En la oferta pública de servicios de CLS Strategies, con sede en Washington, están las campañas para mejorar la imagen o reputación de sus clientes, la gestión de crisis, el diseño de hojas de ruta para que empresas o sindicatos logren cambios legislativos acordes con sus intereses o la asesoría de comunicación en redes sociales. Para clientes especiales como la oposición venezolana, la mexicana o los partidarios del golpe de Estado que derrocó al Gobierno de Evo Morales en Bolivia, CLS Strategies también tiene disponible otro catálogo de tácticas de “guerra sucia” y operaciones de desinformación en redes sociales para manipular la opinión pública.
El último informe de Facebook sobre actividad fraudulenta en su plataforma detalla los servicios ocultos que CLS Strategies desarrolló en estos países sudamericanos. Entre ellos se encuentra la “amplificación” artificial de los mensajes y eslóganes de sus clientes, “la creación de páginas que se hacían pasar por medios de comunicación independientes, organizaciones de la sociedad civil y páginas de fans políticas” o la distribución de ganchos para sacar a los usuarios de la plataforma y llevarlos a sitios web bajo su control.
Para lograrlo, la compañía de Washington creó una red de cuentas falsas en Facebook e Instagram que fingían ser “ciudadanos locales” de Venezuela, México y Bolivia para “confundir a la gente sobre quién estaba detrás de estas actividades”. “Algunas de estas páginas se hicieron pasar también por partidos políticos, incluyendo el uso de errores tipográficos para engañar a las personas y hacerles creer que era auténticas”, recoge el informe de Facebook. La red social ha eliminado 55 cuentas y 46 páginas falsas que fueron creadas en Facebook y otros 36 perfiles fraudulentos en Instagram que participaron en estas actividades. Su investigación ha hallado “vínculos con CLS Strategies” en todas ellas, lo que atenta contra las normas sobre “injerencia extranjera” en la plataforma.
La firma de Washington había conseguido una audiencia considerable para “su red tóxica”: más de medio millón de personas seguían a una o más de esas páginas que simulaban ser medios informativos, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil o páginas de seguidores de determinados políticos. En Instagram, al menos 43.000 usuarios seguían a uno o más de esos perfiles impostores. Para lograr estas cifras la red gastó 3,6 millones de dólares en publicitarse con las herramientas de Facebook, “pagados principalmente en dólares americanos”.
A favor del golpe en Bolivia y de la oposición en Venezuela y México
Facebook detalla que la actividad principal de las cuentas falsas estaba centrada en Venezuela, con ramificaciones en México y Bolivia. “Esta actividad parecía centrarse en los eventos públicos y las elecciones en sus países objetivo. Las personas que llevaron a cabo esta actividad publicaron noticias y comentaron sucesos de actualidad relacionados con la política y los representantes públicos, las elecciones o las crisis”, se lee en el informe de la red social. En Venezuela la red fraudulenta apoyaba a la oposición y criticaba a Nicolás Maduro y al régimen chavista; en México, los ataques se dirigían contra el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que lidera el presidente Andres Manuel López Obrador; mientras que en Bolivia su misión era apoyar al Gobierno salido del golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales.
El objetivo era generar desafección en los simpatizantes de sus rivales y dar una imagen de caos. “En Bolivia no aceptamos capos ni cobardes”, rezaba un vídeo publicado por la página “Bolivianas Libres”, creada desde Washington por CSL Strategies y que señalaba como “capos promotores de malas andanzas” a los miembros del Gobierno de Evo Morales.
“El #TSJ [Tribunal Supremo de Justicia] nombró la semana pasada a los nuevos rectores del #CNE [Consejo Nacional Electoral] saltándose a la torera la Constitución de la República, donde se indica en detalle cómo la #AN [Asamblea Nacional] es la institución designada para esta tarea. Un claro ejemplo de cómo #Maduro controla los poderes en #Venezuela. ¿Qué eres capaz de hacer para que se respeten las leyes en Venezuela?”, se lee en otra de las publicaciones que ha revelado Facebook como ejemplo de las acciones de la red. El texto acompaña a un Nicolás Maduro caricaturizado con tres cabezas.
CLS Strategies firmó contratos con el gobierno resultante del golpe de Bolivia
Juan Cortiñas, directivo de CLS Strategies, no ha negado la implicación de su empresa en la red fraudulenta eliminada por Facebook. Al contrario, en un comunicado enviado a elDiario.es, Cortiñas parece achacar a un cambio de políticas por parte de la red social la aparición de su consultora en el informe sobre manipulación. “CLS Strategies tiene una larga tradición de trabajo internacional, también en los medios de comunicación social, para promover elecciones libres y abiertas y para oponerse a regímenes opresivos, y nos tomamos en serio nuestro compromiso de adherirnos a las rápidamente cambiantes políticas de rápida evolución de Facebook y otras plataformas de medios de comunicación social”, se afirma en dicho comunicado.
Cortiñas, ex jefe de prensa de una diputada del partido republicano de EEUU, se ha negado a contestar a las preguntas de este medio sobre los clientes que contrataron estos servicios de “guerra sucia” en las redes sociales de los países latinoamericanos, así como cuál fue su inversión total, teniendo en cuenta que solo en su promoción CLS Strategies invirtió 3,6 millones de dólares. Sí ha querido recalcar que Facebook no ha bloqueado todas las actividades de la consultora a raíz de descubrir estas acciones, como ha hecho con otras compañías cuyo método de negocio se basaba en la manipulación.
La aparición de CLS Strategies como autora de una operación de intoxicación coincide en el tiempo con la publicación de unos contratos que firmó con el gobierno resultante del golpe en Bolivia para “lavar su imagen”, como han recogido varios medios latinoamericanos este agosto. La consultora habría cobrado unos 90.000 dólares por llevar a cabo este trabajo durante tres meses, desde diciembre de 2019 hasta marzo de 2020.
Esta campaña para mejorar la reputación del golpe que sacó a Morales de Bolivia y el Gobierno interino posterior se sumaría a otra, documentada por elDiario.es, que tuvo lugar a partir de noviembre de 2019. Este medio detalló cómo decenas de miles de nuevas cuentas de Twitter fueron creadas los días en los que la oposición del país amenazaba al mandatario con recrudecer la violencia en las calles. Su misión era lanzar mensajes hacia el exterior, empleando bulos y desinformación para influir en la opinión pública internacional.