La plataforma de negociación de criptomonedas Coinbase ha bloqueado alrededor de 25.000 direcciones de billeteras virtuales de usuarios rusos sospechosos de desarrollar actividades ilícitas, alrededor del 0,2% de los 11,4 millones de usuarios que realizan transacciones mensualmente, según ha informado el responsable del área legal de la firma, Paul Grewal. “Están relacionadas con personas o entidades rusas que creemos que están involucradas en actividades ilícitas, muchas de las cuales hemos identificado a través de nuestras propias investigaciones proactivas”, ha indicado.
Grewal ha añadido que “una vez identificadas estas direcciones, son compartidas con el Gobierno para apoyar aún más la aplicación de sanciones”. No obstante, precisa que esta cantidad de bloqueos no se corresponde específicamente con la invasión de Ucrania, ya que la mayoría de estas direcciones fueron indentificadas antes del ataque ruso. No se ha detectado un aumento en la actividad de evasión de sanciones en el contexto posterior a la invasión, ha revelado.
En este sentido, Coinbase señala que, en las últimas semanas, los gobiernos de todo el mundo han impuesto una serie de sanciones a individuos y territorios en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. “Coinbase apoya plenamente estos esfuerzos de las autoridades gubernamentales. Las sanciones son intervenciones serias, y los gobiernos están en mejores condiciones para decidir cuándo, dónde y cómo aplicarlas”, ha añadido el representante legal.
A este respecto, explica que el programa de cumplimiento implementado por la plataforma se implementa en tres pasos, bloqueado el acceso a los actores sancionados, detectando intentos de evasión y anticipándose a las amenazas. Grewal ha defendido que los activos digitales ofrecen ventajas para la aplicación de sanciones respecto de la moneda fiduciaria ordinaria, ya que las transacciones de activos digitales son rastreables, permanentes y públicas.
Además de estas ventajas técnicas, ha señalado que la adopción de activos digitales aún es incipiente, lo que hace que su uso para la evasión de sanciones a gran escala, sea poco probable. “El Gobierno ruso y otros actores sancionados necesitarían cantidades prácticamente inalcanzables de activos digitales para contrarrestar de manera significativa las sanciones actuales”, ha defendido Grewal, para quien esto no significa que no puedan intentarlo, pero eludir las restricciones a esta escala requeriría compras masivas que serían prohibitivamente caras y detectables.
Rusia ha sido tradicionalmente un territorio permisivo con el cibercrimen. “Muchísimos grupos de cibercriminales han tenido el beneplácito para operar desde Rusia, que siempre ha hecho la vista gorda”, explica a elDiario.es José Lancharro, uno de los responsables de la firma española de ciberseguridad Tarlogic. “Operan a sus anchas desde Rusia gracias a una especie de pacto de no agresión. Los malware que utilizan están programados para detectar si la máquina comprometida utiliza un lenguaje de la antigua Unión Soviética y, si es así, no la atacan”, detalló en un reciente reportaje. Algunos de estos grupos han anunciado que “contraatacarán” si se hackean las infraestructuras rusas.