Un informe dado a conocer hoy por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) señala que en el 2014 se generaron 41,8 millones de toneladas de “basura electrónica” y que para 2018 al cifra se situará en 50 millones de toneladas.
El informe constata que la basura electrónica, equipos electrónicos y eléctricos que abarcan desde pequeños electrodomésticos hasta monitores de televisión pasando por teléfonos móviles, es un creciente problema.
En 2010 se generaron 33,8 millones de toneladas de basura electrónica. En sólo cinco años, la cifra aumentó en 8 millones de toneladas. En términos de kilos por habitante, la media de basura electrónica generada por persona que habita el planeta ha aumentado casi un kilogramo en ese periodo, pasando de 5 a 5,9 kilogramos.
Para 2018, cuando se prevé una población mundial de 7.400 millones de personas, cada habitante del planeta generará una media de 6,7 kilogramos de basura electrónica.
Uno de los autores del informe, Ruediger Kuehr, declaró a Efe que el acortamiento de la vida útil de electrodomésticos y otros aparatos electrónicos y su diseño, que dificulta o imposibilita su reparación, es una de las principales causas de la creciente generación de basura electrónica.
Kuehr señaló que es un poco un problema “de que es primero, el huevo o la gallina” porque las empresas están interesadas en productos que duren poco “pero los consumidores también están interesados en comprar aparatos baratos, que en su mayoría no se pueden reparar para abaratar su diseño”.
Kuher, director del programa de UNU Sustainble Cycles (Scycle), añadió que no está convencido que el problema se pueda atajar con legislación pero sí con la actuación de los Gobiernos.
“Si los Gobiernos, que son de los mayores compradores del mundo de algunos de estos productos, reconsiderasen sus políticas de adquisiciones de este tipo de equipos, tendría un impacto sustancial”.
“La compra de más productos que fuesen fácilmente reparables, para extender su vida, daría a otros consumidores una clara indicación de lo que se tiene y debería hacer”, declaró.
“Por el momento, para la mayoría de los consumidores no es un problema. En Europa y Norteamérica, el problema de la basura electrónica es considerado como un asunto de países en desarrollo porque han visto las fotos de montañas de basura electrónica en África o Asia”, terminó señalando.
El problema de la creciente cantidad de basura electrónica generada en el planeta no es sólo medioambiental, esos desperdicios contienen elevadas cantidades de materiales tóxicos como plomo, mercurio y cadmio, sino también económico.
El informe de UNU señala que los 41,8 millones de toneladas de equipos electrónicos y eléctricos tirados a la basura en 2014 contenían preciosos recursos, como oro y otros minerales, por valor de 52.000 millones de dólares.
De la basura electrónica generada el año pasado, casi el 60 % fueron pequeños electrodomésticos de cocina y baño. Un 7 % fueron teléfonos móviles, ordenadores, impresoras y otros pequeños aparatos.
Por países, Estados Unidos sigue siendo el que más basura electrónica genera, seguido por China, Japón, Alemania e India. Sólo EEUU y China generan de forma conjunta el casi una tercera parte (un 32 %) de la basura electrónica del mundo.
España, generó 17,7 kilogramos de basura electrónica por habitante en 2014, comparado con los 17,6 de Italia, 22,1 de Francia, 21,6 de Alemania o 23,5 del Reino Unido.
En el continente americano, Estados Unidos generó 22,1 kilos por habitante, Canadá 20,4 kilos, México 8,2, Brasil 7, Chile 9,9 o Colombia 5,3.
Por habitante, la lista de los países que más basura electrónica generan está encabezada por países europeos: Noruega, Suiza, Islandia, Dinamarca y el Reino Unido.