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Hollywood acorrala a Mega

Aun no ha cumplido un mes pero Mega ya tiene multitud de enemigos. El nuevo servicio de almacenamiento encriptado de Kim Dotcom, fundador de la Megaupload, está sufriendo presiones desde todos los ámbitos. Incluso en los espacios en los que ni siquiera existe.

Las grandes multinacionales de la comunicación audiovisual están acotando su terreno de actuación, siempre vigilantes. El portal recibió 150 avisos en once días. Aprovechando la legislación de los derechos de autor de Estados Unidos, la conocida como ley DMCA, han creado robots que buscan por la red contenido sospechoso de albergar material con copyright. Siguiendo esta mecánica, Warner Bros. Entertainment o NBCUniversal han pedido en estas semanas a Google que retire varios enlaces a Mega.

El único problema es que Mega no está en Google. Para evitar reclamaciones con buscadores y empresas de dominios alojados en Estados Unidos, los enlaces al portal no aparecen entre lo resultados de las búsquedas. ¿De dónde provienen estas denuncias? De un fallo automatizado y el consentimiento legal.

Las multinacionales pueden poner tantas reclamaciones como deseen, sean acusaciones fundadas o no, y se las mandan directamente a los operadores. En este caso concreto, como recoge TorrentFreak, un robot de Warner Bros. envió a Google varios enlaces que supuestamente conducían a archivos de Mega que contienen películas de su producción. La reclamación no ha tenido efecto, pero anteriormente han provocado el cierre de sitios que no incumplen la normativa.

Google permite consultar el número de peticiones realizadas contra cada página web y qué empresa ha realizado la demanda a través de su informe de transparencia.

El presidente de Gobierno de Nueva Zelanda visita Hollywood

El país que acoge Mega está en el punto de mira. La industria del cine estadounidense recibió recientemente la visita de John Key, Primer Ministro de Nueva Zelanda, y le presionó para conseguir que la legislación de Internet fuese más restrictiva, según recoge un informe difundido por el Partido Verde tras su visita a Hollywood.

El documento se jacta de la “gran influencia en círculos políticos de Washington” que tiene la MPAA (Motion Picture Association of America), el lobby que agrupa a este tipo de compañías, y de cómo ha “moldeado la política comercial de los Estados Unidos para que encaje en sus intereses”.

En el país oceánico la legislación sobre descargas sigue el modelo de tres avisos hasta la sanción cuando alguien descarga contenido con copyright, pero las empresas audiovisuales tienen que pagar por cada uno de esos avisos una cantidad que les parece excesiva. En frente tienen a las teleoperadoras, que argumentan que esos paquetes de datos les producen un coste. Esta pelea entre gigantes está beneficiando a los usuarios, que por el momento se libran de notificaciones masivas.

Desde antes de su creación

La persecución contra Mega no es nueva ni se centra exclusivamente en el trabajo realizado por el equipo de Kim Dotcom. Desde su lanzamiento, diversas agencias y organismos no estatales han presionado también a las compañías que revenden esas cuentas y suscripciones por todo el mundo.

El grupo StopFileLockers, que se autoproclama defensor en la red de los derechos de autor y persigue a las webs que enlacen a contenido descargable con copyright, tardó solo unos días en cribar Internet en busca de enlaces para denunciar a Mega. Incluso antes de su lanzamiento, el fundador de Megaupload denunció públicamente el boicotdenunció públicamente el boicot que las discográficas locales llevaron a cabo presionando a las cadenas de televisión y radio para cancelar las campañas de publicidad acordadas.

Mientras tanto, Mega no para de crecer. Dotcom no ha querido dar cifras pero asegura en Twitter que son increíbles. Tanto que ni él se las cree.