La portada de mañana
Acceder
Feijóo y Ayuso, aliados contra el fiscal general
EXCLUSIVA | 88 millones de RTVE para el cine español
OPINIÓN | 'Lo diga el porquero o el rey', por Elisa Beni

Elon Musk demora su dimisión tras avisar de que “Twitter va directo a la quiebra”

Elon Musk prometió que “atendería los resultados” de la encuesta que hizo entre los usuarios de Twitter en la que preguntó si “debería dimitir como jefe” de la red social. El resultado fue que el 57% de los 17,5 millones de participantes le pidió que se marchara. Aún es una incógnita si el multimillonario cumplirá su palabra, si optará por nombrar a un director ejecutivo que le consulte todas sus decisiones o si simplemente, se irá cuando lo considere. Esto último dejaría su encuesta en trampantojo, ya que Musk siempre avisó que su período al frente de la red social sería corto. “Espero reducir mi tiempo en Twitter y encontrar a otra persona que dirija Twitter con el tiempo”, dijo ante un tribunal en noviembre.

Más de 36 horas después de la finalización de la votación, el dueño de la red social no había tocado el tema de que los usuarios le han dicho que no lo quieren al frente, a pesar de que había continuado con su frenética actividad en la plataforma. Finalmente ha roto su silencio anunciando que dilata su salida: “Dimitiré como director general en cuanto encuentre a alguien lo bastante tonto como para aceptar el puesto. Después, me limitaré a dirigir los equipos de software y servidores”.

Musk había llegado a coquetear con la idea de impugnar su salida. Ha comentado varias publicaciones que denuncian la supuesta intervención de enjambres de bots en la encuesta sobre su dimisión. La manipulación artificial de sus votaciones es algo que él ya conocía y de lo que habló en pasadas ocasiones en las que preguntó a los usuarios sobre las políticas de la plataforma. “¡El ataque de los bots está siendo impresionante!”, reconoció en el más trascendental de esos sufragios: el que le devolvió la cuenta a Donald Trump. “Deja algunas lecciones interesantes limpiar futuras encuestas”, dijo después.

El multimillonario ha hablado incluso de futuras acciones que piensa tomar en la compañía, como hacer que las encuestas sean exclusivas para usuarios de pago. “Buen punto. Twitter hará ese cambio”, ha contestado este martes a un usuario que lo sugería. Este ni siquiera contestaba a un tuit suyo sino a un hilo conspiranoico publicado por Kim Dotcom (el fundador de Megaupload) en el que asegura que Musk perdió la votación sobre su dimisión porque es “el máximo enemigo del Estado profundo” de EEUU, que “maneja el ejército de bots más grande de Twitter”.

Twitter necesita dinero

Existe otro rastro de lo qué está haciendo Musk en las últimas horas aparte de su actividad en Twitter. Todo apunta a que quiere dejar un asunto cerrado antes de salir de la primera línea. Múltiples inversores que le ayudaron a completar los 44.000 millones de dólares que le costó comprar la empresa (el magnate puso de su bolsillo aproximadamente la mitad) han revelado que el empresario y su equipo los han contactado en las últimas horas para intentar que pongan más dinero.

Este movimiento se inició la semana pasada, antes de que las dos crisis consecutivas desatadas por el magnate en Twitter le llevaran a hacer la encuesta de popularidad que terminó perdiendo. “Todo se ha hecho anárquicamente y a lo bruto”, ha afirmado el asesor de inversiones Ross Gerber, que invirtió en la operación de Twitter en octubre y ha confirmado al Financial Times que ha recibido la nueva oferta de inversión de Musk. “Lo están haciendo porque se han quedado sin dinero. No creo que [Musk] esperara una caída tan grande de los ingresos”, revela

Al margen de las polémicas desatadas dentro de la plataforma, Musk también está teniendo problemas con su plan económico para Twitter. Su intento de aumentar los ingresos con una suscripción con servicios “premium” por 8 dólares al mes no ha cuajado por el momento. Pero sí está quemando dinero a marchas forzadas (se comprometió a pagar tres meses de sueldo a los 3.700 trabajadores despedidos) y perdiendo los ingresos que ya tenía la red social (los grandes anunciantes lo han abandonado, una fuente de financiación que le daba a la compañía unos 5.000 millones de dólares al año).

Esto es algo que ha reconocido el propio Musk, aunque coloca el inicio de estos problemas antes de su entrada en la compañía en octubre. “Hay que invertir los ahorros de toda una vida en Twitter, que va directo a la quiebra desde mayo. ¿Aún quieres el trabajo?”, contestó a uno de los muchos usuarios que se propuso como nuevo director ejecutivo.

“La cuestión no es encontrar un CEO, la cuestión es encontrar un CEO que pueda mantener Twitter con vida”, le decía a otro. “Nadie que realmente pueda mantener Twitter con vida quiere el trabajo. No hay sucesor”, le insistió a otra cuenta que opinaba que el empresario ya tenía elegido un sustituto antes de publicar la encuesta sobre su dimisión.

Puede que Musk haya saltado de polémica en polémica en su etapa al frente de la empresa, pero lo que parece claro para los analistas es que pocos podrían cerrar la nueva ronda de financiación mejor que él. “Musk siempre ha sido bueno en la captación de capital: tiene la habilidad de inspirar a los inversores para que compren acciones de sus empresas a valoraciones antieconómicamente altas, y la crueldad de hacer la oferta una y otra vez”, ha apuntado Matt Levine, uno de los especialistas en economía digital más reputados de Wall Street.

Sus planes

Según han revelado los inversores que han recibido la oferta de Musk para volver a financiar Twitter, este les ha adelantado que el nuevo capital se utilizará para financiar “una gran oleada de contrataciones” y su plan de convertir la plataforma en una “súper app”. Este último consiste en añadir múltiples funciones a Twitter además de la de red social, como la posibilidad de realizar pagos (Musk es cofundador de Paypal).

Las filtraciones señalan que, aunque salga de la primera línea, Musk seguirá siendo quien decida los próximos pasos de Twitter. Se trata de un rol que suele asumir en el resto de sus empresas, donde solo adquiere un papel protagonista en períodos determinados. Sus empleados denuncian que es común que pase largos períodos “ausente”. En este momento, Musk es director ejecutivo de Twitter, director general de Tesla, copresidente de SolarCity (subsidiaria de Tesla especializada en energía solar), director general de SpaceX, copresidente de OpenAI (que acaba de presentar la inteligencia artificial ChatGPT), copresidente de Neuralink (la empresa de implantes cerebrales) y director general de The Boring Company (de túneles).