Cómo componer música con un iPad
En 2010, Damon Albarn, líder de Blur y de Gorillazz, sorprendió con el disco The Fall, producido a partir de aplicaciones que entonces ya existían en las primeras tabletas. Una de las que más utilizó fue Funkbox, una caja de ritmos que permitía la reproducción de algunos de los samplers más conocidos. La música, que hasta la fecha se movía en el mundo digital sólo desde el ámbito del consumidor –los formatos mp3- comenzaba a utilizar los recursos que ofrecían las nuevas tecnologías desde el lugar del compositor.
Desde entonces, las aplicaciones para componer música se han desarrollado de forma abismal para todos los sistemas y dispositivos, aunque siguen siendo iOs de Apple y Android, quienes más posibilidades ofrecen a los músicos que quieran experimentar con nuevos sonidos digitales. La tableta iPad, que muchos considerarán un remedo de lectura de periódicos, revistas y libros o una pantalla para ver series y películas, puede convertirse en un teclado gracias a Accordion o un sintetizador con Filtraton. Y a precios que oscilan entre los 3 y 6 euros.
Tres años después de que lo hiciera Albarn, uno de los grupos españoles que más está experimentando con las aplicaciones para música es M A J E S T A D, liderado por Pepo Márquez, exmiembro de The secret society, Garzón y Grande-Marlaska. Esta semana dieron el primer concierto en España con apps durante la celebración del encuentro The App Date en el Hub de Madrid, apoyado por Microsoft, y aunque lo combinaron con instrumentos analógicos como un bajo y guitarra, la estrella fue el Ipad de Márquez.
“Todo empezó de casualidad en abril de este año porque me regalaron la tableta. Al principio la utilizaba para entretener a mis sobrinos, pero en esa época yo notaba que necesitaba hacer algo más arriesgado y personal. Y todo vino rodado, dejé The secret society y empecé a probar con el Ipad y aplicaciones como Accordion y Funkbox”, cuenta este músico.
Ventajas e inconvenientes de la tableta
Ventajas e inconvenientes de la tabletaFue un proceso que empezó a modo de ensayo-error y en el que empezaron a cobrar forma las ventajas de la tableta como la calidad sonora o la posibilidad de mezclar diferentes instrumentos, pero también los inconvenientes. “La tableta todavía no es del todo fiable por la latencia, que es ese lapso de tiempo entre que presionas los botones y sale el sonido. En los instrumentos analógicos ese tiempo es cero, pero en una tableta puede aumentar con lo que se ralentiza el tempo y la canción se te puede ir de las manos”, comenta Márquez.
Por este motivo, el músico aún cree que queda mucho desarrollo para las aplicaciones musicales y los dispositivos, ya que la mayoría sólo son recreaciones de los aparatos orgánicos. No obstante, él ya ha notado que las apps sí pueden llegar a cambiar la forma en la que hasta ahora se compone la música. “La paleta de sonidos se enriquece mucho y esto te ayuda a encarar las canciones de otra manera. Ya no nacen con una estructura de guitarra, sino con un ritmo. Es decir, yo antes componía con una guitarra y unos acordes y ahora lo hago partiendo de un ritmo que me va dando una idea de cómo va yendo la canción”, sostiene.
Otra de las facilidades es el precio de las aplicaciones. Nada que ver con el dinero que muchos grupos arriesgados como Pink Floyd o Dire Straits se gastaron en los años ochenta. “Mark Knopfler se gastó medio millón de libras en un ordenador para generar un sonido de guitarra determinado. Hoy le hubiera costado tres libras”, revela Márquez. Ahora bien, este músico tampoco cree que las apps sean ninguna panacea. “Una aplicación no se puede comparar con un teclado orgánico. Y a mí también me costaría prescindir de un piano real. El futuro de la tableta está en la combinación, aunque creo que en M A J E S T A D todos acabaremos con tabletas, porque ahora mismo es un mundo apasionante”.
De momento, el grupo continúa experimentando con estos sonidos digitales. Están embarcados en la gestación de un disco, cuyas canciones tienen títulos que, curiosamente, recuerdan a la época dorada de la música clásica (Movimiento número 1, número 2, y así hasta más de cincuenta). En octubre tendrán su próximo concierto en España. Veremos cómo suenan entonces las tabletas.
Un puñado de apps musicales
Un puñado de apps musicalesFunkbox: Es una aplicación que reproduce una caja de ritmos y que fue utilizada por Damon Albarn para discos como The Fall. Funciona con iPad y posee hasta nueve cajas diferentes. Posee algunos de los samplers más reconocidos de la música techno y house.
Caelestis: Recrea sonidos experimentales a partir del choque de diversas pelotas de colores en las paredes que conforman varias formas geométricas. Cada vez que se produce un choque se generan diferentes notas musicales.
Filtatron: Esta aplicación es de la marca Moog. Genera efectos de sintetizadores de forma muy parecida a un pedal real. Lleva al universo digital las funcionalidades de los sintetizadores analógicos de Moog.
MPC (Music Player Classic): Es un reproductor de los samplers que utilizaron muchos grupos de los años ochenta, la mayoría procedentes del hip-hop. Está disponible para Android y iPad.
Accordion: Es una aplicación para iPad, iPhone y Android que funciona como un teclado y cuya principal ventaja es que apenas tiene latencia. Es decir, desde que se pulsan los botones hasta que se reproduce el sonido hay cero segundos de distancia, lo que permite que la canción no se ralentice.