La industria de las criptomonedas está ante su mayor punto de inflexión. La caída de la valoración y la subsiguiente cadena de quiebras se están llevando por delante a algunos de sus principales gurús y plataformas. Un “criptoinvierno” que está dejando un panorama muy alejado de la “descentralización” que siempre han defendido los partidarios de la tecnología blockchain: una sola plataforma domina el mercado y está maniobrando para convertirse en el eje vertebrador de todo el ecosistema.
Esa plataforma es Binance. La misma cuyo fundador, Changpeng Zhao, anunció en Twitter los graves problemas que atravesaba una de sus principales competidoras, FTX, desatando un pánico que acabó con su quiebra. La misma que se comprometió a salvarla para luego dejarla caer. Tras la bancarrota de FTX, Binance es la absoluta dominadora de las plataformas que sirven para especular con criptomonedas. Hasta el 75% de las transacciones se hacen en su sistema según The Block, la fuente de referencia.
En el caso de las operaciones con bitcoin, la criptomoneda más usada y activo refugio de los inversores en criptos, la cifra crece hasta el 82%. En el siguiente gráfico se puede apreciar cómo el peso de las plataformas más pequeñas, pintadas en gris, se ha ido reduciendo a marchas forzadas desde 2016 y 2017, cuando acumulaban la mayoría de los intercambios de bitcoin.
Binance es consciente de la oportunidad que tiene ante sí de convertirse en el gran dominador de su sector. La experiencia de multinacionales digitales como Google, Amazon o Facebook muestran las ventajas de ser la herramienta fundamental de todo un entorno digital. Desde la quiebra de FTX, Zhao ha defendido la necesidad de apoyar al resto de empresas, pero siempre colocando a su compañía en un papel central. Como el organismo regulador que se supone que el sector cripto no tiene.
La maniobra se ha consumado este jueves. Binance ha presentado por fin el banco central con el que quiere “proteger al inversor y restituir la confianza en el sector de los criptoactivos”. Lo denomina “Iniciativa de Recuperación de la Industria (IRI)” y servirá para ofrecer “oportunidades de inversión en proyectos centrados en la creación de valor a largo plazo y con modelos comerciales viables que, por causas circunstanciales, encaran dificultades económicas en el corto plazo”. Es decir, un fondo de rescate para empresas del sector cripto en problemas. Liderado por Binance, que lo ha dotado de mil millones de dólares y que será quien ponga las reglas para acceder a ellos.
El objetivo de Zhao es que otras compañías participen en él, aunque por el momento no se ha confirmado ninguna. Aclara que “no es un fondo de inversión”. “Sería como crear un pequeño banco central, porque se encargaría de uno de los principales cometidos de un banco central convencional, que es ser prestamista de última instancia”, explicaban a este medio desde la Analistas Financieros Internacionales cuando Zhao presentó el primer borrador de la iniciativa, que hoy se ha consumado.
Zhao se ha comprometido a desempeñar este nuevo papel central solo durante unos seis meses. Es lo que calcula que durará el “criptoinvierno”, un análisis optimista según otros expertos. No obstante, nada le impediría alargar la vida del IRI si resulta beneficiosa para Binance. Una concentración del poder en pocas manos que al contrario que lo que suele promocionar el sector cripto, no es una excepción sino la norma.
Centralización estructural
La descentralización de las criptomonedas siempre ha estado en cuestión: es cierto que su tecnología la facilita, pero lo que sucede en la práctica es otro cantar. Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica de EEUU reveló en 2021 que el 0,01% de los propietarios de bitcoin tienen en su poder aproximadamente un cuarto del total de esta criptomoneda. Ese 0,01% equivale a 10.000 personas y significa que la riqueza en bitcoin está incluso peor distribuida que la tradicional.
Como en el dinero convencional, en el bitcoin también hay una élite entre la élite. El mismo análisis detalló que los 1.000 criptomagnates más ricos controlan un 15% de la riqueza total. “Esta concentración hace que bitcoin sea susceptible de riesgo sistémico y también implica que la mayoría de las ganancias de una mayor adopción probablemente recayeran de forma desproporcionada en un pequeño grupo de participantes”, decían los investigadores.
Esta concentración hace que bitcoin sea susceptible al riesgo sistémico e implica que las ganancias de una mayor adopción recaerán en un pequeño grupo
Ocurre algo muy similar con los NFT. Hoy están muy lejos de los grandes niveles de atención que recibieron en 2021, pero incluso entonces estaban dominados por una élite. Un estudio publicado en Nature destapó que el 85% de los intercambios los realizaba el 10% de los usuarios.
“La centralización ha defraudado a cientos de miles de usuarios”
Esta situación hace que una enorme parte del sector cripto dependa ahora de la estabilidad de Binance. Una quiebra repentina, como la sufrida por FTX, podría abocar a cientos de empresas a la liquidación. “La industria del blockchain se construyó sobre la promesa de la descentralización, pero acabó concentrándose en manos de unos pocos que empezaron a abusar de su poder”, protestaba este miércoles Pável Dúrov, el fundador de Telegram: “Como resultado, mucha gente ha perdido su dinero con quiebras como la de FTX”.
La industria del blockchain se construyó sobre la promesa de la descentralización, pero acabó concentrándose en manos de unos pocos que empezaron a abusar de su poder
Dúrov es un multimillonario de 38 años que hizo fortuna tras fundar VK, el Facebook ruso. Hoy se encuentra exiliado de su país después de que el Kremlin le arrebatara en 2014 el control de su red social tras negarse a suministrar datos de los usuarios ucranianos. Ahora Dúrov se considera apátrida y es un defensor de la tecnología blockchain como elemento emancipador del poder de los estados y de las multinacionales digitales. “La época en la que las ineficiencias de las plataformas heredadas justificaban la centralización debería haber quedado atrás”, defiende.
El ruso ha sido el primero en alzar la voz contra lo que está ocurriendo en el sector cripto. No obstante, uno de los motivos es que él ha creado su propia plataforma blockchain y quiere promocionarla entre los usuarios. El primer uso que le ha dado a esta plataforma es subastar los nombres de usuario más atractivos de Telegram. Como informó elDiario.es, no ha puesto ninguna cortapisa a que los usuarios pujen por nombres de marcas como @cocacola o @bbva. Esto contraviene la legislación de propiedad intelectual y además dispara el riesgo de estafa, explicaron los expertos consultados.
Las subastas de nombres han movido 50 millones de dólares. Dúrov se ha llevado un porcentaje de cada transacción. “El siguiente paso de Telegram es construir un conjunto de herramientas descentralizadas, incluyendo carteras no custodiadas e intercambios descentralizados para que millones de personas puedan comerciar y almacenar criptodivisas de forma segura. De este modo, podremos arreglar los males causados por la excesiva centralización, que ha defraudado a cientos de miles de usuarios de criptodivisas”, avanza.