Google: Del “Don't be evil” al “Es la economía estúpido”

La Google I/O es la conferencia anual que presenta la compañía del buscador donde nos muestran todos los cambios y lanzamientos de productos que han reservado para el evento. Muy al estilo de ceremonial tecnológico que inaugurara Steve Jobs se suceden una serie de presentaciones con las que se busca deslumbrar a una audiencia generalmente tan dispuesta como expectante.

Al margen de las novedades concretas presentadas en la conferencia, conocidas y difundidas profusamente en el medio tecnológico, nos detendremos en un análisis de las consecuencias y objetivos de todos estos cambios en sus servicios.

Las novedades de Google I/O

Las novedades de Google I/O

La conferencia de este año ha venido repleta de novedades. Maps se ha renovado con la posibilidad de incorporar notificaciones de usuarios paralelas a la capa de recomendaciones publicitarias y contenidos apadrinados. Por otro lado Google+ recibe todo un lavado de imagen e integra herramientas que lo hacen más atractivo a usuarios con un perfil fotográfico. Por otra parte, los servicios de mensajería, chat y vídeo se unifican en un nuevo Hangout, dotado de nuevas funcionalidades, multidispositivo y cada vez más ubicuo.

Gmail se integra con Drive y Google+ Fotos (heredero de Picasa) para compartir espacio de almacenamiento, que pasa a ser único a partir de 15 Gb en su versión gratuita. Los paquetes profesionales parten de un almacenamiento de 30Gb. Como apunte menos difundido, las cuentas de correo integrarán el medio de pago Wallet incluso en el mismo cuerpo de los mensajes. Google+ se convierte en todo este proceso en el eje principal de todos los servicios.

Como añadido, se persigue inducirse en el terreno educativo con una oferta ampliada para los 25 millones de usuarios de Google App for Educational que asegura tener. Para ellos introduce la gama de tabletas Nexus y los ChromeBooks con una atractiva oferta de Google Play for Education, que asiente las relaciones del entorno educativo tecnológico con la compañía.

A los servicios de difusión musical también los ataca con la punta de lanza de un Google Music ahora capaz de ofrecer acceso a su catálogo mediante suscripción, lo que supondrá una competencia importante tanto a servicios como Spotify como a las apuestas de Apple o Amazon. Así Google Play Music All Accesss entra como una opción a la altura de sus competidores que a un precio de 9,99 dólares mensuales da acceso a todo el catálogo de su tienda musical. A este servicio, le acompaña una tienda diferenciada de juegos, Google Play Games Services, que unificará socialmente la experiencia de juegos con un sistema de logros ya conocidos en otras plataformas.

Amazon tampoco queda al margen de alternativas, con Google Cloud Platform, que ofrece un servicio similar al que nos brindara esta compañía con un servicio en la nube capaz de ofrecer una potencia de servidores virtualizados difícil de igualar.

Con Maps, Hangout, Google+ y Google Now se cierra el círculo de la interoperabilidad del conjunto de servicios que convergen en los dispositivos móviles, tanto sean vía smartphone como Google Glass.

Google Glass aspira a convertirse en un dispositivo “mainstream”, una opción mayoritaria para la población que emplee este comodín tecnológico como parte de su rutina diaria. La apuesta de Google por este producto es muy grande y ha trabajado con especial mimo toda la integración con un dispositivo de perfil futurista que no deja de ser alimentado por polémicas muy convenientes.

Existen muchas posibilidades de que una interfaz al estilo de Glass se imponga al igual que hoy en día la norma es el smartphone. En ese sentido, Google Glass parte de una ventaja competitiva inigualable y puede ser el puente entre dispositivos con más futuro.

La hoja de ruta de Google

La hoja de ruta de Google

El “no seas malo” que Brin y Page terminarían por convertir en el lema de la empresa parece que tiene un límite muy concreto: se llama dinero. Así productos asentados y muy queridos especialmente por profesionales del medio como Google Reader han sido suprimidos en aras de la unificación forzosa en torno a una de las grandes apuestas de la compañía como es Google+. El impacto de esta decisión ha tenido un efecto mayor de lo que pudiera esperarse en un producto que no era de los que disponía de la mayor masa de usuarios. Precisamente era el tipo de usuario que empleaba el servicio, de un perfil muy activo en las redes, el que se ha visto perjudicado. La consecuencia ha significado una desafección con la gran G como no había tenido hasta el momento.

A partir de esa quiebra en la confianza de los que hasta ahora adoptaban las innovaciones de la compañía, la sombra de la sospecha permanente se ha extendido entre muchos difusores de contenidos conscientes del riesgo del “monocultivo” tecnológico. Los productos y servicios que Google impulse no tendrán ya la cálida e inmediata acogida de antes.

La dirección de la compañía apunta a varios frentes entre los que la movilidad es uno de los objetivos prioritarios. WhatsApp se ha convertido en el rival a batir por todas las compañías de la escena tecnológica. Estos mismos días hemos conocido cómo BlackBerry Messenger puede terminar funcionando en iOS y Android.

Google, en su estrategia de concentración, no es menos y la unificación de todos sus servicios de mensajería y comunicación en torno a un nuevo Hangout abunda en ello. La integración del SMS, según anuncia Kenny Strawn a través de su perfil de Google+ apunta a un servicio que aspira a ser integral, pasando por la red social propia y su ecosistema de aplicaciones, servicios, libros y música.

Los mapas y su experiencia “enriquecida” es otro gran caballo de batalla de la compañía. Si a esto agregamos la intención de popularizar Google Glass y la inclusión de las notificaciones de Google Now en cada vez más servicios a lo largo de todo su ecosistema tecnológico nos podemos hacer una composición de lugar bastante precisa del objetivo.

Calidad, difusión y hegemonía: Una evangelización digital

Calidad, difusión y hegemonía: Una evangelización digital

Hasta ahora, Google ha seguido de una manera relativamente regular un patrón bastante estable en cuento a la forma de establecer sus servicios. Primero nos brinda una oferta que por calidad o innovación suele ser superior a la competencia como el caso de Gmail, y en parte el mismo Chrome o es capaz de prácticamente arrinconar a las alternativas, como pasara con Google Reader; después, cuando el servicio adquiere una difusión suficiente, se sondea una inclusión publicitaria mayor o se ofrece la posibilidad de adquirir un “paquete” profesional. Una vez alcanzada la hegemonía del mercado, conseguida de forma sutil, con buena parte de la opinión a su favor llega el momento de ampliar la monetarización o incidir definitivamente en el objetivo de negocio. En ese momento es cuando nos damos cuenta del peligro que conlleva que una empresa posea la mayor parte de un mercado.

La forma en la que esta compañía ha avanzado a lo largo de este camino ha sido especialmente sutil. El apoyo a comunidades de desarrolladores independientes como los que desde Chromiun alimentan con novedades a Chrome, o la apertura de las sucesivas versiones de Android ha conseguido que su imagen simpática nos haga olvidar de que se trata de una empresa cuya fuente de negocio es la publicidad y que todos los desarrollos que realicen tarde o temprano armonizarán con ese plan maestro.

La entrevista del nuevo jefe de la división de Android Sundar Pichai, en Wired, es reveladora en este sentido. Sin expresarlo abiertamente, sí que se desliza en un sentido muy claro respecto a lo que buscan de un sistema operativo que ya ha alcanzado los 900 millones de activaciones, todas ellas con cuentas que apuntan de un modo u otro al ecosistema de la gran G.

Facebook Home, si bien no deja de ser una aplicación más, no “debería” alterar la “experiencia” unificada de Android. Así, la apertura de Android lo es en función a que ésta pivote en torno a los servicios propios, al margen de desarrollos libres como Cyanogen que finalmente también aporta un valor distinto, ya que fijan usuarios que de otro modo estarían buscando ya alternativas.

La tienda de aplicaciones Android Google Play suma ya 48 mil millones de instalaciones, lo que cimenta más aún el negocio en torno al sistema operativo del robot verde. Así el valor de este sistema operativo, capaz de retroalimentar como ningún otro el ecosistema de servicios, se ha convertido en una cuestión estratégica. Buena parte de las mejoras presentadas muestran una capacidad expansiva completa.

No dependen de la plataforma. Aunque Android sea la preferencia, Google entra de forma sutil en la competencia, con un Maps insuperable o un Google Now tan útil como inquietante y hace que la “experiencia Google” se pueda obtener indistintamente del dispositivo y plataforma que empleemos. No serán pocos los que se sientan abrumados por la capacidad ingente demostrada por una sola empresa.