En el Pirineo aragonés hace 38 millones de años había arrecifes de coral que albergaban gran cantidad de invertebrados, una fauna que han sido reconstruida en un estudio, que describe tres nuevas especies de cangrejos y más de un centenar de restos fosilizados.
El estudio firmado por miembros de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) es “pionero en su campo” pues nunca antes se había reconstruido qué especies vivían en cada parte de estos arrecifes durante el Eoceno.
Las tres especies de cangrejos nuevas para la ciencia han sido llamadas “Gemmellarocarcinus riglosensis”, “Lobogalenopsis joei” y “Daira corallina”, ejemplares que se expondrán en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.
“El hallazgo de este tipo de fósiles en el Pirineo aragonés ayuda a entender la evolución de los cangrejos en un momento crítico de su historia evolutiva, en el cual aparecen las principales familias que dominan hoy los mares”, explica el firmante del estudio, Fernando Ari Ferratges, en un comunicado.
Hace 38 millones de años, Huesca estaba cubierta por un mar poco profundo donde proliferaron los arrecifes de coral y otros ecosistemas que sustentaban una gran diversidad de animales marinos, algo similar a lo que ocurre en los arrecifes modernos.
El estudio de los invertebrados marinos fósiles da información de cómo han evolucionado estos ecosistemas hasta alcanzar su diversidad actual“, explica uno de los autores del trabajo Samuel Zamora, del IGME.
Los arrecifes de coral se cuentan entre los ecosistemas más diversos en los mares actuales, pero además son ambientes muy sensibles a los cambios climáticos, por lo que “su estudio a lo largo del tiempo puede ayudar a predecir los efectos producidos por el calentamiento global que experimentamos actualmente”, agrega.
Este estudio se enmarca en una investigación más amplia para conocer mejor los arrecifes fósiles del Pirineo y la fauna marina que albergaba durante el Eoceno.
En la zona estudiada, los afloramientos del Eoceno presentan una “excepcional diversidad” que propicia estudios muy detallados para determinar qué especies vivían en cada parte del arrecife“, según otro de os firmantes del estudio, Marcos Aurell de la Universidad de Zaragoza.