Egipto se venga del movimiento #MeToo deteniendo a nueve jóvenes tiktokers por sus bailes “contra los valores familiares”
Nueve jóvenes influencers han sido detenidas en Egipto acusadas de vulnerar “los valores familiares y sociales” en la red social TikTok. Los arrestos, amparados por la ley de ciberseguridad del país, llegan justo cuando el movimiento #MeToo ha ganado una mayor relevancia en Egipto, donde muchas mujeres se han sumado a la ola de denuncias de abusos y violaciones.
Las situación ha sido denunciada por plataformas como Access Now, que señala que la policía “está apuntando a las mujeres en las redes sociales de entornos socioeconómicos más bajos”. Entre las detenciones está Manar Samy, madre de un niño de tres años, Menna Abdelaziz, de 17 años y que publicó un contenido detallando haber sufrido una violación, así como otras estudiantes.
La serie de arrestos tienen su origen en el caso de Haneen Hossam, una estudiante e influencer en TikTok que, bajo el mismo pretexto, fue condenada en abril a dos años de prisión y a pagar una multa de 300.000 libras egipcias (unos 16.000 euros). Hossam está pendiente de su apelación por la vía judicial, pero otras seis jóvenes ya han recibido penas de prisión y el resto se encuentran a la espera de la condena.
Detenciones bajo la ley de ciber seguridad
Las detenciones se han realizado bajo el precepto de la ley de ciberseguridad egipcia. La norma, que permite al Gobierno monitorizar y decidir qué se publica en Internet y qué no, se ha valido de la vaguedad de un término como “los valores familiares y sociales de Egipto” para condenar los bailes, vídeos y demás contenidos que las nueve jóvenes han venido publicando en los últimos meses.
Sienta “un peligroso precedente”, avisa Access Now, que señala que “no es casualidad que la mayoría de arrestados con estos cargos sean mujeres”. Sus publicaciones denunciaban, en algunos casos, agresiones y violaciones de un país cuya población femenina en su práctica totalidad (99%) ha sufrido o sufre abusos sexuales, según un informe de Naciones Unidas de 2013.
La revolución digital del #MeToo
Frente a un contexto que convierte a El Cairo en la gran ciudad más peligrosa para las mujeres, el movimiento feminista egipcio se agrupó y comenzó a denunciar a principios de este año y a través de las redes sociales abusos, violaciones y, en definitiva, toda violencia sistémica contra las mujeres.
Una de las cuentas más activas, Assault Police en Instagram, se ha establecido como un punto de encuentro y altavoz para más de un centenar de denunciantes que emplean la plataforma para señalar a violadores por todo el país. “Pedimos ser escuchadas... solo estamos usando las herramientas que tenemos, prestando nuestras voces para crear un cambio”, asegura una de las coordinadoras de la cuenta y activista Sabah Khodir.
Egipto no criminalizó el abuso sexual hasta 2014 y, actualmente, los procesos judiciales que llevan a condenas por violación son extremadamente complejos. Las redes sociales y el empoderamiento del movimiento #MeToo en el país ha llevado a las víctimas a denunciar sabiendo que su testimonio, finalmente, tiene un impacto real. El pasado mes de julio, la denuncia de cuatro mujeres a través de Instagram llevó a la detención de un hombre acusado de chantajear y abusar sexualmente de varias jóvenes. “Este es el inicio de una oportunidad (para el cambio) que debemos aprovechar”, relataba el abogado Tarek Elawady a Reuters.
La respuesta de las autoridades egipcias ha sido, por el momento, encarcelar y juzgar a jóvenes influencers por aquello que publican en Internet para defenderse de su discurso contra los abusos y la violencia machista. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos en la red llaman a aumentar la presión internacional sobre estos casos para impedir que sirvan como escarmiento.
3