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La Eurocámara, dividida sobre el filtro de copyright para todo lo que se suba a la red

El próximo 20 y 21 de junio la Eurocámara votará sobre su posición en la reforma de la directiva del copyright que se fragua en Bruselas desde 2016. Desde que se hizo pública, la propuesta legislativa de la Comisión Europea ha suscitado protestas de grupos de defensa de los derechos digitales de toda Europa. Las críticas giran alrededor de dos aspectos del texto que, esgrimen, podrían terminar con el Internet que conocemos: la primera es el filtro anti-violaciones de copyright que propone para todas las plataformas digitales que permitan la subida de contenidos de los usuarios a la red. La segunda, un canon AEDE a nivel europeo: una tasa al linkado de contenidos periodísticos en la red que iría a parar a los bolsillos de los editores.

La deliberación tendrá lugar en el seno del Comité de Asuntos Jurídicos del Parlamento y deberá ser ratificada posteriormente por el Pleno. “Después de eso, los ciudadanos tienen muy pocas posibilidades de influir en el proceso”, ha advertido Julia Reda, la eurodiputada pirata que elaboró el dictamen inicial del Parlamento sobre cómo modernizar la actual normativa (que data de 2001). Un dictamen que más tarde la Comisión Europea desoyó para defender las tesis de las entidades gestoras de derechos de autor como la SGAE.

Reda está en lo cierto: una vez que el Parlamento Europeo defina su posición final sobre la directiva propuesta darán comienzo los denominados trílogos. Se trata de negociaciones a tres bandas entre la Eurocámara, el Consejo Europeo y la Comisión, que se desarrollan a puerta cerrada. El texto resultante de esas conversaciones opacas será sometido de nuevo a votación del Parlamento.

El primer paso de ese camino se dará el 20 de este mes en el Comité de Asuntos Jurídicos. Los eurodiputados del Comité a favor y en contra de la directiva suman casi los mismos votos, pero hay un buen porcentaje de ellos que se han mostrado indecisos. Entre ellos hay miembros de casi todos los grupos: Emil Radev, József Szájer, Francis Zammit y Tadeusz Zwiefka del PP Europeo; Sylvia Kaufmann, Erico Gasbarra y Mady Delvauz del Grupo socialista; el liberal Antonio Marinho y el independiente Pavel Svoboda.

La campaña Save Your Internet, integrada por 25 organizaciones europeas de defensa de los derechos digitales, está impulsando una acción para que los ciudadanos hagan saber su opinión a estos diputados. Ofrecen llamadas gratuitas y una lista de argumentos para instar a los eurodiputados a votar contra el filtro de contenidos y la tasa por enlazar contenidos periodísticos. Han preparado una “tormenta de llamadas” para este martes 12 de junio.

Un filtro inteligente que en el fondo es tonto

El texto propuesto por la Comisión Europea tenía el objetivo principal de crear un canon AEDE a nivel europeo, una tasa que además de España, también ha instaurado Alemania. El anterior comisario de Economía y Sociedad Digitales, el alemán Günther Oettinger, es muy cercano al gran grupo editor germano Axel Springer, que impulsó la medida en su país y ahora quiere lograr una similar a nivel comunitario aprovechando la reforma de la directiva europea de copyright.

El problema es que, además de esa tasa, la propuesta de la Comisión incluía el filtro de copyright para todos los contenidos que se suban a la red. Ese filtro ya está instaurado en plataformas como Youtube y ha demostrado que es propenso a equivocarse demasiado a menudo: ha confundido un gato que ronronea con contenido protegido de EMI, censurado una clase sobre copyright de Harvard en la que el profesor puso como ejemplo fragmentos de canciones protegidas, o retirado vídeos de videojuegos antiguos porque habían sido utilizados en la serie Padre de Familia y el filtro los reconoció posteriormente como contenido protegido por los derechos de autor de Padre de Familia.

Los críticos con el filtro advierten que el algoritmo de filtrado (al que ya se conoce como la Máquina de la Censura) no es tan inteligente como para discernir todas las creaciones humanas. Además de los fallos comentados, alegan que pone en riesgo la parodia, la remezcla de contenidos, los memes, los gameplays de videojuegos, el versionado de canciones o los cosplays. Todas ellas son susceptibles de ser identificadas por el filtro como usos no autorizados de contenidos protegidos por los derechos de autor, pese a que son contenidos que no se consideran lesivos para los intereses de los creadores originales.