En unos pocos años, Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos, ha dado un fuerte impulso a un sector que nunca había acabado de despegar. En 2014 vendió 33.000 coches y, pese a ser menos unidades de las previstas, ha conseguido una de las claves para vender de forma masiva: ponerse de moda, al menos en Estados Unidos. Y entre su público, pues los modelos que Tesla ha comercializado hasta ahora no bajan de los 75.000 dólares.
Mientras, los fabricantes tradicionales de automoción se suman poco a poco al coche eléctrico, pero el sector también tiene abiertas las puertas a nuevos actores. Uno de ellos se está cocinando en España y su concepto recuerda al de Tesla. Se trata de Velántur Cars, una empresa que se ha marcado como objetivo lanzar a finales de 2016 un vehículo eléctrico de gama alta.
Ya han construido dos prototipos completos y el desarrollo está listo a falta de dar algunos retoques. La autonomía del vehículo estará por encima de los 300 kilómetros (la del Tesla Model S está por encima de los 400 km, mientras que la del Nissan Leaf, uno de los eléctricos más populares, no llega a 150 km).
“Queda completar el desarrollo, quedan ensayos, homologaciones, certificaciones y después procederemos a todo lo que es la industrialización y a lo que es la red comercial”, apunta Miguel Ángel Carrero, director general de Jofemar, una de las dos empresas que participan al 50% en Velántur Cars. La otra es Retrofactory, heredera de Hurtan, una firma que fabrica coches clásicos hechos a medidas de los clientes.
Ambas compañías han unido sus fuerzas para crear Velántur Cars y desarrollar un tipo de coches eléctricos exclusivos. “Se dirige a un público que busca productos exclusivos, que busca diferenciarse del resto de compradores con un producto adaptado a sus necesidades. La idea es ocupar un nicho de mercado que creemos que no existe, que llamamos el ecolujo. Es un sector de vehículos sostenibles pero para clientes que demandan una personalización y una exclusividad mayor”, señala Carrero.
La apuesta por el ecolujo
ecolujoRetrofactory proviene de Hurtan, que cuenta con más de una década de experiencia en la fabricación de coches clásicos artesanales, con diseño inspirado en los modelos de los años 40 y 50. La empresa notó que cada vez más sus clientes demandaban vehículos eléctricos y hace unos tres años contactó con Jofemar, unas de las pocas compañías que hacía transformaciones de vehículos de combustión a eléctricos, con el fin de explorar la posibilidad de un nuevo tipo de automóvil.
Así surgió una idea en la que Jofemar se ha ocupado de la parte eléctrica del coche, desde la batería, el motor eléctrico o la transmisión hasta la electrónica, y Retrofactory ha cubierto la mecánica, el chasis, la carrocería y todos los elementos clásicos de un automóvil, tales como la suspensión o la dirección.
El producto resultante no será económico, pero los creadores del proyecto tienen claro su objetivo y no les preocupa. “Si miramos las estadísticas el sector del lujo es un sector que está en permanente crecimiento. Aquí siempre hay demanda de productos diferenciados. No es un mercado masivo, por supuesto, por eso las unidades van a ser más limitadas que las de una marca generalista”, comenta Carrero, antes de añadir que la compañía también pretende expandirse fuera de las fronteras nacionales.
El plan de la compañía es atacar el mercado nacional durante un año aproximadamente y, a partir de ahí, saltar a otros mercados que aún están por definir. Aseguran que Estados Unidos es un mercado objetivo, aunque la competencia allí será feroz.
De lo que Velántur Cars sí se podrá aprovechar en Estados Unidos será de las estaciones de carga rápida, que Tesla, otros fabricantes y algunas instituciones están sembrando en algunas zonas del país. La situación en España no es ni mucho menos comparable. “No hay suficientes estaciones de carga todavía, pero las perspectivas son que a medida que se vaya desarrollando el mercado del vehículo eléctrico se desarrolle también en paralelo la infraestructura de recarga”, indica Carrero.
El coche de Velántur tendrá un sistema de carga para enchufarlo a la red doméstica y otro destinado a las estaciones de carga rápida. Desde la compañía confían en que sean gestores de recarga privados, como Ibil, las compañías eléctricas o redes de gasolineras las que se ocupen de instalar esta infraestructura. No tienen contemplado seguir el modelo de Tesla, que construye su propia red de estaciones, aunque tampoco lo descartan categóricamente.
Otro de los aspectos de los que se ha beneficiado Tesla en Estados Unidos son los incentivos a la compra de coches eléctricos. En España hay previstos 7 millones de euros en incentivos para el año 2015. El modelo de Velántur entra en la categoría que más se incentiva (los que tienen una autonomía de más de 90 km), cuyos compradores se beneficiarán de una subvención de 6.000 euros. En todo caso el presupuesto para este tipo de ayudas se ha reducido con respecto a 2014, cuando el plan MOVELE estaba previsto con 10 millones de euros.
En Velántur explican que apenas prestan atención a este tipo de subvenciones de carácter variable. “Por las características del producto y por el mercado al que va dirigido no es una razón que veamos importante el que esté incentivado. Pero si en el futuro, cuando empecemos a comercializar el vehículo existen ayudas a la compra de vehículos eléctricos por supuesto que nuestras ventas se verán favorecidas”, razona Carrero. Entre los beneficios que tiene la compra de un eléctrico también está el que se encuentra exento del impuesto de matriculación, que se estipula en función de las emisiones.
Uno de los aspectos que aún están por definir es parte de la electrónica. El modelo de Velántur será un coche conectado, pero la compañía aún no ha decidido con qué software trabajará. Afirman que cuentan con proveedores de automoción de primer nivel para cubrir este campo y hacen hincapié en que el vehículo incorporará las tecnologías más avanzadas.
Imagen: Redcorn Studios [Matt]