A lo largo de la historia ha habido ciertas tecnologías críticas a través de las cuales se puede explicar la evolución de la humanidad. En 2016 el historiador Chris Miller empezó a escribir un libro que defendía que desde hace décadas esa tecnología son los chips. Defiende que no solo son la raíz de la tensión actual entre EEUU y China, sino también la clave del final de la Guerra Fría. Terminó el texto en 2020, cuando la cadena de suministro mundial de semiconductores acaba de reventar y el mundo se había tenido que enterar por las malas de por qué los chips son tan importantes y por qué el mundo depende de una empresa desconocida radicada en una pequeña isla del sureste asiático.
La guerra de los chips. La gran lucha por el dominio mundial (Editorial Península) ha llegado esta semana a las librerías en castellano tras ser considerado el libro de negocios del año por el Financial Times, el mejor libro del año por The Economist y Best Seller por el New York Times. Miller, profesor de Historia Internacional en la Universidad de Tufts (Boston, EEUU), atiende a elDiario.es en una entrevista en la que explica el contexto geopolítico actual poniendo en el centro los chips, la unidad básica sobre la que se construye la sociedad digital.
Una de las principales tesis de su libro es que hablamos muy poco de chips para lo importantes que son. ¿Podría explicar por qué?
Hay montones y montones de semiconductores. No solo en el smartphone o en el ordenador hay montones de chips, sino también en el coche, en el frigorífico, en cualquier tipo de aparato fabricado. Así que una persona normal interactúa con miles y miles de chips cada día, aunque en realidad no veamos ninguno de ellos porque están enterrados en el interior de los dispositivos electrónicos. Así que los ignoramos aunque dependamos de ellos.
Mi sensación es que mucha gente los conoce pero no tanta entiende bien por qué es un componente tan importante en la vida digital, ¿está de acuerdo? ¿Puede explicar qué son y por qué dependemos tanto de ellos?
Sí. Un chip es un pequeño trozo de silicio, en la mayoría de los casos, en el que se han tallados miles de millones de diminutos transistores, que son interruptores microscópicos que encienden y apagan los circuitos. Toda la potencia de cálculo, toda la memoria, todo el almacenamiento de datos, todo requiere semiconductores para producir los unos y los ceros que hacen posible el almacenamiento de datos y cualquier tipo de software. Por eso, a medida que aplicamos la informática a más y más tipos de dispositivos, dependemos cada vez más de un mayor número de chips.
A medida que aplicamos la informática a más dispositivos, dependemos cada vez más de un mayor número de chips
¿Cómo es posible que sean tan pequeños? La industria que los fabrica es muy desconocida pero, ¿podría ser la más avanzada del mundo?
Pues yo creo que sí. Y las métricas lo demuestran. Una nueva instalación para la fabricación de semiconductores de vanguardia puede costar 20.000 millones de dólares, las fábricas más caras de toda la historia de la humanidad. Además, la cadena de suministro que hace posible la producción de un chip de vanguardia es una de las más complejas que existen: se extiende desde Europa hasta Asia, pasando por Norteamérica. No hay una sola empresa, ni siquiera un solo país que pueda producir chips de vanguardia por sí solo. Todos dependen de esta compleja cadena de suministro internacional.
Pese a ello hay una empresa, TSMC, y una isla, Taiwán, que son claves en toda la cadena de suministro. ¿Cómo ha terminado el mundo digital dependiendo de dos actores tan pequeños?
Bueno, debido a que el proceso de fabricación de chips es tan complejo, hay muchas empresas diferentes que participan en la fabricación de un solo chip avanzado. Así que TSMC es, en cierto modo, una de las muchas empresas necesarias para la fabricación de chips. Pero se ha convertido en una empresa insustituible cuando se trata de fabricar chips avanzados porque tiene unas capacidades únicas de fabricación que han desarrollado durante los últimos 35 años. Se fundaron en 1987 y se han convertido en imprescindibles porque tienen más capacidad de fabricación de chips que cualquier otra empresa en el mundo. Han utilizado esto para aprovechar las economías de escala en la industria de chips, verter enormes sumas de dinero en su proceso de investigación y desarrollo, y convertirse en el fabricante de chips más avanzado del mundo. Es así como, hoy en día, no hay una sola persona que vaya a leer esta entrevista que no dependa no solo de uno, sino de docenas y probablemente cientos de chips fabricados por TSMC.
No hay una sola persona que vaya a leer esta entrevista que no dependa no sólo de uno, sino de docenas y probablemente cientos de chips fabricados por TSMC
¿Cree que fue un error por parte de Estados Unidos y Europa llegar a una situación de dependencia tan extrema de un pequeño país del sureste asiático?
No, no creo que eso fuera un error. Creo que TSMC ha sido una empresa extraordinaria. Ha impulsado muchos de los avances tecnológicos que han hecho posible el progreso económico, ya sea en smartphones o dispositivos médicos o centros de datos. Gran parte de ello ha sido posible gracias a una coalición de empresas, pero que tiene a TSMC muy cerca del centro.
Creo que el error ha sido que, durante la mayor parte de los últimos 70 años, Taiwán ha estado a salvo de la agresión china gracias a que Estados Unidos era capaz de derrotar a China en una hipotética guerra. China lo sabía y por eso no atacó a Taiwán, como deseó hacerlo durante la última década. Sin embargo, ¿qué ha cambiado? El principal hecho que ha cambiado es que hoy en día, si hubiera un conflicto, nadie sabe cuál sería el resultado. Esa incertidumbre ha generado preocupación. Preocupación justificada de que China pueda pensar que tiene una ventana militar, una ventana para usar la fuerza contra Taiwán. Creo que el principal factor de incertidumbre en el estrecho de Taiwán y sus alrededores es realmente el crecimiento del poder militar chino, unido al hecho de que el resto del mundo ha hecho muy poco para abordarlo.
¿Qué pasaría si China decide invadir Taiwán y cortar el suministro internacional de chips?
Sería catastrófico. Nos enfrentaríamos a interrupciones no solo en la producción de teléfonos inteligentes y ordenadores personales (ya que sería difícil producir un teléfono inteligente en cualquier parte del mundo después de eso), sino también todos los demás tipos de productos manufacturados: automóviles, lavavajillas, cafeteras, cualquier cosa con un interruptor de encendido y apagado se enfrentaría al riesgo de interrupción porque Taiwán produce hoy el 90% de los semiconductores más avanzados del mundo y una gran parte de los semiconductores menos avanzados. Así, todos los sectores de la economía mundial dependen en mayor o menor medida de TSMC.
¿Quién sufriría el mayor impacto? ¿China o los países occidentales?
Todos; esa es la realidad. Todo el mundo sufriría. China no podría encontrar la manera de excluirse del sufrimiento. Así que la visión optimista es que como todo el mundo sufrirá, China no tratará de escalar militarmente. Espero que sea cierto, pero me preocupa que no lo sea, porque el año pasado vimos otro ejemplo de un líder autocrático que tomó una decisión que económicamente no beneficiaba a su país a largo plazo. A largo plazo, no va a favorecer el crecimiento del PIB ruso. Pero, sin embargo, Putin atacó a Ucrania a pesar de todo, porque no estaba tratando de maximizar el PIB. Intentaba maximizar el territorio ruso y su posición geopolítica. Así que creo que el riesgo es que China no piense en términos de intereses económicos. No está contando dinero. Mide su estatus en la escena mundial y su éxito en la consecución de lo que personas como el presidente Xi han descrito como los objetivos históricos de China, como hacerse con el control de Taiwán.
La visión optimista es que como todo el mundo sufrirá, China no tratará de escalar militarmente. Espero que sea cierto, pero me preocupa
¿En qué situación está China respecto a la producción de chips?
El principal reto al que se enfrenta China es que todas las tecnologías clave de vanguardia están hoy en manos de Japón, Taiwán, Estados Unidos y Europa. Ese es su mayor problema. Depende de estos otros países para su tecnología. China puede producir chips menos avanzados a nivel nacional. Puede producir chips de nivel medio cuando tiene acceso a herramientas del extranjero. Pero por lo demás, China está muy, muy atrasada. Por eso, China ha invertido decenas de miles de millones de dólares cada año para intentar ponerse al nivel de estos otros países.
¿Cómo de atrasada?
Ahora mismo, parece que la empresa líder en China puede haber introducido lo que se llama un proceso de siete nanómetros [escala en la que se miden los chips más avanzados], algo que TSMC introdujo en 2017, hace 6 o 7 años. Esa brecha básica de que China está 6 o 7 años por detrás de lo que TSMC puede producir ha sido constante durante la mayor parte de la última década. China está progresando tecnológicamente, pero el problema al que se enfrenta es que el resto del mundo, incluido TSMC, está progresando a un ritmo comparable. Así que la brecha entre ambos no ha cambiado realmente.
El Gobierno de Estados Unidos ha tomado muchas medidas en los últimos años para restringir el acceso de China a la tecnología clave para superar esa brecha. Sin embargo, el Gobierno chino parece no haber tomado medidas similares contra Estados Unidos. ¿Por qué?
Creo que el problema es que China no puede tomar represalias similares. Estados Unidos ha tomado medidas que imponen costes relativamente pequeños a las empresas estadounidenses, europeas y japonesas, pero suponen grandes retos para China. China no tiene formas igualmente asimétricas de tomar represalias. Las formas en que China puede tomar represalias son tomando medidas que impondrían grandes perjuicios a Occidente, pero también grandes costes a China. Por ejemplo, China es un gran productor de galio y germanio, dos minerales importantes para la fabricación de chips. China podría decir que va a dejar de exportar galio y germanio, pero no lo ha hecho porque teme que si lo hace, y tiene razón en temerlo, el impacto se dejará sentir tanto en Estados Unidos como en Europa y otros países, pero también en China, porque muchos de los dispositivos que se fabrican con galio y germanio vuelven a China o se ensamblan en China. En este proceso de ensamblaje están en juego muchos puestos de trabajo chinos. Por lo tanto, no hay ninguna forma en la que China pueda golpear a Occidente tan eficazmente como Occidente puede golpear a China.
China puede tomar represalias que impondrían grandes perjuicios a Occidente, pero supondrían también grandes costes para China
¿Por qué Europa ha quedado tan relegada en esta carrera? ¿Qué le parecen las ayudas para intentar traer una parte de la cadena de suministro de chip a Europa?
Creo que, en primer lugar, Europa no es un gran productor de chips, pero es un gran productor de las máquinas que hacen chips. Y eso es absolutamente vital tenerlo en cuenta. Así que yo no creo que Europa deba subestimar el papel que desempeña, porque empresas como ASML y países como Holanda son absolutamente fundamentales y son importantes. Y no son solo pequeños jugadores, ASML es la mayor empresa tecnológica de Europa. Es una empresa muy rentable, así que no debemos subestimar su papel. Sin embargo, creo que Europa puede desempeñar un papel más importante, y está intentando hacerlo, en la fabricación de chips y también en el diseño de chips. Hemos visto medidas tanto a nivel de la Unión Europea, pero también de los Estados miembros como Alemania y Francia para tratar de apoyar a su industria en estas dos esferas, que me parecen adecuadas.
Saliendo del asunto chino, una de las cosas que me ha parecido más interesante de su libro es el análisis de la Guerra Fría en clave chip. ¿Podría explicarlo?
La evolución del poder militar en la Guerra Fría se debió fundamentalmente a los semiconductores. A principios de la Guerra Fría, en los años 50 y 60, había paridad entre EEUU y la URSS. Tenían las mismas capacidades, armas nucleares, sistemas de misiles de largo alcance, sistemas espaciales. Y de hecho, los soviéticos fueron los primeros en algunas esferas. Lanzaron el primer satélite al espacio. Pusieron a la primera persona en el espacio. Al final de la Guerra Fría, Estados Unidos y Occidente en general habían superado con creces a los rusos en cuanto a capacidades militares. Así, por ejemplo, Estados Unidos fue capaz de desarrollar sistemas de misiles en los que al pulsar un botón el misil vuela cientos de kilómetros y alcanza un objetivo con un rango de error de pocos metros. Hoy en día damos por descontado este tipo de sistemas pero en la década de 1980, cuando se pusieron en marcha por primera vez, eran revolucionarios. Eran tan revolucionarios que la mayoría de la gente ni siquiera pensaba que eran posibles. Y los soviéticos nunca desarrollaron esas capacidades.
Los rusos no lo han hecho hasta hace poco. Eso ha sido posible gracias a la potencia de cálculo, a la miniaturización de la informática, que permite tener ordenadores dentro de cada sistema de misiles, que una enorme potencia de cálculo en el espacio exterior para tomar fotografías de los objetivos y rastrearlos, montones de sistemas informáticos y de comunicación muy sofisticados para permitir que las comunicaciones se miniaturizaran y fueran más potentes para poder comunicar información a grandes distancias. Todo ello depende de los semiconductores. Así que fueron los avances de EEUU en semiconductores los que hicieron posible que ganara la carrera armamentista contra la Unión Soviética y por lo tanto determinó el resultado de la Guerra Fría.
Fueron los avances de EEUU en semiconductores los que hicieron posible que ganara la carrera armamentista contra la Unión Soviética
¿Ese retraso en la digitalización militar llega hasta el día de hoy? ¿Es una de las causas que han permitido a Ucrania resistir el embate ruso?
Así es. Los militares rusos, después de la Guerra Fría, acabaron decidiendo que no podían producir chips avanzados de forma fiable por sí mismos. Así que, en su lugar, decidieron construir la mayoría de sus sistemas militares críticos utilizando barcos extranjeros estadounidenses, europeos, japoneses y de otros países. Y ahora Occidente ha dejado de vender a Rusia muchos chips avanzados. Así que Rusia ha tenido que intentar establecer sistemas de contrabando, por ejemplo, para introducir chips de contrabando de países como Turquía o Kazajstán para abastecer su base industrial de defensa. Eso es algo que se puede hacer de contrabando. Pero el hecho de que Rusia decida que no va a intentar fabricar grandes volúmenes de chips de vanguardia por sí misma, y que va a confiar en chips extranjeros para sus aplicaciones militares más sensibles, es una señal útil sobre lo atrasados que están.
¿Son creíbles entonces las amenazas militares de Rusia al resto del mundo?
Permítame formular la pregunta de otra manera. Si se pregunta si Rusia igualará a Occidente en tecnología de defensa avanzada, creo que la respuesta es no. Pero Rusia ha demostrado que está dispuesta a asumir costes sustanciales en su lucha contra Ucrania y que tiene un ejército lo bastante grande con suficientes sistemas como para, al menos, enfrentarse a Ucrania hasta llegar a un punto muerto. Ahora bien, creo que en cierto modo no es tan impresionante que Rusia haya luchado contra Ucrania hasta llegar a un punto muerto, dado que Rusia es tres veces más grande que Ucrania. Probablemente debería haberlo hecho mejor según muchos parámetros. Sin embargo, el hecho de que la tecnología de defensa rusa no sea necesariamente de primer nivel no significa que no sea muy buena y que pueda causar muchos problemas a sus vecinos.
Otro de los debates en torno a los chips es la inteligencia artificial (IA).
Los chips son fundamentales para la IA porque los sistemas de IA requieren enormes volúmenes de potencia informática para ser entrenados. Así que hoy en día los sistemas de IA más avanzados, como los que hacen posible ChatGPT, se entrenan en chips producidos por sólo un puñado de países y empresas. Nvidia es la más importante con diferencia. La mayoría de los sistemas de IA se producen y entrenan con chips de Nvidia. Google es probablemente el segundo actor más importante en este ámbito. Ambas empresas fabrican chips en Taiwán, en TSMC. Así que hay una concentración extraordinaria en los chips que hacen posibles los sistemas de IA. Por eso no se puede entender la carrera de la IA sin poner los chips en el centro del debate, también en el caso de China, porque Occidente tiene una gran ventaja en la potencia de cálculo necesaria para el entrenamiento de los sistemas de IA.
¿Le preocupa el poder que puede adquirir Nvidia en este terreno, que se convierta en otra TSMC?
Yo no diría que Nvidia tenga demasiado poder en manos de una sola empresa, porque todos nos estamos beneficiando enormemente. Cada vez nos beneficiaremos más de las capacidades que Nvidia ha desarrollado. Me preocupa menos la concentración de poder cuando veo que las empresas proporcionan estos avances realmente extraordinarios, impensables hace una década, y que muchos están disponibles casi gratis. Ya sabes, el hecho de que todos podamos acceder a ChatGPT por cero dólares es, en mi opinión, realmente extraordinario. Cuando pienso en los efectos transformadores que estas capacidades van a tener en la asistencia sanitaria, la educación, la prestación de servicios sociales, en la velocidad de la investigación... creo que al preocuparse por la concentración realmente, se pierde el aspecto transformador de todo esto. Yo estaría feliz mientras sigan manteniendo este ritmo de progreso tecnológico.
Yo no diría que Nvidia está demasiado poder en manos de una sola empresa, porque todos nos estamos beneficiando enormemente
Para terminar, ¿cuáles cree que podrían ser los próximos capítulos de la guerra de los chips?
Creo que debemos esperar una tensión continua entre EEUU y China. Creo que estamos solo en las primeras etapas y se intensificará a partir de ahora, por un par de razones. Una, porque EEUU se ha comprometido a mantener su ventaja sobre China. Y dos, porque creo que China está comprometida por su parte a tratar de utilizar cualquier método posible para ponerse al día, incluyendo verter enormes sumas de dinero. Se habla mucho de la Ley de Chips de Estados Unidos [que incluye subvenciones para esta industria y tiene un presupuesto de 280.000 millones de dólares para los próximos cinco años], pero China ha estado desde 2014 poniendo aproximadamente una Ley de Chips al año en su industria de chips. Maneja sumas mucho más grandes, pero también porque China está tratando cada vez más de restringir el acceso a su mercado de las empresas extranjeras de chips. Y esa es otra forma en la que vamos a ver una buena cantidad de fragmentación impulsada por la política china, que me temo que va a continuar.