Lo maravilloso de lo nuevo, sobre todo cuando hablamos de dispositivos, no es lo que nos permite hacer el prototipo que tenemos en las manos, sino eso que dispara en nuestra cabeza. No es tan importante lo que te deja hacer ahora mismo, sino lo que podremos hacer con esa nueva tecnología. Podemos empezar a imaginar las cosas que técnicamente son posibles que antes ni se nos hubieran ocurrido.
Cuando toqué un iPad por primera vez tuve esa sensación. Uno se daba cuenta de la potencia de sentir que tenías las fotos, los vídeos, las webs que leías literalmente en la punta de tus dedos. Podías olvidarte de teclados, ratones, y de aprender combinaciones de teclas para comunicarte con la máquina. Era, literalmente, tener internet en las manos.
Debo confesar que un arco de metal con un cubo de cristal a la altura de la ceja no me parecía interesante. Hasta que lo usé. “OK Glass”, dije, y en el ángulo superior derecho apareció un menú. “Take a picture”, dije, e hizo una foto de Christian van der Henst, de Mejorando.la, que estaba delante de mí y es el dueño de las gafas que probé. Rocé con un dedo la patilla derecha y pude cambiar entre pantallas. Una mostraba la hora, la otra otros datos relacionados con mi lugar y tiempo: temperatura, negocios cercanos, búsquedas. Otra pantalla mostraba la foto y me ofrecía hacer una búsqueda para decirme quién era Christian.
Con Google Glass me pasó algo parecido a lo del iPad. No lo he probado más de 20 minutos, por lo que no podría hacer una reseña. Pero en esos minutos sentí que estaba ante un invento muy potente, que podría reemplazar el móvil, y aunque no pude evitar hacerme la foto de rigor, creo que es más interesante contar aquí esas primeras impresiones, lo que pensé y por qué me parece que va a cambiar algunas cosas.
Qué es Google Glass
El último dispositivo anunciado por Google se llama Glass y es una de las últimas innovaciones dentro de lo que se llama wearable computing, dispositivos pegados al cuerpo que permiten una interacción ininterrumpida y que hacen que la tecnología se integre de una manera constante y sin interrupciones a nuestra vida diaria.
Glass en principio parece no mucho más que unas gafas con una cámara pegada, pero cuando vemos las especificaciones de Google Glass entendemos que el concepto es el de tener lo que hoy llevas en tu smartphone pegado a tu ojo, a tu oído y casi diría, más cerca de tu cerebro.
Consiste en un soporte de metal, a la manera de gafas, que integra un mini ordenador en el costado derecho. Entre sus características técnicas tenemos una sorprendente cámara de 5 megapíxeles capaz de grabar a 720p y 16 Gb de almacenamiento en una memoria flash.
Almohadillas ajustables y monturas durables, adaptables a cualquier tamaño de cara.
- Pantalla de alta resolución, como tener una pantalla HD de 25 púlgadas a menos de 3 metros
- Cámara de 5 megapixeles capaz de grabar a 720p
- Transmisión de audio vía osea ( bone conductionbone conduction)
- Conexión inalámbrica Wifi 802.11b/g y Bluetooth
- 16 GB de almacenamiento con memoria flash
- Batería similar a un smartphone moderno, con duración de un día en condiciones normales
- Cargador micro USB
- Compatible con Android 4.0.3 (Ice Cream Sandwich) a través del app MyGlass
Sobre el ojo derecho se ubica un cubo de cristal que refleja una pantalla que vemos en el ángulo superior derecho de nuestro panorama visual. El display que vemos es muy similar a una interfaz de un smartphone, y podemos cambiar las pantallas deslizándolas hacia los costados al tocar la patilla derecha de las gafas.
Por qué el hype
hypeEs notable cómo Google ha sabido manejar las expectativas ante el lanzamiento de las gafas. En principio ha anunciado que no estarán disponibles para la venta hasta el 2014, y sólo ha soltado unas 2000 para desarrolladores en todo el mundo.
En el Google I/O sólo las podían comprar aquellos desarrolladores con una empresa con sede en Estados Unidos y a un precio de 1.500 dólares. Internet se ha llenado de fotos que se toman quienes las prueban y dicen que en Estados Unidos algunos las alquilan a 500 dólares por día.
Cómo se sienten
El exagerado hype que ha generado Glass hizo que yo no tuviera muchas expectativas en general. Su aspecto exterior tampoco impresiona demasiado, a pesar de que aún es una beta y mejorará. Pero al ponérmelas me sorprendió lo cómodas que se sienten y que su pantalla sea tan poco invasiva.
El diseño es limpio y elegante. Parece que vienen del futuro, pero no es un futuro exótico sino uno humano, donde podemos reconocernos. El material de que están hechas se siente sólido pero muy liviano y cómodo. Casi casi parece diseño Apple.
Pensaba que el tener constantemente un display en el ojo me distraería de lo que estaba sucediendo o de las personas que me rodeaban, pero no fue así. La integración está muy bien hecha y la interfaz es lo suficientemente discreta para que no moleste. Las gafas, aunque me quedaban algo grandes, no son incómodas para nada, desde luego, mucho menos que unas gafas de visión normales. Cómo vemos la pantalla es algo que está bien contado por Google en un video promocional, y es exactamente eso.
Qué hacen y cómo funcionan
Lo que se puede hacer con las gafas ahora mismo no es ninguna novedad. Lo que es diferente es cómo se puede hacer. Para “encenderlas” o activar el display hay que mirar hacia arriba o decir “Ok Glass”.
El dispositivo obtiene datos a través de wifi o Bluetooth a través de un iPhone o algún dispositivo con Android, usando su conexión 3G.
El reconocimiento de voz, la geolocalización, las búsquedas de Google (cómo no) y los mapas están estupendamente bien integrados en Glass. Si nunca usaste Siri en tu iPhone, te sorprenderás de lo natural que resulta usar la voz en Glass, porque al no tener teclado, es una de las principales herramientas de input de las gafas. “Sólo uso Siri para recordarle a la hora que tiene que despertarme mañana, y sin embargo estoy todo el día hablándole a las gafas”, explicaba Christian.
El audio se basa en la conducción ósea con el fin de que sólo quien las está usando pueda escuchar lo que las gafas dicen.
El display, de 640x360 según Google es el equivalente de una pantalla alta definición de de 25 pulgadas vista desde 2,40 m.
Al encender el display se despliega un menú donde podemos elegir entre:
- Hacer una foto
- Hacer un video
- Hacer un hangout
- Buscar direcciones
Al deslizar las pantallas con el toque en la patilla derecha podemos ver la temperatura actual, las fotos que hemos tomado y más información de las búsquedas.
Compartir algo, una foto o un video es casi instantáneo y una de las mejores cosas que hacen las Glass. Todas las fotos que se envían desde Glass están geolocalizadas, sin la opción de desactivar esto.
Después de ver mapas en Glass uno se pregunta cómo vamos a volver a usar los mapas de otra forma que no sea en un ángulo de nuestra visión, teniendo que mirar abajo y otra vez enfrente para saber a dónde ir.
Paradójicamente a mis prejuicios, yo he sentido que las Glass harán posible que nos distraigamos mucho menos cuando suene una llamada o queramos hacer una búsqueda y estemos enfrente de otras personas o en la calle, al no tener que detenernos a sacar el móvil, bajar nuestra vista, entrar en la aplicación y desenfocarnos de lo que nos rodea en ese momento.
Qué no funciona tan bien
Actualmente hay un problema con quienes usamos gafas. Si necesitas graduación en la vista, no verás nítidamente el display, pero se me ocurre que esto se resolverá pronto, agregando cristales a la montura que ya lo permite. Además viene con unos cristales tintados que se pueden poner y quitar para usar en el sol.
Aunque se dijo que la batería “debía durar al menos un día entero de uso normal”, o sea lo mismo que la de un smartphone, quienes las han probado dicen que dura unas 3 horas. Glass se carga a través de un conector micro USB.
Christian me contaba que las gafas llaman mucho la atención en la calle, sobre todo en ámbitos donde hay alta concentración de usuarios de tecnología. En la Apple Store de Barcelona prácticamente se le abalanzaron para tocarlas y la preocupación por la seguridad y los robos fue un tema que apareció repetidamente en la conversación.
Hay un tema serio con la privacidad y ya se relaciona a Glass con el concepto de sousveillance, que es el registro de una actividad por parte de un participante con dispositivos que están en su cuerpo. Todo lo que registras con Glass se comparte casi automáticamente (es extremadamente fácil compartir vídeos, fotos y entrar en un hangout). También te geolocaliza automáticamente, no puedes quitarle la geolocalización a las fotos. Por el momento Google ha vetado la utilización de reconocimiento facial en el dispositivo.
Probablemente será un tema del que oiremos hablar mucho más en relación con Glass, y no es nada exagerado pensar en normas o en una nettiquette de las gafas. Algunas tiendas en Estados Unidos ya han colgado carteles donde prohíben entrar con las gafas de Google.
Qué pienso de las Google Glass
Cuando me quité los Google Glass, pensé “¿Apple no está haciendo nada de esto? ¿De verdad su próxima innovación es un reloj?”. Mi sensación con Google Glass es que simplemente es el próximo gadget y que Google ha dado un gran paso adelante. Podemos tirar todas las pulseritas y relojes inteligentes, ni los móviles nos van a hacer gracia. ¿Por qué vamos a querer estar sujetando un teléfono cuando tenemos toda esa misma información sin mover la cabeza, en la vista?
Como fotógrafa siempre me gustaba pensar un deseo: la capacidad de hacer una foto con un parpadeo, y probando Google Glass he recordado eso.
Como periodista, imagina poder estar hablando con alguien tranquilamente y haciendo una entrevista que está siendo transmitida online, con la tranquilidad que da al entrevistado no ver una cámara o una grabadora. Google Glass puede permitirnos grabar y transmitir de una forma mucho más cercana y “real”.
Poder estar consultando información en internet o en tus notas sin cortar una conversación, sin mirar hacia abajo, sin detenerte. No sé si en 2 o 10 años, pero ganaremos velocidad, ganaremos en interacción, haremos cosas más rápido al mismo tiempo.