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Fracasa la misión del satélite español 'Ingenio' tras desviarse el cohete ocho minutos después de despegar

EFE / Agencia SINC

17 de noviembre de 2020 08:26 h

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El cohete Vega de la Agencia Espacial Europea que transportaba el satélite español Ingenio y el francés Taranis se ha desviado de la trayectoria prevista solo ocho minutos después del despegue, según los últimos datos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

La desviación ha supuesto la pérdida de esta misión, que tenía previsto poner en órbita el satélite español para la observación de la Tierra, considerado como uno de los hitos de la industria aeroespacial española, que ha liderado su construcción y que se iba a encargar durante los próximos años tanto del control de la misión como de las comunicaciones y del procesamiento de todos los datos que tenía que proporcionar.

En su última comunicación sobre este incidente, la Agencia Espacial Europea ha comunicado que 8 minutos después del despegue y tras el primer encendido del motor se identificó una desviación de la trayectoria, “lo que supuso la pérdida de la misión”. La ESA ha comenzado ya a analizar los datos de telemetría para determinar la causa del fallo, y este martes responsables de la Agencia comparecerán en rueda de prensa en el complejo espacial de Kuru (Guayana Francesa) para informar sobre lo ocurrido.

El cohete, que además del Ingenio transporta también el satélite francés Taranis, había sido lanzado a la hora programada, a las 02:52 horas peninsular española (01:52 GMT) y tenía previsto, según los planes de Arianespace, separar el satélite español 54 minutos después del despegue y hacer lo propio con el satélite galo 1,42 horas tras el lanzamiento.

El Ingenio debía haberse liberado del cohete y situarse en una órbita heliosíncrona (siguiendo la dirección del sol como si fuera un girasol) , a una altitud de aproximadamente 670 kilómetros, desde donde tenía previsto observar la Tierra durante los próximos siete años -aunque llevaba combustible para diez-.

Su carga útil era un instrumento óptico de alta resolución, con dos cámaras idénticas que cubrirían unos 28 km de ancho cada una. Ambas disponían de dos canales para tomar las imágenes terrestres: un canal pancromático (blanco y negro) de 2,5 m de resolución, y otro multiespectral con cuatro bandas (azul, verde, rojo e infrarrojo cercano) de 10 m de resolución.

Sus datos se hubieran aplicado en áreas como la información topográfica, uso del suelo, planificación urbanística, agricultura, medio ambiente y protección civil que demandan tanto las administraciones públicas españolas como el mercado comercial.