La portada de mañana
Acceder
Aldama zarandea al PSOE a las puertas de su congreso más descafeinado
Corazonadas en la consulta: “Ves entrar a un paciente y sabes si está bien o mal”
OPINIÓN | Días de ruido y furia, por Enric González

La empresa de chips cerebrales de Elon Musk muestra a un hombre moviendo el cursor con la mente

Neuralink, la empresa fundada por Elon Musk que investiga vías para hacer que las personas controlen dispositivos electrónicos con su mente, presentó este miércoles la primera demostración práctica de uno de sus desarrollos. Lo hizo en un vídeo en directo a través de X (antes Twitter, también propiedad de Musk) en el que mostró a un voluntario moviendo el cursor de un ordenador a través de un chip desarrollado por la empresa que fue implantado en enero en su cerebro.

El hombre se presentó como Noland Arbaugh y es el primer sujeto que recibe uno de estos chips. Tiene 29 años y se encuentra paralizado de hombros para abajo desde hace ocho años por un accidente de buceo. En la demostración, que consistió en un vídeo de 9 minutos, Arbaugh explica que puede mover las fichas de una partida de ajedrez digital o jugar al videojuego Civilization gracias al dispositivo de Neuralink implantado en su cerebro.

“Simplemente no puedo describir lo genial que es poder hacer esto”, expresa el joven en el vídeo: “Si podéis ver el cursor moviéndose por la pantalla, soy yo”.

“La cirugía fue súper fácil. Literalmente me dieron de alta del hospital un día después”, comentó. El implante se introduce en la cabeza del sujeto a través de un robot quirúrgico desarrollado por la propia empresa y es indetectable una vez colocado, presume Neuralink, que defiende que los sujetos no sufren ningún otro deterioro cognitivo.

En una publicación en la misma red social, Elon Musk denominó al sistema “telepatía”. “Puede controlar un ordenador y jugar a videojuegos tan solo pensando”, publicó en referencia a la retransmisión en directo en la que Neuralink mostró los avances de Arbaugh. El magnate fundó la empresa en 2016 y desde entonces ha estado defendiendo su potencial para crear un “interfaz cerebro-máquina” que permita que los dispositivos reconozcan las señales cerebrales y reaccionen a ellas.

La empresa ha sido habitualmente criticada por científicos y animalistas durante años. Los primeros la han atacado por su falta de transparencia al no hacer públicos los resultados de su trabajo durante estos años, así como de “vender humo”: “Neuralink sólo destina fondos a implantes que, siendo realistas, nunca serán utilizados por el paciente medio con discapacidad si no se producen cambios estructurales en nuestros sistemas sanitarios”, criticó en neurocientífico James Wu en otra publicación de Twitter que se hizo extremadamente viral.

Grupos y asociaciones animalistas han denunciado por su parte que la empresa ha estado haciendo pruebas con simios durante años, provocándoles “extremo sufrimiento”. En 2021, Neuralink publicó un vídeo de mono jugando al pong a través de un chip implantado en su cabeza. Una investigación de Wired reveló el año pasado que varios de los monos que fueron sujetos de pruebas murieron durante el proceso.

Durante el vídeo, Arbaugh reconoce que ha tardado bastante tiempo en aprender a controlar el interfaz que debe leer sus órdenes cerebrales y transmitirlas al ordenador. Por ello, avisa que lo mostrado es solo “el primer paso”. “No quiero que la gente piense que este es el final del viaje. Hay mucho trabajo por hacer”, dijo durante la retransmisión, “pero ya ha cambiado mi vida”.

Controlar la tecnología cerebral

Neuralink no es el primer ni único proyecto que ha presentado avances de este tipo. Diversos estudios han mostro que las interfaces cerebro-máquina permiten una comunicación más efectiva e incluso un control preciso de dispositivos externos. Además, se están aplicando en campos médicos para ayudar a personas con discapacidades físicas, así como en neuroprótesis y rehabilitación. También existe un creciente interés en aplicaciones comerciales, como el control de videojuegos y la mejora del rendimiento cognitivo, junto con su integración en entornos de realidad virtual y aumentada.

Para controlar y vigilar este tipo de tecnologías, el Gobierno presentó en 2021 su intención de impulsar un Centro Nacional de Neurotecnología para investigar este tipo de desarrollos. La institución, también conocida como Spain Neurotech, tendrá Madrid como sede y el apoyo de expertos como Rafael Yuste, uno de los más prestigiosos neurocientíficos del mundo.