Suman más de 300 años historia y llegaron a superar el millón de empleados entre las tres. Pero esos años han quedado atrás para IBM, General Electric (GE) y Toshiba, tres multinacionales pioneras de la electrónica que encaran su disgregación en empresas más pequeñas para poder seguir el ritmo. IBM y GE llegaron a ser a ser la segunda y la cuarta marca más valiosa del mundo, mientras que Toshiba ha sido uno de los buques insignia de la tecnología japonesa. Hoy asumen que ya son no las líderes que una vez fueron y deben centrarse en nichos especializados.
Cada caso es diferente y su coincidencia en el tiempo responde más a una “casualidad” que a una tendencia que se pueda asociar con las tres compañías, explican varios expertos a este medio. No obstante, coinciden en que su obligada desescalada para frenar la cuesta abajo de sus negocios deja lecciones para las empresas que les han tomado el testigo, como Google, Apple, Facebook o Amazon, también conocidas como GAFA.
El cambio menos traumático es quizá el de IBM. Porque ya lo ha hecho antes, como cuando se deshizo del negocio de fabricación de portátiles en 2005 vendiéndoselo a Lenovo. También porque su marca se mantiene, aunque más pequeña: lo que ha hecho esta multinacional fundada en 1911 es separar su negocio de infraestructuras digitales (un tercio de su facturación total) de la parte de servicios en la nube e inteligencia artificial.
El resultado es Kyndryl, una nueva compañía que nace siendo gigante y que se dedicará a la fontanería digital: mantener a punto los centros de datos, las salas de máquinas de Internet donde sucede todo.
“IBM tiene un historial de haber sido bastante buena a la hora de salirse de negocios menos interesantes para enfocarse en aquellos con mejor margen de beneficio”, explica Ricardo Pérez, profesor de Sistemas de la Información de IE Business School. “Ahora apuestan por quitarse la parte menos rentable y que se está quedando más obsoleta, que son los servicios IT e infraestructura, para centrarse en la predicción y los servicios”, añade.
Entre mediados y finales de la década de los 2000, IBM llegó a ser la segunda marca más valiosa del mundo solo por detrás de Coca-Cola, según los datos de la consultora Interbrand. En el top-5 había otras empresas tecnológicas como Nokia o la propia General Electric. Un vídeo que muestra la evolución del ranking de Interbrand a través de los años se viralizó recientemente en las redes sociales debido a que muestra muy a las claras cómo todas ellas fueron destronadas por las compañías con modelos de negocio basados en los datos personales.
IBM tocó techo en 2011, cuando tuvo unos ingresos de unos 100.000 millones de euros. En 2020 esa suma se había reducido a la mitad. Mientras que las GAFA multiplicaban sus ingresos gracias a la pandemia, los del “gigante azul” menguaron un 60% respecto al año anterior. “Nuestra intención de enfocarnos en la nube híbrida y la inteligencia artificial se afianzará y tenemos la confianza de lograr un crecimiento de los ingresos en 2021”, asegura Arvind Krishna, presidente y consejero delegado de IBM.
El caso de General Electric es diferente. “De lo que habla IBM es de reordenar antes de que sea demasiado tarde. Pero de lo que habla GE es: 'se ha hecho tarde, tenemos que disgregarnos, porque no queda otro remedio. No hemos conseguido ir a la velocidad que tenemos que ir'”, expone Pérez. Efectivamente, este gran conglomerado de empresas estadounidense llevaba desde 2016 perdiendo dinero.
Si bien IBM está o ha estado presente en gran parte de las áreas de la informática, tanto en los servicios para empresas como en la tecnología de consumo, las fronteras de General Electric han ido mucho más allá. Fundada por Thomas Alva Edison, en sus 130 años de historia esta compañía ha fabricado electrodomésticos y electrónica de consumo, pero también motores de avión, motores eléctricos, aerogeneradores, locomotoras o armamento, diseña software y distribuye energía eléctrica, especialmente de fuentes renovables, aunque también produce con petróleo y gas. Además, tiene divisiones de salud o entretenimiento.
“Al principio General Electric sí que tenía unas dinámicas muy parecidas, porque todo giraba alrededor de la electricidad y los motores, pero después, en la medida en que se fue diversificando, estas energías desaparecieron”, apunta Esteve Almirall, profesor de Operaciones, Innovación y Data Sciences de la escuela de negocios Esade. “La decisión de separarse era cuestión de tiempo, porque la suma no las estaba haciendo más fuertes, sino cada vez más débiles”.
GE anunció su separación en tres compañías a mediados de noviembre, poniendo fin al principal conglomerado industrial estadounidense. La primera en disgregarse será GE Salud, que lo hará en 2023. Las divisiones de energía, de energías renovables y de negocio digital se escindirán en 2024. Finalmente la actual matriz pasará a centrarse en el negocio de la aviación. Este y el de Salud se consideran los más rentables, con un valor de unos 210.000 millones de dólares por separado, mientras que actualmente General Electric vale unos 160.000 millones.
Finalmente, en una situación similar a la del gran conglomerado estadounidense se encuentra el que puede ser considerado su homólogo japonés, Toshiba. Formada por la fusión de una empresa de maquinaría pesada y otra de equipos electrónicos en 1939 y reforzada por el esfuerzo bélico japonés durante la II Guerra Mundial, la compañía evolucionó hasta ser uno de los mayores productores de ordenadores y dispositivos de almacenamiento digital, electrónica de consumo y electrodomésticos, pero también construye infraestructuras civiles e industriales y produce ascensores, escaleras mecánicas y equipos de iluminación.
Solo tres días después de General Electric, Toshiba anunció que se dividiría en tres empresas. Una se centrará en las infraestructuras, otra en los dispositivos electrónicos y la matriz, que seguirá manteniendo el nombre de Toshiba, se quedará con los activos restantes.
El aviso para la industria digital
La digitalización ha puesto contra las cuerdas a estas multinacionales pioneras de la electrónica, ahora relevadas de la posición de dominio tecnológico que les sirvió para superar el siglo de vida. “Una compañía que dure 100 o 150 años es algo extraordinario, el ciclo de vida normal para una empresa suele de ser de unos 25 o 30 años. Más o menos una generación de trabajadores”, recuerda Esteve Almirall.
Las GAFA se acercan (Google, 23 años; Apple, 45; Facebook, 17; y Amazon, 27) a esa barrera. En su caso tienen a su favor el “efecto red”, recuerda el economista, que consiste en que sus servicios van haciéndose más útiles cuantos más usuarios los utilizan, lo que hace más difícil que un recién llegado pueda competir de tú a tú. No obstante, el futuro también adelanta posibles espacios para que sus competidores les roben espacio, adelanta.
Para empresas como Google y Amazon, esa amenaza podría ser la aparición de otras más pequeñas que pueden ofrecer servicios de nube low cost, válidos para pymes o compañías cuya pata digital no tenga una importancia crítica. Para Facebook o Apple, podría ser la irrupción de tecnologías que dejen obsoletos sus servicios como lo fueron ellas para sus antecesoras. Prueba de ello es que estas dos multinacionales son las dos siglas de las GAFA que más fuerte están apostando por el metaverso, con Facebook orientando su matriz a esta nueva tecnología y Apple fabricando dispositivos de realidad aumentada y virtual.