido online determinado.
Confundidos o encubiertos habitualmente como caídas de red por fallos técnicos “los apagones de Internet son definitivamente una forma de censura, de censura masiva”, alerta Toker, introduciendo un concepto sobre el que vienen investigando en Turkey Blocks desde que comenzaron a registrar cada vez más 'cortes de conexión'.
“Lo único que es distinto es la escala de sus magnitudes, por eso es muy peligroso tratarlo como un simple fallo técnico o una medida de seguridad, porque el resultado es la supresión de la libertad de expresión de periodistas, políticos y de cualquier individuo de la sociedad”, explica el joven investigador turco que se encuentra en España donde ha presentado su proyecto en el Internet Freedom Festival celebrado la pasada semana en Valencia.
En su opinión, las intervenciones sobre las redes no solo son un problema de derechos humanos, sino “de seguridad nacional” si se tiene en cuenta que es una estrategia que también puede ser utilizada por terceras partes para obtener intereses concretos. Recuerda así, “como durante el intento de golpe de Estado el apagón inicial mantuvo a mucha gente en sus casas evitando que se rebelaran, y solo tras el restablecimiento de Internet fue cuando la gente se echó a la calle”.
Sus metodologías de análisis combinan prácticas forenses para la validación de los apagones e interferencias en Internet que reportan en su web, herramientas digitales forenses de análisis de tráfico de red a través de su network de comprobación Raspbery Pi IoT o un sistema de escáneres remotos. También técnicas usan tradicionales de fact-checking propias del periodismo.
La escalabilidad de la mayoría de sus sistemas les han llevado a preparar la ampliación del proyecto convirtiéndolo en 'Net Blocks', un mapa que aspira a ser capaz de monitorizar en tiempo real la censura mundial y del que están en proceso de liberar el código de su recién desarrollado software.
El observatorio de la censura de Tor
Con esta idea de compartir en abierto metodologías para detectar la censura en Internet, nacía en 2012 el Open Observatory of Network Interference (OONI), proyecto impulsado por la comunidad Tor.
Este software de código abierto realiza test de conexión a Internet en términos, no de velocidad como es habitual, sino de libertad, y cuyos resultados, obtenidos de las contribuciones de los propios usuarios de la aplicación, son implementadas en una mapa interactivo que registra las páginas web, aplicaciones de mensajería y accesos a Tor censurados en muchos países del mundo.
Hace menos de un mes que está disponible 'ooniprobe', la versión app del sistema, y ya tiene más de 50 millones de descargas. Frente a la versión de escritorio, se agiliza la instalación y se abren nuevas posibilidades de participación a través del móvil, si bien por el momento solo incluye tres de las múltiples aplicaciones de OONI: un test de conectividad web, uno de rastreo de 'middleboxes' (o 'cajas intermedias', es decir, componentes de la red que los proveedores de servicios de Internet (PSI) utilizan para transportar los paquetes de datos desde un extremo a otro) que pueden provocar alteraciones o bloqueos del tráfico, y un tercer test de velocidad y comportamiento de red.
Por defecto, los resultados obtenidos de los análisis que cada usuario realiza a través de la app o el programa instalado en su ordenador se agregan al OONI Explorer, la base de datos del proyecto que permite buscar y acceder a la información recopilada filtrando resultados por países, tipo de test realizado, fechas y palabras clave, y al mapa interactivo. Por eso, también desde OONI avisan de que si bien es una herramienta para el control de censura, no es una herramienta de navegación privada y el acceso a través de los test a determinadas web queda reflejado.
“Es un proyecto basado en la esencia del open source, cuanto más se mejora la plataforma, más gente la utiliza y más resultados obtenemos. Por eso, creo que en estos dos últimos años hemos recopilado más datos que en todos los años anteriores”, apunta Vasilis Ververis, investigador y desarrollador técnico de OONI.
Desde el observatorio de Tor destacan que en estos cuatro últimos años de proyecto (2012-2016) han conseguido recopilar casi once millones de análisis de conexiones a red en más de 96 países del mundo. Entre estos países, los del continente asiático y africano son los que muestran mayores alertas por censura, y de entre ellos Irán con el mayor número de webs bloqueadas (362), según los test de HTTPS realizados por los contribuyentes.
Europa también censura
Tampoco los países europeos se quedan atrás en cuanto a interceptación de contenido online, para Ververis “hay más censura hoy en día, especialmente en el caso de la Unión Europea, que está experimentando un viraje hacia el bloqueo o censura de contenido online, especialmente con las leyes comunitarias aprobadas sobre apuestas online, la protección de derechos de autor –poco clara y que afecta sobre todo de forma borrosa a sitios P2P para compartir archivos- o leyes aprobadas durante situaciones de 'estado de emergencia' por razones de seguridad. Y lo peor es que la gente acepta este tipo de censura porque lo dice una ley”, explica.
El repositorio de sitios web analizados en OONI es fruto de la colaboración con Citizen Lab, centro de investigación de la Universidad de Toronto especializado en tecnología y derechos humanos, y adicionalmente el código de la herramienta está accesible en GitHub para que pueda ser refinado o adaptado a otros proyectos más particulares de rastreo de censura online.
Eludir la cibercensura
El pasado 12 de marzo con motivo del 'Día Internacional contra la Cibercensura' Reporteros Sin Fronteras lanzaba su campaña anual contra los “Enemigos de Internet” con una operación denominada 'Libertad Colateral' con la que anunciaban el desbloqueo de sitios censurados a través de la conocida como 'técnica del espejo' o mirroring.
Para ello, se utiliza los servicios de alojamiento de empresas como Fastly, Amazon, Microsoft y Google para crear duplicados o espejos de los sitios censurados, explicaba la ONG de periodistas en su comunicado.
Por otro lado, una extensión para el navegador Chrome creada en 2016 facilita el acceso a las web replicadas dentro de esta iniciativa 'Collateral Freedom', nombre de la campaña a nivel internacional. Una vez instalada, cuando alguien intenta acceder a uno de los sitios web originales desde un país donde está bloqueado, aparece el icono del “Detector de censura de RSF”, al hacer clic en este icono, se redirige automáticamente al usuario al sitio espejo.
En lo que respecta a herramientas gratuitas y de código abierto para sortear páginas web bloqueadas, una de las más conocidas en la comunidad web es Psiphon, compañía que precisamente nació como spin-off de un proyecto engendrado en los laboratorios de Citizen Lab.
El sistema, que está disponible en más de 20 idiomas, utiliza tecnología SSH, VPN y proxy HTTP permitiendo navegar por páginas que hayan sido censuradas y cifrando todos los datos que circulan a través del mismo. Sin embargo, no garantiza el anonimato de los usuarios por lo que suele recomendarse su uso junto a la red Tor.
Estas y otras herramientas de privacidad y protección online son ampliamente utilizadas por activistas, políticos, periodistas y ciudadanos de países sometidos a sistemas que reprimen la libertad de expresión, y por tanto, se han convertido también en objeto de bloqueo. Es el caso de Irán, donde una de sus tiendas de apps más populares, Cafe Bazaar, no tiene permitido distribuir ningún tipo de herramienta consideradas de 'evasión'.
Suele ocurrir que la necesidad agudiza el ingenio, y la represión las fórmulas de rebelión. Con esta actitud de “siempre hay un camino” que abandera el colectivo pro derechos digitales iraní ASL19 se presentaba el pasado verano Paskoocheh, una aplicación de código abierto (disponible para web y Android, y de momento sólo en farsi) que ofrece a los usuarios herramientas de privacidad, anonimato y evasión de censura como Psiphon, Orbot, Bitmask o diversas posibilidades de VPN.
En poco más de seis meses ya alcanzaron 850.000 solicitudes de descarga, aseguran desde la organización, que anticipándose al posible bloqueo de Paskoocheh por parte del severo gobierno iraní cuenta con un sistema alternativo 'resistente a censuras' y que pone a disposición de los usuarios la posibilidad de solicitar la descarga vía correo electrónico o Telegram, la aplicación de mensajería más popular de país.
Una guía de herramientas para sortear la cibercensura personalizable al nivel de amenaza que sienta el usuario puede encontrarse en el capítulo dedicado a esta cuestión en el manual de la Electronic Frontier Foundation “Survaillance Self –Defence”, disponible en español, o en la guía open source “Bypassing Censorship” disponible en FLOSS Manuals –repositorio de manuales libres sobre software libre.