En todo el mundo surgen continuamente nuevas tecnologías con enorme rapidez: los macrodatos, la computación en la nube y la «Internet de las Cosas» se han convertido en realidad. Pero, ¿y nosotros? ¿estamos también preparados? Aunque las nuevas tecnologías digitales no conocen fronteras, nuestras leyes aún sí. Si queremos aprovechar mejor las oportunidades que nos brinda el mercado único digital de Europa, tenemos que establecer sin mayor dilación las nuevas normas en materia de protección de datos. Los ciudadanos y las empresas están a la espera de esta reforma.
A todos nos preocupa la protección de nuestros datos personales: ¿cuántas veces al día se comparten los datos de nuestro teléfono inteligente con fines comerciales? Las empresas también están preocupadas por la seguridad: quieren preservar la seguridad de los datos de sus clientes y mantener la confianza de los consumidores. Solo estas condiciones permitirán que los ciudadanos y las empresas adopten internet y las nuevas tecnologías. Esta es la razón por la que la UE propuso una actualización de las normas de protección de datos de 1995. Se trata de garantizar la seguridad de los datos personales de los europeos en la era digital y lograr las condiciones adecuadas para culminar el mercado único digital, una de las máximas prioridades de la Comisión Juncker.
En marzo de 2014, el Parlamento Europeo respaldó por una mayoría abrumadora el paquete de reforma de la protección de datos de la Comisión. La pelota está ahora en el tejado de los Estados miembros, que ya se han puesto de acuerdo sobre aspectos clave de la reforma. Por ejemplo, las normas de la UE se aplicarán a todas las empresas que ofrezcan productos y servicios a los consumidores europeos, independientemente de que sus servidores se encuentren dentro o fuera de la UE. Ahora debemos concluir con éxito las negociaciones antes de que finalice 2015.
Nuestra reforma de la protección de datos incluye propuestas de nuevas normas para las autoridades judiciales y policiales a la hora de intercambiar datos en toda la UE. Se ha de resaltar la oportunidad de esta propuesta, en particular a la vista de los recientes ataques terroristas de París. Me gustaría que continuásemos e intensificásemos nuestra cooperación de cara al cumplimiento de la ley. A tal efecto, unas normas sólidas de protección de datos fomentarán una cooperación más eficaz, basada en la confianza mutua.
En un mundo cada vez más conectado, es fundamental garantizar el derecho a la protección de los datos, también fuera de Europa. Estoy decidida a velar por que nuestro acuerdo de «puerto seguro» con los Estados Unidos (que permite la transferencia de información comercial de empresas de la UE a empresas de los EE.UU. que respeten determinadas normas de protección de datos) sea realmente seguro. También voy a continuar las negociaciones con los EE.UU. en materia de normas de protección de datos para los intercambios de datos por parte de las autoridades policiales. A este respecto, los ciudadanos de la UE también deben poder hacer valer los derechos de protección de datos ante los tribunales de los Estados Unidos.
La seguridad y las oportunidades de negocio no deben lograrse en detrimento de los derechos fundamentales, sino que deben ir de la mano. La reforma de la protección de datos debería lograr un equilibrio adecuado: proteger y capacitar a los ciudadanos para gestionar sus datos personales, preservando al mismo tiempo la libertad de expresión y de los medios de comunicación, y creando unas condiciones previsibles para las empresas en el mercado único digital.
Tenemos que concluir rápidamente las negociaciones en curso sobre este proyecto de reforma y empezar a aplicar las nuevas normas. ¡Ahora es el momento!