Facebook ha admitido que su plataforma tuvo un papel clave en la difusión de la violencia étnica contra los rohingya en Myanmar. La red social se ha visto obligada a ello después de que un informe independiente que encargó a una ONG de San Francisco arrojará los mismos resultados que adelantó el pasado marzo la ONU. “La situación del discurso de odio e incitación a la violencia en los medios sociales es desenfrenada, especialmente en Facebook”, denunciaron los investigadores de Naciones Unidas enviados al país del sureste asiático.
Tras recibir el informe de la ONG, Facebook ha emitido un comunicado pidiendo disculpas. La red social intenta dejar claro, no obstante, que ya ha implementado cambios para corregir la situación. “El informe concluye que, antes de este año, no estábamos haciendo lo suficiente para evitar que nuestra plataforma se use para fomentar la división e incitar a la violencia offline. Estamos de acuerdo en que podemos y debemos hacer más”, recoge el comunicado, firmado por el responsable de políticas de producto de Facebook, Alex Warofka.
La ONU ha denunciado que la violencia contra los rohingya ha provocado que 700.000 personas se vieran obligadas a huir de sus casas. Un informe independiente de académicos de Australia, Noruega, Bangladesh, Canadá y Filipinas pone la cifra de asesinados en 25.000. Además, apunta que otras 19.000 mujeres y adolescentes de esta etnia fueron violadas y hasta 48.000 han sufrido heridas de bala.
La red social afirma que el informe de la ONG cita “el complejo contexto social y político en Myanmar”. Enumera que no se respetan los derechos humanos básicos y en la sociedad ya existía una tensión cultural, religiosa y étnica antes de que Facebook se expandiera por el país. “Facebook solo no puede lograr los cambios generales necesarios para abordar la situación de los derechos humanos en Myanmar”, señala el comunicado, citando el estudio de la ONG.
Extensión de Internet por el país
Tanto esta organización como Facebook señalan que la rápida conexión a Internet de los ciudadanos de Myanmar contribuyó a que las llamadas masivas a la violencia contra los rohingya se hicieran incontrolables. Lo que no cita es que fue una estrategia empresarial de la red social la que contribuyó a que el país pasara de tener menos de un 1% de población conectada en 2014 a ser el que más usuarios de Facebook tenía de todo el sureste asiático en 2016.
Fue el plan de Mark Zuckerberg para llevar Internet a los países desconectados, presentado en 2013. Facebook llegó a acuerdos con múltiples gobiernos y teleoperadores para instalar servicios de Internet gratuitos que tuvieran la app de la red social como servicio estrella. La aparición de estos servicios sin coste extendió la conectividad a muchos países, que aumentaron vertiginosamente sus porcentajes de usuarios de Facebook.
Esto no tuvo una correlación por parte de la compañía a la hora de implantar estructuras para controlar los contenidos que se publicaban en la plataforma. Tras el informe de la ONU, Facebook reconoció que en las primeras etapas del conflicto no tenía las herramientas ni el personal necesarios que detectar el discurso de odio en birmano, el idioma oficial de Myanmar.
Su papel en el genocidio del país asiático es solo una de las causas que han provocado que parlamentos de todo el mundo exijan explicaciones a la compañía este 2018. Al escándalo sobre manipulación electoral que llevó a Zuckerberg al Congreso y Senado de EEUU y al Parlamento Europeo, se han sumado ahora las cámaras de Reino Unido y Canadá.
Por primera vez en la historia, diputados de ambas países han organizado una sesión conjunta para investigar a la red social y han instado a Zuckerberg a declarar. Parlamentarios de Argentina, Australia e Irlanda han solicitado participar en esta sesión extraordinaria, que se celebrará el 27 de noviembre en el el Palacio de Westminster (Londres).