Las operaciones de la planta nuclear de Fukushima, que en marzo de 2011 vio cómo tres de sus seis reactores quedaban afectados por el tsunami que asoló a la región, corren a cargo de la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco), la mayor eléctrica del país. Una reciente auditoría ha descubierto que la empresa trabaja con 48.000 PC que aún usan Windows XP.
Microsoft dio por finalizado el soporte a este sistema operativo en abril de 2014. Aunque la compañía seguirá lanzando parches antimalware hasta julio de este año, el riesgo de seguridad no se puede pasar por alto. Esta ha sido la conclusión de la Board of Audit de Japón, un organismo que dispone de independencia para vigilar las finanzas del Gobierno nipón y sus agencias estatales.
Tras el desastre de Fukushima, la Tepco afronta compensaciones millonarias y un programa de limpieza igualmente costoso. El diario nipón The Japan Times apunta que la compañía eléctrica tenía la intención de ahorrar 3.600 millones de yenes (unos 27,8 millones de euros) dando continuidad a los 48.000 ordenadores con Windows XP hasta el 2018.
Un portavoz de Tepco, en cambio, ha señalado que la compañía ha tomado esa decisión por propia iniciativa, justificando el retraso de la migración por motivos de seguridad. Desde la Board of Audit aconsejan colocar la actualización de software como primera prioridad, sin dejar de mencionar el riesgo de otro desastre nuclear.
La ciberseguridad de la compañía y, por ende, la de la planta nuclear de Fukushima se pueden ver comprometidas por el uso de equipos con un sistema operativo obsoleto, como es Windows XP. “La actualización del sistema operativo tiene que hacerse lo antes posible y la firma no debería retrasarlo dados los riesgos de seguridad”, han puntualizado desde la Board of Audit.
Sin embargo, una migración de esta envergadura no es una tarea sencilla. El número elevado de ordenadores se une a la circunstancia de que Tepco opera infraestructuras críticas, como es la central de Fukushima, pero también plantas hidroeléctricas y otras termoeléctricas. Este tipo de instalaciones, que se consideran clave para el desarrollo del devenir cotidiano de un país, cuentan con sistemas complejos, donde la seguridad es una de las piezas clave.
Una actualización del sistema operativo en organizaciones como Tepco suele ser lenta, con una planificación a largo plazo. Aunque Microsoft llevaba tiempo avisando del fin de soporte a Windows XP, muchas empresas no han querido oír las recomendaciones o no lo han visto lo suficientemente claro como para hacer la migración. De hecho, según Statcounter, el 9,97% de los ordenadores sigue usando la versión XP en la actualidad. Otras mediciones dan a la anticuada versión de Windows una cuota aún mayor. Las cifras de Netmarketshare indican que un 16,9% de los PC siguen anclados en este sistema.