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Guerra de trols: así chocaron un comando francés y otro ruso al intoxicar las redes de varios países africanos

Las operaciones de manipulación desde el extranjero a través de cuentas falsas y desinformación en las redes sociales se han convertido en un fenómeno habitual. También lo es que varias de ellas, con objetivos contrapuestos, actúen a la vez ante el mismo público, intentando alterar el clima de opinión en función de sus intereses (o clientes).

Lo inaudito es que esas redes tóxicas se enfrenten unas contras otras, se acusen mutuamente de ser propaganda extranjera, se manden solicitudes de amistad, se escriban mensajes privados e intenten desenmascararse con los misma identidades falsas, bulos y memes con los que envenenan el debate del resto de usuarios. Sin embargo, eso es lo que ha ocurrido durante meses entre un comando de trols francés y otro ruso en las redes de varios países africanos.

Facebook ha revelado esta semana que ha detectado y eliminado las dos campañas de intoxicación, que intentaron camuflar su procedencia real. Pese a ello, la investigación de la red social ha encontrado evidencias de que una de ellas provenía de “personas asociadas con el ejército francés”, mientras que la otra tenía origen en Rusia y sus autores están “vinculados con antiguas operaciones” de la gran fábrica de trols del país, la Internet Research Agency (IRA).

Las dos redes fraudulentas llegaron a acumular unos 300.000 seguidores a través de 150 cuentas falsas, 35 páginas, 16 grupos y 15 perfiles de Instagram. Estuvieron activas desde finales de 2019 y gran parte de la actividad de cada una se centró en denunciar las injerencias de la otra en la política local, especialmente en la República Centroafricana, aunque sus tentáculos se extendieron por otra docena de países.

Fingiendo ser usuarios locales, los trols rusos actuaron también en Madagascar, Camerún, Guinea Ecuatorial o Mozambique, comentando en favor de la vacuna rusa contra el coronavirus y otras noticias sobre la pandemia, así como de temas políticos. La red francesa se centró especialmente en Mali, alabando a sus fuerzas armadas y a la misión militar de Francia desplegada en su territorio y criticando a los grupos yihadistas que combaten.

A pesar de que había algunas “diferencias significativas” en las estrategias de ambos comandos de trols (como el apoyo de ciudadanos locales que recababa la red rusa, o la decisión de la red francesa de no intervenir en conversaciones electorales), “cuando se enfrentaron en la República Centroafricana, se parecían entre sí”, afirma un informe conjunto de la consultora Graphika e investigadores de la Universidad de Standford (EEUU). Facebook ha compartido con estas entidades los datos de este choque entre la red fraudulenta rusa y la francesa en busca de un análisis independiente.

“Cada bando troleaba al otro con videos y memes insultantes; cada lado hizo acusaciones falsas contra el otro; cada lado utilizó datos manipulados para respaldar sus acusaciones”, detalla este estudio. “Varios miembros de la red rusa se hicieron pasar por medios de comunicación, mientras que algunos franceses fingieron ser fact-checkers. Ambos usaron imágenes de perfil robadas (y en el caso de la red francesa, imágenes de perfil generadas por inteligencia artificial) para crear identidades falsas para sus redes”.

La red rusa gastó además unos 38.000 dólares en publicitar sus contenidos. La investigación de Facebook ha hallado pruebas de los individuos que han manejado sus hilos está relacionados con “entidades asociadas con el financiero Yevgeniy Prigozhin”. No es la primera vez que este oligarca, muy próximo a Vladimir Putin, aparece citado en los informes de manipulación de la red social. De hecho la red rusa que Facebook ha desactivado ahora “parece ser un intento de reconstruir sus operaciones” después de la red social eliminara un intento anterior también vinculado a Prigozhin.

“Recurrir a las mismas tácticas no es la solución”

Parte de los objetivos de esa primera red rusa era criticar las políticas de Estados Unidos y de Francia en África. El comienzo de la actividad a gran escala de las cuentas falsas francesas coincide en el tiempo con la detección y eliminación de esa operación y “parece una respuesta” a ella, coinciden Facebook y los investigadores de Graphika/Stanford. Pero su intervención solo agravó el problema, puesto que los rusos contraatacaron con la misma táctica: denunciando las cuentas francesas. El resultado fue una intoxicación completa del debate público.

“A juzgar por la elección del momento, los contenido y sus métodos, la operación francesa fue, en parte, una reacción directa a la exposición de las actividades con trols de Prigozhin en África en 2019 por parte de Facebook. Sin embargo, sus tácticas fueron muy similares. Al crear cuentas falsas y páginas falsas de ”anti-fake-news“ para combatir a los trols, los franceses estaban perpetuando y justificando implícitamente el comportamiento problemático que estaban tratando de combatir”, recalca el análisis independiente de la consultora y los académicos.

“Esto es dañino (al menos) de dos maneras”, dice el informe. Por un lado, señala que usar “fakes buenos” con la excusa de combatir “fake malos” puede resultar “contraproducente”, ya si la operación se detecta ocasionara el mismo daño reputacional. “Pero lo que es más importante, para la salud del discurso público, la proliferación de relatos falsos y evidencias manipuladas solo puede profundizar la sospecha pública sobre el debate online, aumentar la polarización y reducir el alcance del consenso basado en datos”, concluyen.

La aparición de actores occidentales como autores de estas campañas de manipulación es mucho menos común que la desarticulación de redes rusas, aunque ya ha ocurrido antes. En España, Facebook achacó al PP la creación de una de ellas, que había sido destapada por elDiario.es y amplificaba los mensajes de Pablo Casado.